«Aunque el país caribeño debe afrontar un sinnúmero de desafíos, me pareció que la Economía de comunión (EdC) está hecha precisamente para Cuba». Así se expresó John Mundell, empresario de EdC procedente de Estados Unidos, al concluir la jornada del pasado 29 de abril en La Habana. Estuvieron presentes unas treinta personas, entre las cuales había exponentes de grupos locales de formación al “cuentapropismo” (trabajo independiente), miembros de equipos de intercambio sobre nuevas propuestas económico-sociales, economistas, empresarios, contadores y personas interesadas en el tema. Además del mencionado empresario de Indianápolis, miembro del Comité Internacional EdC, estuvo presente también una representación de Italia: Gaetano Giunta y Steni di Piazza de la MECC (Microcrédito por la Economía civil y de comunión), Francesco Tortorella y Francesco Marini del Sector Proyectos de AMU (Acción por un Mundo Unido). En su saludo de apertura, el Nuncio Mons. Giorgio Lingua recordó la invitación que el Papa dirigió a los jóvenes, durante su visita a la Isla en septiembre de 2015: «Vivir “la amistad social”, para ser capaces de discernir juntos cómo actuarla y ayudar a los demás a vivir por el bien común». Según Paola Monetta, una de las organizadoras del evento, fueron «palabras muy apropiadas, ya que estábamos juntos cristianos y no creyentes que se habían formado en el socialismo, todos motivados por el deseo de vivir un estilo de vida de comunión». Después de una reseña sobre la Economía civil, se presentó el proyecto de Economía de Comunión, con las novedades y los desafíos que propone, poniendo a la persona y especialmente a quienes están en necesidad, en el centro del quehacer económico. Las experiencias de los empresarios de EdC presentes, demostraron que, «aún en medio de las dificultades, es posible llevar adelante un estilo empresarial de comunión, respetando los parámetros de productividad junto a los del respeto por el ambiente, mientras que, al mismo tiempo, es posible convertirse en “generadores” de reciprocidad y de comunión, dentro y fuera de la empresa». Sin lugar a dudas eran temas importantes, también por la posibilidad de promover alternativas a los ataques del capitalismo, especialmente en la actual coyuntura que vive Cuba. Las experiencias de MECC y AMU en el ámbito de los proyectos sociales de los que son promotores en todo el mundo, abrieron nuevos horizontes dejando espacio a un diálogo importante y fecundo. «El encuentro logró su objetivo: ser un multiplicador de reciprocidad y de experiencias de comunión y una incubadora de ideas y nuevas propuestas», afirma Paola Monetta. Y John Mundell: «Durante el viaje de regreso, estaba en el avión junto con muchos hombres y mujeres de negocios norteamericanos, invitados individualmente para viajes “people to people”, todos concentrados en conversaciones acerca de las oportunidades de negocios que se están abriendo en Cuba. Si estoy en un avión lleno de capitalistas norteamericanos – me dije – ¡entonces esta vez la EdC se está poniendo en marcha en el momento preciso!». Próxima cita: noviembre de 2016. «Con el objetivo – concluyen – de involucrar también a quienes quieren construir sinergias con nosotros a favor de la comunión, con la mirada puesta en un mundo más justo y unido».
Poner en práctica el amor
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