La elección del título “Ni víctimas, ni ladrones” se inspiró en las palabras pronunciadas por el Papa Francisco durante la audiencia del pasado mes de febrero ante los representantes de Economía de Comunión (EdC), cuando afirmó que ya no es suficiente imitar al buen samaritano del Evangelio, quien socorrió a un hombre víctima de los ladrones, sino que es necesario actuar «sobre todo antes de que el hombre tropiece con los ladrones, luchando en contra de las estructuras de pecado que producen ladrones y víctimas». Se trata, por lo tanto, de involucrarse y arriesgarse, con tal de cambiar las reglas del juego impuestas por el capitalismo y la globalización. Expertos del mundo de la cultura, de los medios de comunicación, de economía y política se sucedieron en los distintos momentos previstos por el programa, junto a múltiples voces de la sociedad civil. Se afrontaron temas candentes como el de las migraciones y la acogida; se habló de la reconversión de las industrias bélicas y al mismo tiempo de la paradoja de las armas que Italia exporta para la guerra en Yemen donde 15 millones de personas no tienen acceso al agua y que está sufriendo la más grave epidemia de cólera de estos últimos años. Otro tema candente del que se habló es el de los juegos de azar, con representantes de la campaña Slotmob surgida hace cuatro años, para detener esta llaga social promovida nada menos que por el Estado. Las historias que se relataron fueron variadas: de la denuncia de abusos e injusticias, al esfuerzo de quienes cada día luchan en contra del muro de indiferencia y mezquindad; de quien decidió no aceptar la oferta de juegos de azar en su cafetería, a quienes promovieron, en su territorio, junto con unos amigos, una verdadera marcha en contra de la cultura del azar. Vincenzo Conticello, ex empresario, testigo judicial en Palermo, contó la realidad de una sociedad sometida al chantaje y la mafia y de cómo fue obligado a dejar su ciudad siendo víctima de injusticias y prevaricaciones. Chiara Peri, del Centro Astalli para los refugiados, subrayó que en este momento se está dando una mercantilización cultural de las migraciones por la cual «los migrantes y los pobres son culpables de su pobreza y condición, y son tratados como mercancía, y hasta, a veces, como desechos», por lo cual, y aquí está la paradoja, «los italianos le temen más a las víctimas que a los ladrones». La mesa redonda sobre “Bienes relacionales y trabajo”, una de las citas al margen de la manifestación, puso de relieve la importancia de la «amistad, la confianza, la compañía, la cordialidad, el soporte, el sentido de pertenencia, la participación, todos factores determinantes de la satisfacción en el lugar de trabajo», dijo el Prof. Benedetto Gui. No cuentan sólo el salario o el horario de trabajo, parece que llegó la hora de reconocer a los bienes relacionales su dignidad económica. La presentación del libro de Bernhard Callebaut, “El nacimiento de los Focolares. Historia y sociología de un carisma (1943-1965)”, publicado por Città Nuova, contó con la presencia, entre otros, de Jesús Morán, copresidente de los Focolares, quien analizó todo el trabajo a la luz de la categoría de la actualización, comprendida como «reinterpretación creativa de la tradición» y de Shahrzad Houshmand, iraní, teóloga musulmana, testigo de cómo, en todos estos años, Chiara Lubich y con ella el Movimiento de los Focolares, no han realizado un diálogo con las religiones, sino con las personas. Chiara es, para Shahrzad «una mujer con la fe visionaria de una persona que no tenía miedo», nunca le temía al encuentro con “el otro”, aunque esto condujera a la “muerte de sí”. Finalmente, ante las continuas y obstinadas agresiones a la paz, el economista Luigino Bruni de EdC, y Marco Tarquinio, director de Avvenire, le pidieron al Papa Francisco que escriba una encíclica sobre la paz, capaz de “sacudir la inercia”. ¡Lo deseamos de todo corazón!
Poner en práctica el amor
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