Foto © Ernst Ulz – CSC Audiovisivi
«El 15 de mayo María Voce y
Jesús Morán, presidente y copresidente de los
Focolares, en el primer día de su visita a “África”, recibieron la bienvenida de los habitantes de la
Mariápolis Piero entre redobles de tambores y expresiones de alegría», cuenta Liliane Mugombozi, directora de New City África. «Agradeciendo a los jóvenes por su cálida bienvenida, María Voce les cuenta que recibió muchos mensajes de varias partes del mundo. Impresiona que también las
comunidades de los Focolares de Siria mandaron sus saludos a los africanos y aseguraron sus oraciones. “Agradezcamos a Dios que en Kenia haya paz – dijo María Voce – y recordemos a aquellos países en los que no hay paz. Vivamos estos días para que nuestro vivir en paz pueda de alguna manera ser una contribución a la paz en todo el mundo”».
«“Primero una llama, ahora un incendio invadió África entera, ¡un incendio de amor entre nosotros!”. Cuando pienso en la Mariápolis Piero hoy – escribe Liliane – recuerdo la letra de la canción compuesta por los jóvenes del Focolar en el año 2000, durante la visita de
Chiara Lubich a
Fontem (Camerún)».
Ubicada a unos 27 km de la ciudad de Nairobi, la Mariápolis Piero se extiende en 18 hectáreas de tierra verde. «En 1992, año de su fundación, esta ciudadela era realmente una pequeña llama, una semilla, que ha crecido hasta llegar a ser, después de 24 años, un gran incendio, un árbol».
«En su discurso inaugural, aquel 19 de mayo, Chiara Lubich expresó el deseo de que esa semilla pudiera convertirse en un gran árbol “que podrá hospedar en sus ramas muchos pájaros precisamente como el reino de Dios descrito por Jesús, es decir, a muchas personas provenientes de todos lados que vienen a aprender la unidad; a ver cómo se practica la unidad; como se puede irradiar alrededor; cómo será el mundo allá donde se realiza en nuestros tiempos la unidad invocada por Jesús y querida por el Espíritu”.
Foto © Ernst Ulz – CSC Audiovisivi
«Con el pasar de los años, esta “profecía” se ha vuelto una experiencia en marcha – explica Liliane Mugombozi – Gracias a varias realizaciones, la Mariápolis hoy hospeda a muchas personas de toda África y de más allá del continente, de todas las clases sociales, de varias religiones y credos, niños, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, sacerdotes, obispos y laicos, para vivir y testimoniar que la unidad es posible. Es un lugar de formación en la espiritualidad de la unidad y en sus concretas realizaciones en la sociedad. Tal como dijo un joven de 21 años, Michael: “Es como un taller, en el que hacemos las más significativas experiencias de vida, donde esta forma de vida genera numerosas semillas de fraternidad”».
«La experiencia que los habitantes – estables y temporales – han vivido en la Ciudadela es precisamente la de ser familia, una familia unida por ese amor recíproco basado en el Evangelio. Es un proceso de formación en marcha, en la vida cotidiana, con la finalidad de construir “comunidades cristianas maduras” (Christifideles laici, 34)».
«La característica de esta ciudadela, que ya Chiara Lubich había delineado, es la Inculturación: “La nota específica de la ciudadela, que es la vocación del Movimiento en África, será un acento particular sobre un preciso deber nuestro, es decir, la evangelización. Para realizarla, este centro se especializará en la inculturación”. Nace así la Escuela para la Inculturación. Su finalidad es ahondar en la vida del Evangelio tratando de dialogar – desde la perspectiva de la espiritualidad de la unidad – con las distintas culturas y praxis de los pueblos africanos». Video en italiano y en inglés: https://vimeo.com/146788855
0 comentarios