Città del dialogo, è uno dei nomi di Katowice – nel sud della PoloniaCiudad del diálogo, es uno de los nombres de Katowice –localidad del sur de Polonia, ciudad minera por excelencia- se llama así porque es el municipio polaco con mayor representación interreligiosa. Es allí donde está, además de un Centro de Cultura islámica destinado a la oración y a la formación, el Centro de Cultura y Diálogo ‘Doha’, destinado en primera instancia al diálogo. El centro celebra el 29 de mayo la ‘III jornada del cristianismo entre los musulmanes’, con el tema ‘Jesús hermano de cada uno de nosotros’, en la perspectiva cristiana y musulmana. Participarán, entre otras personas, también María Voce y Jesús Morán, presidente y copresidente de los Focolares, quienes en estos días se encuentran de viaje por Bielorrusia y Polonia para visitar las comunidades del Movimiento. Pero damos un paso atrás. En Katowice, un grupo de personas desde hace tiempo está tejiendo una red de relaciones fraternas y de colaboración entre cristianos de varias iglesias, judíos y musulmanes, del ámbito académico y de las instituciones civiles. En ocasión de los 150 años de fundación de la ciudad, invitaron al conjunto internacional Gen Verde, que transmite con su música un mensaje de fraternidad. Desde hace algunos años propone un proyecto artístico educativo que, a través de talleres, lleva a los jóvenes al escenario y junto a las artistas se ejercitan en varias disciplinas: danza, canto, teatro, percusión con instrumentos varios e incluso “body percussion”. En Polonia fueron 140 los chicos y chicas que, con sus talentos, contribuyeron con el espectáculo. Pero lo que suscitó un auténtico interés fue que en el proyecto participaron jóvenes musulmanes, judíos y cristianos de varias denominaciones. Los afiches que anunciaban el evento llamaron la atención de muchos, tanto que después de 6 horas de haber comenzado a vender, las 1450 entradas se habían agotado. Una chica musulmana que participó en los talleres y después en el espectáculo, agradecía porque nunca se había “sentido tan escuchada”. Y esto se evidenció aún más por el marco de los recientes hechos terroristas. «En los talleres trabajamos con 140 chicos maravillosos, talentosos, que son la expresión de un pueblo abierto, profundo y sensible, forjado en una fe probada por tantos sufrimientos. Los jóvenes nos dijeron que experimentaron una unidad y una confianza que los transformó y los hizo volar», escriben del Gen Verde a su regreso de Polonia. «El espectáculo fue en la NOSPR, una novísima sala construida sobre una antigua mina, templo de la música sinfónica que se abrió (por primera vez en su historia) a nuestro rock. El público apiñado por todas partes vibró con nosotros desde el inicio y después cada vez más; después de las primeras palabras cantadas en polaco (tradujimos el estribillo de dos piezas) estalló en un aplauso emocionado; al final del concierto había una gran alegría». Espectáculo en el espectáculo, fue ver al final, en el escenario, al alcalde, a un representante de la comunidad católica, a un representante de la comunidad judía y al imán que se abrazaron, expresando con este gesto, el testimonio de una fraternidad cultivada durante años. Un sacerdote comentaba: “Quizás somos testigos de un milagro. Si tenemos entre nosotros a estos jóvenes, como los hemos visto hoy, el mundo no morirá. Con este método de diálogo pueden salvar al mundo”. Y un rabino agregaba: “No tenemos que tener miedo del futuro”, porque estamos juntos”.
Poner en práctica el amor
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