“Fue el más hermoso, el más conmovedor concierto que viví en mi vida”, “La música de ustedes hace bien al alma”. “Ya no puedo ser indiferente ante mundo que me rodea: debo hacer algo”. Con estos y otros mensajes, los espectadores expresaron su aprobación a “On the other side” (Desde el otro lado), como han titulado al último concierto de la banda internacional Gen Verde, presentado en Hong Kong, Macao y en 4 ciudades de Taiwán (Hualien, Taipéi, Kaohsiung y Taichung) El Gen Verde es una banda de chicas compuesta por una veintena de personas que proceden de 14 países de 4 continentes. Son mujeres que cubren entre ellas todos los roles: son autoras, cantantes, músicas, bailarinas, especialistas en la iluminación, en la cónsola audio-video, en la gerencia, etc. Mujeres que en teatros y estadios repletos y con mucha participación del público, ofrecen un repertorio donde se entrelazan historias personales, llamados, evocaciones, con el cual dan voz a su ideal de unidad, presentado como elemento base para que la humanidad se dirija hacia la fraternidad universal. Al contagioso ritmo de la música pop con los más variados matices, las piezas se completan con coreografías que refuerzan su significado; mientras que al mismo tiempo en la pantalla se encienden algunas palabras clave, ilustradas por gráficas e imágenes de gran impacto artístico. Será porque algunos pasajes fueron presentados en los idiomas locales logrando que el mensaje llegue directamente a cada persona; será tal vez porque en los días precedentes al concierto, en tres de estas ciudades, con el apoyo de la comunidad local de los Focolares se involucraron estudiantes de las escuelas superiores y universidades, en el proyecto “Start Now” y con el lenguaje universal de la música condujeron a los jóvenes a un diálogo que iba más allá de las diversidades para construir “juntos” el espectáculo. El hecho es que en cada presentación, la participación y el entusiasmo del público fueron vitales, en el sentido de que los participantes quisieron comprometerse con las artistas en el mensaje que ellas estaban transmitiendo. Los jóvenes asiáticos demostraron gran sensibilidad para acoger el mensaje del Gen Verde. También en esta latitud se confirmó la expectativa de las nuevas generaciones de querer compartir lo que viven, saliendo de los estereotipos que la sociedad les presenta, en búsqueda de vínculos orientados a la confianza y al altruismo. “Muchos de ellos – cuenta una artista del grupo- nos confesaban el esfuerzo que hacen para vivir en una sociedad competitiva en la cual se vive siempre bajo presión. Al mismo tiempo demostraban una aguda sensibilidad hacia los temas del ambiente, de la paz, de la fraternidad, universal, del diálogo con todos”. “Nos dieron ánimo, energía, entusiasmo, esperanza”, dejó escrito uno de estos jóvenes. Y una chica decía: “Por todos lados nos empujan a que seamos los primeros de la clase; a través de ustedes aprendimos que debemos seguir nuestra conciencia y ser auténticos”. Y un empresario decía: “Mirando a los jóvenes esta noche digo: con jóvenes así, ¡Hong Kong está salvada!” Después de las sangrientas manifestaciones que pocos días antes habían traumado a la ciudad, el concierto reencendió en él la esperanza. Vivir por un mundo más unido allí donde estamos. Es este el mensaje que queda en el fondo del corazón de quienes se encuentran con el Gen Verde, de cualquier cultura y creencia sean. Creo que esto ocurre porque en cada uno de ellos permanece la convicción de que juntos tendrán verdaderamente la fuerza para lograr que el mundo sea mejor. Foto galleria Hong Kong – Foto galleria Taipei
Poner en práctica el amor
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