Desde el 1 al 5 de julio de 2019, en la ciudadela ecuménica de los Focolares en Alemania, se reunieron 100 consagradas y religiosos miembros de varias comunidades y Movimientos que pertenecen a 50 órdenes religiosas, congragaciones e institutos de seis países y varias Iglesias. Les hemos preguntado a sor Tiziana Longhitano, sfp, y a Pedro Salvo D’Orto, OMI, responsables de los consagrados y consagradas del Movimiento de los Focolares, por el significado de este encuentro.
Padre Salvo: Lo vemos como una etapa en un recorrido que proviene de más de diez años de experiencia. Este año el encuentro ha alcanzado una madurez eclesial considerable, gracias a que la Conferencia de los Superiores de las Órdenes Alemanas (DOK) ha participado muy activamente ya desde su preparación. Sor Tiziana:Ya es evidente que estamos delante de una “mesa ideal” en donde se encuentran carismas antiguos y nuevos para un enriquecimiento recíproco. Hay un intercambio vivo y creativo en el que cada uno ofrece su aporte como signo de profunda participación en la vida de todosy por ello mismo sale favorecido y alimentado espiritualmente. La participación, ya en su segundo año consecutivo, del Prefecto de la Congregación Vaticana para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, Cardenal João Braz De Aviz, deja sentado que este intercambio es necesario en la vida de la Iglesia y de la humanidad. ¿Cuál es el rol del Movimiento de los Focolares en este evento? Padre Salvo:El Movimiento de los Focolares ha sido el promotor del encuentro en la multiplicidad de sus vocaciones, porque estaban involucrados en él, junto a las Consagradas y a los Consagrados, también focolarinas, focolarinos, voluntarios y voluntarias de Dios, pertenecientes a distintas Iglesias. Sor Tiziana: El Movimiento propone un espacio de comunión y de unidad. Hay otros organismos que permiten que se encuentren religiosas y religiosos, pero el Movimiento ofrece un sitio carismático, en el que cada carisma se siente cómodo y capta una armonía relacional que hace de fondo a todo discurso, a toda expresión verbal y no verbal. ¿Se han abierto pistas o proyectos concretos de colaboración? Como responsables de los consagrados y de las consagradas del Movimiento de los Focolares, ¿cómo ven el futuro de este encuentro? Padre Salvo: Por las tantas intervenciones de exponentes relevantes de distintas Iglesias el encuentro tuvo un enfoque claramente ecuménico. Por ende, creemos que la colaboración con ellos crecerá abriéndose, en las próximas ediciones, a la participación de laicos que comparten los carismas de los fundadores de las órdenes. La presidente de la Conferencia de los Superiores de las Órdenes Alemanas, Sor Katharina Kluitmann, preveía también un involucramiento de otros movimientos eclesiales para una comunión aún más amplia de la dimensión carismática y profética de las Iglesias, sobre todo en Alemania, Austria y Suiza. El futuro que se abre tras este encuentro es de plena confianza en las potencialidades del Movimiento de los Focolares para crear “espacios” de comunión y de enriquecimiento recíproco que pueden ofrecerse a las órdenes religiosas. En el próximo año estamos preparando, siguiendo esta línea, un evento en el marco del Centenario del nacimiento de Chiara Lubich, sobre la relación entre el Carisma de la Unidad y los otros carismas; se hará en Castelgandolfo el 8 y el 9 de febrero de 2020. Sor Tiziana: El evento de febrero de 2020 será una etapa importante en el camino de la unidad entre consagrados y laicos que se sienten llamados, en su estado de vida, a compartir los carismas de los fundadores y a participar de la misma realidad carismática de los religiosos. Se forma –dice el Papa Francisco– una familia más grande, la “familia carismática”, en la que consagrados y laicos se reconocen en el mismo carisma. Entonces, en febrero quisiéramos promover una mayor unidad entre las familias carismáticas favoreciendo la comunión entre las instituciones religiosas. Nos parece que ésta es la profecía del presente y del futuro de la Iglesia y de la humanidad en el camino hacia el “que todos sean uno” que Jesús le pidió al Padre.Entrevista de Anna Lisa Innocenti
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