«“Saber mirar” es quizás el primer acto creativo para Ciro; allí tiene lugar ese despertar de la conciencia de la Belleza que nos rodea, aunque a menudo esté escondida detrás de la aparente descomposición de los objetos». Así se presenta en su sitio Roberto Cipollone, original artista italiano quien tiene su taller en la ciudadela internacional de Loppiano (Florencia). A su regreso de la inauguración de una exposición en Japón le dirigimos algunas preguntas: ¿Cómo fue recibido tu arte en el País del Sol naciente? «La acogida fue formidable, con la típica gentileza asiática. Llegué a Tokio a través de una agencia toscana que colabora con el desarrollo de las relaciones entre Florencia y esa ciudad japonesa. Me agradó encontrar que el montaje de la exposición preparado por ellos respetaba plenamente lo que deseaba. Alguien comentó que parecía ikebana hecho con hierro». ¿Cómo vives el acto creativo? «El proceso creativo para mí es como una especie de terapia. Más que con las palabras, me expreso a través de la transformación de estos objetos comunes que después, colocados en cierta forma, me sorprenden también a mí. A partir de este proceso, surge algo que asombra, que crea emociones». ¿En qué te basas, qué te inspira? «Sobre todo me inspiro en la naturaleza, en el material que encuentro, donde algunas veces han quedado las trazas de lo vivido; sobre todo en objetos que provienen del mundo campesino. También naturalmente de la lectura, del alguna película que he visto, de imágenes que he captado de paso…, o cosas que te sorprenden y que después traduces en una forma». Los lugares que eliges para tus exposiciones a veces son originales… «He elegido lugares poco comunes para hacer las exposiciones: sobre el agua por ejemplo, o bien al aire libre en las situaciones más variadas. Y escuchas las reacciones de las personas, que a veces no están preparadas para acoger de esta forma un mensaje artístico. Son reacciones positivas que ayudan a cambiar a la persona, que sin el arte no podría vivir». Cierto, hay arte y arte…. «En principio no está dicho que el arte se haya desarrollado para el bienestar del hombre, pero yo creo que el hombre, aun antes de comer, tiene necesidad de la belleza. Yo trato de tener un gran respeto hacia el trabajo que otros han hecho, el trabajo del mundo campesino sobre todo, algunas veces dictado por la necesidad, pero donde no está excluida la belleza, el querer trasmitir estos valores a otros. La belleza entendida no como algo rebuscado, sino como un mensaje de profundos valores». La exposición está en curso en Kioto del 21 de mayo hasta el 9 de junio. Para informaciones: info@labottegadiciro.it Sitio oficial: http://www.labottegadiciro.it/about/
Poner en práctica el amor
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