Desde compartir bienes materiales hasta el ofrecimiento de apoyo espiritual y afectivo, todos los esfuerzos parecen una gota en el vasto océano de la tragedia del Covid-19 en India. Sin embargo, las comunidades locales siguen luchando incrementando la fe en Dios y la confianza recíprocas. “Ya pasó exactamente una semana desde que salimos positivos en el test. No estamos buscando ninguna información en Internet ni nos permitimos el tiempo para ver el noticiero, ni para quejarnos por nada. Estamos viviendo un día a la vez. Mejorando. Sus oraciones, mensajes, augurios, y la comida hecha con tanto amor nos dan la fuerza y podemos sentir su cercanía y el apoyo de cada uno de ustedes. Seguimos dando gracias por las pequeñas bendiciones que hemos recibido”. Este mensaje de Whatsapp enviado por una familia de la comunidad de los Focolares de Mumbai ha sido como un rayo de esperanza y de fuerza en estos tiempos oscuros. No hay día que no recibamos noticias del fallecimiento de colegas, amigos y, a veces, parientes. Todo esto se suma al bombardeos de los medios que hablan de la caída de los sistemas y de familias que no logran atender con dignidad a sus seres queridos enfermos o difuntos. Con una población de 1,3 billones de personas, era de esperarse una alta tasa de casos en India. Durante todo un año, hasta abril pasado, el país había logrado frenar la difusión mediante varias medidas, con un rígido confinamiento, el seguimiento de la traza de los contagios y con una vacunación masiva. Sin embargo ahora la situación está empeorando cada día, mientras el virus muta en varias partes del país el sistema de salud pública lucha por estar al paso de los requerimientos de medicinas, oxígeno y ventiladores. Durante la pandemia la comunidad de los Focolares ha trabajado sin descanso y ha promovido una comunión de bienes a nivel nacional para apoyar y ofrecer ayuda económica a quien ha perdido el trabajo o tienen necesidad de recursos para sus provisiones cotidianas. El proyecto Udisha de los Focolares de India ha podido ayudar a casi 80 familias en algunas comunidades de escasos recursos de Mumbai, ofreciéndoles alimentos, medicinas, el pago de la matrícula de la escuela, libros, la cuota para el alquiler de la casa, la factura de la electricidad, etc. En medio del recrudecimiento de la segunda oleada, algunos jóvenes siguen trabajando en el proyecto #DaretoCare distribuyendo comidas a las personas que viven en la calle una vez cada dos semanas. Con el objetivo de salvar vidas humanas, gran parte de los esfuerzos y de las energías de la comunidad de los Focolares ahora están enfocadas en la atención sanitaria. Cuando llegó una solicitud urgente del Holy Family Hospital de Mumbai que necesitaba concentradores de oxígeno para las 160 camas del reparto Covid, la comunidad enseguida encontró patrocinadores para dos equipos y ahora está buscando otros. Mientras la segunda oleada sigue martillando con toda su fuerza, las familias de los Focolares han sentido la necesidad de sostenerse recíprocamente y por eso empezaron a conectarse todos los días para rezar juntos durante media hora, de este modo sienten el apoyo tan necesario ante el dolor, la impotencia y también ante la soledad de algunos. Como en los primeros tiempos del Movimiento, cuando la comunidad de Trento (Italia) descubrió que Dios es amor aun cuando arreciaba la Segunda Guerra Mundial, la oración online con la comunidad de India se está convirtiendo en una forma potente para expresar su ser una sola familia, todos iguales y unidos en el amor de Dios.
Annabel Dsouza desde Mumbai, India
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