Son los Gen 4, los niños de los Focolares, que explican a cada uno, con convicción que la Navidad no puede ser solamente una fiesta de colores, un conjunto de personajes creados por la persuasiva publicidad, una carrera frenética para comprar regalos: “hay que poner nuevamente a Jesús en el centro de la Navidad”, “es su fiesta”, explican ellos. Con paciencia y amor los Gen4, elaboran Niñitos Jesús en yeso que luego ofrecerán a los transeúntes. En Nueva York, una señora cuenta: «Mientras visitaba la ciudad con algunos amigos, en medio de la multitud, esa mesita atrajo mi atención… Esas palabras “Han desalojado a Jesús”, resonaron ¡tan bien en mi interior! Quisiera transmitir el mensaje de ustedes a otros. Fue la Navidad más linda, me llenó el corazón de calor». María Helena Benjamín y Pep Canoves, responsables de los Gen4 de todo el mundo, nos cuentan cómo estos pequeños, particularmente sensibles al amor evangélico, aprenden a concretar en sus acciones cotidianas verdaderos y adecuados gestos concretos de fraternidad; descubren que el amor, cuando es recíproco, trae la presencia de Jesús entre ellos. Aprenden a conocerlo y crean con Él una relación simple y directa. Logran involucrar a los compañeros de la escuela, a las familias, a los parientes, a sus maestros con su desarmadora simplicidad, entrando directamente en el corazón de cada uno. Pep Canoves recuerda que Chiara Lubich, tenía muy adentro en su corazón a estos pequeños, y reservaba para ellos un lugar privilegiado, cuando se encontraba con ellos durante los diversos congresos internacionales, enviando mensajes y respondiendo sus preguntas. Y a ellos les dirigió la invitación de hacer que Jesús no fuese echado de la Navidad: «Hagan nacer a Jesús en medio de ustedes con su amor; ¡así siempre será Navidad! […]Podemos ofrecer a Jesús a los demás, Jesús en medio nuestro a todo el mundo; llevar este amor nuestro, esta alegría a las calles, a las escuelas, a los pequeños y a los grandes… ¡a cualquier lado!» Una linda iniciativa es la del Calendario del Adviento: los Gen4 llenan los días que anteceden a la Navidad con muchos actos de amor concretos, aparentemente sencillos, pero que a su pequeña edad son ya revolucionarios. Los Gen4 participan en muchas iniciativas, sobretodo a favor de los más pobres: «Durante el año – sigue comentando María Helena Benjamín- recibimos distintas noticias de todo el mundo sobre sus actividades en favor de los más necesitados. Tienen una innata capacidad de acoger a los otros niños que tal vez están marginados, como le pasa a Sonia de Rumania que tiene 5 años, que es amiga de una niña gitana que hace poco está en su clase» «Hemos recibido noticias de Madagascar y de Indonesia. También de Siria, donde se encuentran en plena guerra y viven días difíciles, nos han llegado noticias,– cuenta Pep. Desde Aleppo nos han mandado fotos inclusive: en esta situación de conflicto se vive con ellos creyendo aún en la construcción de la paz». Chiara Lubich, respondiendo a una pregunta de un Gen4, les dio una consigna: «¿Saben cuál es la verdadera felicidad? Prueben: es la que tiene la persona que ama, que ama, que ama. Cuando se ama somos felices y si amamos siempre somos felices siempre. ¿Qué pueden hacer ustedes en el mundo? Dar la felicidad, enseñar a amar». Y de verdad, ellos nos enseñan con su pureza y simplicidad cómo poner en práctica el amor evangélico, el secreto de la felicidad.
Poner en práctica el amor
Poner en práctica el amor
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