Movimiento de los Focolares

Las palabras que no te he dicho

Ago 12, 2015

Finalmente Italia tiene una ley dedicada al autismo que prevé la inserción en los niveles esenciales de asistencia de los tratamientos específicos. La historia de Federico De Rosa, quien sufre de este síndrome. Con ocho años aprende a escribir con la computadora. La historia del autismo relatada desde el punto de vista de quien lo sufre.

Federico_de_Rosa

Federico con su papá

«Yo a menudo sueño mucho. Un sueño que se repite., Es una jornada de sol en donde mis sentimientos y mis pensamientos se derriten en un torrente de palabras para todos mis amigos. ¡Qué bello debe ser poder hablar!». Federico no habla, si bien se sabe que no toda la comunicación pasa por el lenguaje. Los primeros síntomas se evidenciaron alrededor del primer año de edad. Cuanto más crece, más disminuye su capacidad de interactuar con la realidad. Cuando tenía tres años, sus padres recibieron el diagnóstico. Es totalmente incapaz de comunicarse. Tiene una de las formas más fuertes de una alteración generalizada del desarrollo, una alteración muy grave que lo conduce al amplio y variado universo del autismo. Con ocho años tiene lugar un hecho que cambia la trayectoria de su incomunicabilidad. Aprende a escribir con la computadora y finalmente logra digitar sus primeras palabras, emociones, sentimientos. Se rompe el muro del silencio mediante los que él considera “neurotípicos”. En agosto del 2002, la familia va de vacaciones a Palinuro. Federico siempre expresa algunas palabras; son frases breves pero intensas. «¿Mamá qué tengo?». «¿Por qué yo?». Escribe en su computadora la palabra autismo. Es perfectamente consciente. El 20 de febrero del 2010 le escribe a su amigo Gabriele: «Tengo necesidad de la ayuda de ustedes para salir de mi prisión. Mira, yo estoy muy solo porque no me logro comunicar con la voz y es un gran límite. No entiendo cómo hacen ustedes que no son autistas para encontrar en su cabeza, al vuelo, las palabras apropiadas y decir tan rápidamente, también con la expresión del rostro, lo que quieren comunicar. Para ustedes es normal, pero a mí me parece un milagro. A mí me cuesta escribir una letra a la vez y lo logro sólo si papá está cerca». Quello_che_non_ho_dettoAhora que sabe escribir, crece su autoestima, hasta llegar a publicar un libro Aquello que nunca he dicho donde por primera vez podemos ver el punto de vista de un chico que explica su síndrome con observaciones raras y preciosas. De este modo sale del aislamiento. Finalmente experimenta la alegría de compartir sus emociones, concluye con éxito los estudios hasta egresar con un Bachillerato en ciencias. Todavía hoy Federico casi no dice nada. “Les aseguro –escribe- que soy casi incapaz de hablar verbalmente, me expreso con palabras sueltas, sólo raramente logro componer una pequeña frase. Puedo escribir a mano sólo con letra de imprenta muy grande e insegura”. Es gracias a la computadora que por primera vez juega con un amigo, que se presenta a sus compañeros del colegio y que, años después, participa ‘activamente’ en las reuniones de preparación para la Confirmación “Poco a poco cuentami pc portátil se convirtió en un compañero inseparable. Con mi computadora y con la ayuda de una persona preparada para ayudarme, verdaderamente puedo decir lo que pienso en cada situación”. Hoy Federico estudia percusión, tiene muchos amigos, ayuda a las personas que tienen una persona autista en su familia con consejos de la vida cotidiana, y tiene muchos proyectos para el futuro. «Ahora mi vida ha encontrado un curso», escribe, «gracias a los capacitadores que me han enseñado el método, a mis padres quienes con entusiasmo se han lanzado en esta aventura. Yo estoy feliz con mi vida, y el mérito, en gran parte, es de ellos». Pero no piensa sólo en sí mismo: «¿Cuántos autistas mentalmente perdidos habrían podido ser otros Federico si hubiesen sido diagnosticados pronto, hubiesen tenido un buen estímulo en la edad del desarrollo y hubiesen sido muy amados?». Su sueño, cuando sea grande: «Iré por el mundo a visitar mujeres encinta para entender si su hijos podrán hablar y curar el autismo. Yo jugaré con sus niños para ayudarlos a crecer y a aprender a hablar. Cuando un niño tenga necesidad de mí, yo estaré allí para ayudarlo». Fuente: Città Nuova online

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