Cherylanne (Doni) Menezes, india de Mumbai, forma parte de la delegación de 11 personas que representan a ese país asiático en el Sínodo de los jóvenes que se está realizando en Roma hasta el 28 de octubre. Cherylanne creció en una familia muy activa en la parroquia de su barrio, en una comunidad multi-religiosa; después de los estudios económicos y comerciales empieza a trabajar en el campo de la gestión. Pero sus intereses son más amplios y la llevan a hacer un máster en el Instituto Universitario Sophia de Loppiano, en Italia, con una tesis sobre el diálogo hindú-cristiano en el Movimiento de los Focolares. El mismo que ahora lleva adelante con empeño, especialmente con los jóvenes, en su país. Me encuentro con ella durante la pausa para el almuerzo, en el Sínodo. La delegación de la India está bajo la guía del Cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai, y se compone de nueve obispos (de la Iglesia latina, siro-malabaresa y siro-malankaresa) y otro laico, Percival, presidente del Indian Catholic Youth Movement. Cherylanne está presente en el Sínodo representando al Movimiento de los Focolares de la India. Dos veces se encontró con el Papa Francisco, junto con la delegación. La primera al comenzar los trabajos («Los jóvenes hindúes de la comunidad de los Focolares también rezan por Ud y por este evento», le dijo en esa ocasión Cherylanne al Papa, arrancándole una exclamación de alegría) y la segunda cuando el Sínodo ya había entrado en plena actividad. El 17 de octubre es el día de la esperada cita. La delegación es puntual, en la entrada del Aula Nervi, a las 16, junto con la sudamericana. La sesión vespertina empieza a las 16.30, y durante la media hora anterior el Papa Francisco se encuentra con los distintos grupos, en un coloquio alegre e informal que es parte del espíritu de este Sínodo. Percival le da al Papa una cruz de madera de sándalo con la imagen del Buen Pastor, obra de un artista hindú «También tengo algunas cartas para Ud, Santo Padre» interviene Cherylanne. Son cartas muy bonitas, llenas de afecto, de jóvenes y familias de la India. Entre éstas la de dos jóvenes, un hindú y un musulmán. Además de hablar de ellos mismos quisieron escribirle que rezaban por el Papa y por el Sínodo. «Sí, porque – explica Cherylanne – éste es el Sínodo de todos los jóvenes». Una vez entregadas la cruz y las cartas, Cherylanne se anima a hacerle una pregunta: «Santo Padre, ¿quisiera responderles con un video-mensaje a estos dos jóvenes?». «Sin duda» responde el Papa Francisco. Ella saca de su cartera un celular y el Papa dirige la mirada a la pantalla. «Agradezco mucho el saludo. Yo también os saludo. Rezo por vosotros, vosotros rezad por mí. Estamos unidos en la amistad. La unidad siempre es superior a las guerras. Trabajad por la unidad de la gente, respetad la identidad de cada uno, sin importar la religión que profesa. Que el Señor os bendiga. Rezad por mí». El breve video capta un último fotograma, la sonrisa del Papa Francisco por la misión cumplida. Grabar el saludo del Papa con un celular no se da todos los días, le digo. «No fue un acto de coraje – me responde – simplemente aproveché la ocasión. El Papa Francisco está siempre muy disponible». ¿Cómo sigue la experiencia del Sínodo?, le pregunto. «Estamos viviendo una experiencia de discernimiento en la que el Espíritu Santo está trabajando, y hace nuevas todas las cosas. La experiencia vivida por los discípulos en camino hacia Emaús describe muy bien lo que estamos viviendo. La Iglesia está tomando conciencia no sólo de sus desafíos, sino también de la riqueza y de su gran potencial interno. Veo una convergencia creciente en nuestro pensamiento, aquí en el Sínodo, y la urgencia de caminar juntos, jóvenes y obispos, clero y laicos, movimientos religiosos y asociaciones para ir hacia el mundo y mostrar nuestro amor concreto». Chiara Favotti Ver el video https://vimeo.com/295979829
Poner en práctica el amor
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