Dentro de pocos días iniciará la Asamblea General del Movimiento de los Focolares. En el siguiente texto, Chiara Lubich subraya la virtud principal a la que están llamados todos los que se sienten parte de este Movimiento. San Pablo […] nos invita a no ser tímidos en el servir a Dios, sino fuertes, llenos de amor y sabiduría[1]. Ahora bien, ¿dónde podemos recurrir para adquirir y desarrollar estas y todas las demás virtudes que necesitamos? Es fácil […]: dejar vivir a Jesús en nosotros en lugar de nuestro ‘yo’. Pero ¿cuál es el modo para que Jesús viva en nosotros? Ser amor, como Dios es Amor (Cf. 1 Jn 4,16). Lanzarnos, entonces, fuera de nosotros para amar a los demás. Nosotros hablamos siempre de amor y podría parecer superfluo subrayarlo también esta vez. Pero no es así. El “hombre viejo” (Cf. Ef 4,22) – el no amor – está siempre dispuesto a aventajarnos escondido quizás detrás de mil excusas. El nuevo año que comenzamos debe ver resplandecer decididamente en cada uno de nosotros al “hombre nuevo” (Cf. Ef 4, 24). De esta manera actuaremos bien donde estemos; llevaremos adelante y construiremos la Obra y, con ella, la Iglesia. Volvamos, entonces, a lo que es el Alfa de nuestra espiritualidad: el amor. Por otra parte, este es nuestro carisma. Y este es el elemento que el mundo también hoy más necesita. Miremos a nuestro alrededor. ¿Donde encontramos el amor que Jesús trajo a la tierra? […] Leamos los periódicos: las crónicas reportan casi siempre, episodios tristes, de violencia. Sí, existe el amor humano que une todavía a muchas familias y crea amistades, pero es difícil encontrar el amor cristiano. Podemos descubrirlo en algún ‘oasis espiritual’ entre personas consagradas o comunidades de cristianos comprometidos; pero, en general, en el mundo no se lo encuentra. Nosotros hemos sido suscitados por Dios y elegidos, junto a otros, precisamente para llevar este amor. Es el don, el gran don que debemos hacer a la humanidad. […] El amor es el estilo de [nuestro Movimiento]. Entonces ¡lancémonos fuera de nosotros para amar! […] Volvamos a encender el amor en nuestro corazón. ¡Lancémonos a amar!, para que el mundo conozca pronto, en todas partes, el amor verdadero.
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 9 de octubre de 1986) Extraído de: “El estilo de la Obra de María es el amor”, Cf. Chiara Lubich, Juntos en camino, Ciudad Nueva, Buenos Aires 1988, pág. 182-184. [1] “Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza” (2 Tim 1,7).
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