Fue una “foto de Grupo” muy especial la que se sacaron en ocasión de la presentación pública del balance social del Grupo Tassano. Contaron con la presencia de autoridades y de los protagonistas. El Grupo con el correr del tiempo se transformó de cooperativa a consorcio, y de consorcio a grupo de consorcios. Actualmente es una realidad compleja, formada por 33 cooperativas, que ofrecen servicios diversificados dirigidos conjuntamente a 4.700 usuarios directos y a 100 mil indirectos, en una región del Noroeste de Italia. Un pequeño territorio en el que, en breve tiempo, llega desde el mar y la vegetación de la zona mediterránea hasta las montañas, siempre nevadas en invierno. Son casi 700 los empleados, formados antes que nada por el espíritu de la Economía de Comunión. «Es una ley de la economía que el mundo no utiliza – explicó en aquélla ocasión Luigino Bruni – pero que existe. Adhieren a ella las empresas que se comprometen a destinar las ganancias en tres direcciones: una parte para crear puestos de trabajo, otra, para ayudar a los pobres y una tercera para difundir esta cultura. Trabajo verdadero, que da dignidad: la historia de Tassano es una historia de amor hecha de trabajo y trabajadores que generó valor y valores». Es una historia que viene de lejos. Desde cuando, en 1989, dos amigos, pequeños empresarios locales, Giacomo Linaro y Piero Cattani, junto con otros 24 socios voluntarios adherentes al Movimiento de los Focolares, fundan una Cooperativa para responder a los numerosos casos de malestar social presente en el territorio. La Cooperativa crece y gradualmente conquista la confianza de varios interlocutores también públicos, lo que permite adquirir nuevos servicios. Dos años después, los socios de la Tassano advierten que sus objetivos están en plena sintonía con el proyecto de “Economía de Comunión”, lanzado en Brasil por Chiara Lubich, porque extiende la solidaridad a nivel mundial. Deciden entonces adherir enseguida. Poco a poco el crecimiento diversificado de las distintas actividades y el posterior nacimiento de nuevas cooperativas especializadas redunda en el nacimiento de un Consorcio de realidades que siguen siendo autónomas administrativamente, pero unidas en la experiencia. Todas trabajan con el mismo espíritu en el campo social, educativo, asistencial, con servicios dirigidos a los sectores más vulnerables de la población, como los ancianos que viven solos, los discapacitados, los enfermos psiquiátricos, los desocupados, pero también a las familias, a los niños y a los jóvenes, y el mantenimiento y valoración del territorio. En 1997, Tassano se transforma en un Grupo de Empresas Cooperativas, con la intención de unificar las diversas experiencias empresariales y sociales ya existentes, pero también para funcionar como “incubadora” para nuevas realidades productivas. En el futuro, todos los ambientes estratégicos confluirán en consorcios que podrán consolidar el crecimiento y favorecer un posterior desarrollo. Maurizio Cantamessa, Presidente del Grupo, explica: «La realidad nuestra es cohesiva. En ella, los valores se comparten totalmente y también existe una comprensión a nivel de trabajo cotidiano: era el momento de reagruparnos, consolidarnos y seguir. El hecho de habernos concentrado en el territorio es muy importante, porque favorece las relaciones. Con las instituciones trabajamos cada día codo a codo. Por el hecho de trabajar en el servicio de las personas es importante “estar ahí personalmente”». Aún con todas las transformaciones, la “misión” del Grupo siempre ha sido la misma: favorecer una concepción actividad económica que tiende a la promoción integral y solidaria de la persona y de la sociedad, sin renunciar a una fuerte orientación al mercado, a través de la indentificación de objetivos y planes de desarrollo empresarial que puedan llevar a la creación de nuevas empresas y por lo tanto, a la creación de nuevos puestos de trabajo. Lo demuestra el hecho de que las ideas, los principios y los valores de la cooperación pueden traducirse eficazmente en acciones concretas en favor del trabajo, del territorio y de sus habitantes. Empresa y solidaridad, juntas.
Poner en práctica el amor
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