Diario de la Asamblea general /5, del 28 de enero de 2021 Es día de balances, hoy, en la Asamblea de los Focolares. El programa prevé la reflexión por grupos de la relación de la Presidenta María Voce sobre el sexenio que apenas ha concluido. Hace una semana atrás que los participantes han recibido el documento y han tenido el tiempo para hacer un análisis personal. Han surgido numerosas preguntas, algunas de las cuales han sido formuladas a la Presidenta y al Co-presidente, Jesús Morán, en las primeras horas de la tarde.
María Voce explica que la relación no quiere ser “un elenco de actividades”, sino ofrecer más bien “una lectura de lo vivido”. Llama la atención sobre la “nueva configuración” del Movimiento de los Focolares: un proceso encaminado para actualizar el carisma de la unidad en los distintos contextos del mundo. María Voce admite que este proceso, en varios ambientes, ha creado “una cierta desorientación” pero subraya también los efectos positivos: un nuevo protagonismo de las comunidades locales y nuevas sinergias entre las numerosas ramas y subdivisiones territoriales, que ha dado el espacio a una nueva creatividad. Después de haber resaltado la valiosa contribución de las nuevas generaciones del Movimiento, entre las cuales ha encontrado “personas comprometidas, dispuestas a asumirse las propias responsabilidades”, la Presidenta traza un análisis de las tres líneas emergidas en la precedente Asamblea del 2014. Con respecto al primer punto, “en salida”, evidencia los campos donde los miembros del Movimiento han ofrecido la propia contribución típica de la unidad, en los ambientes más variados como en lo social o en el diálogo intercultural. Por lo que respecta al segundo punto, “juntos”, constata luego la disminución de las tendencias a la fragmentación dentro del Movimiento, con una propensión hacia un trabajo más sinérgico. Al final, subraya que el último punto, “oportunamente preparados”, se ha intentado vivir desarrollando nuevos itinerarios de formación humana y espiritual para los miembros y dirigentes. Sea la relación como las sucesivas respuestas de María Voce y Jesús Morán no esconden los desafíos y las criticidades que el Movimiento está afrontando, como por ejemplo la dificultad en encontrar formas y caminos adecuados para comunicar el propio carisma en modo actual para el mundo de hoy; una disminución en el número de las vocaciones y el gran desafío surgido a partir de la dolorosa evidencia de distintas formas de abuso también dentro del Movimiento, que significa – como afirma el Co-presidente Morán – la necesidad de continuar sobre el camino de “un proceso inevitable y necesario de ´purificación de la memoria´, que estamos llamados a vivir con humildad y esperanza”. Las perspectivas que presenta la Presidenta, en la conclusión de su relación, parten de una lectura de “los signos de los tiempos”, es decir de las preguntas que plantea la situación del mundo, además de la pandemia del Covid: se trata de la propuesta de un estilo de vida sobrio y sustentable, de una madurada sensibilidad al rol de los nuevos medios y una mayor atención a la familia. Y ha concluido con un fuerte llamado a vivir una fidelidad radical al Evangelio que, para los miembros del Movimiento significa, fidelidad a la palabra clave de su carisma: “Padre, que todos sean una sola cosa” (Jn 17, 21). Finalmente María Voce invita al Movimiento a “ir adelante con coraje” para contribuir cada vez más “a una nueva generatividad con miras a la fraternidad universal”.Oficina de Comunicación Focolares
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