«Un encuentro de corazón a corazón», así definió una persona que participaba por primera vez en la Mariápolis de Astorga, una de las tantas manifestaciones del mismo tipo que se desarrollaron o están en curso en toda Europa y en muchos otros países. El evento tuvo lugar del 2 al 6 de agosto, e invadió pacíficamente la ciudad con 800 personas provenientes de varias partes de España pero también de Francia, Italia, Alemania y Brasil. Al concluir la visita a los monumentos y museos típicos, o a la salida de la Misa que se celebraba en la histórica catedral gótica, o durante las veladas en las que se organizaban conciertos de distintos géneros musicales, las calles y las plazas estaban repletas de estas personas. Y los habitantes de Astorga, observando la forma en la que se relacionan, inspirada en la fraternidad, respondían con curiosidad a sus saludos. Una señora detuvo a una chica que paseaba por la calle para agradecerle a este grupo tan alegre por su presencia en la ciudad. Muy apreciado fue el equilibrio entre los momentos más reflexivos y formativos y los espacios dedicados al diálogo, a los testimonios y a las actividades recreativas. Un mix que contribuyó a alcanzar los objetivos de la Mariápolis: facilitar el encuentro consigo mismos, con Dios, con los demás. «No fue un crecimiento –observó uno de los participantes-, es decir, no fue que se empezó en un nivel para después progresar en intensidad y calidad. Cada día fue pleno, completo, cada uno de gran valor en sí mismo». Entre los distintos encuentros específicos para adolescentes y niños, tuvo lugar una marcha por la ciudad, con estaciones en algunas calles y plazas en cada una de las cuales se realizaban distintas actividades. La Mariápolis de Astorga estaba presente también en Facebook, en un espacio virtual de encuentro tanto para los participantes como para quienes no pudieron estar presentes. Fueron muchos los aportes a través de comentarios y fotos, a los que todavía ahora se puede acceder a través del clúster (una red). Algunos comentarios: «Es mi primera Mariápolis –escribe Cati-. Han sido días de fraternidad, de amor, de unidad. Junto a mi hija agradecemos a todos los que han hecho posible este encuentro»; «Estamos regresando a Toledo –escribe Paco-, aprovecho para agradecer a todos por estos días. Puedo decir que ha sido una Mariápolis llena de dones». En la perspectiva de concretar el espíritu de la Mariápolis en la vida cotidiana se propuso el proyecto «Todos somos mediterráneos», para sensibilizar a los ciudadanos europeos sobre el drama de la inmigración que afecta a cuantos tienen en común el mar Mediterráneo, desde sus confines del sur, a los países en guerra o desfavorecidos económicamente, en busca de mejores condiciones de vida. Este proyecto, en sintonía con el tema de la Mariápolis “Caminos que se encuentran”, se materializa en la recolección de firmas para pedir a la Unión Europea un significativo cambio de la política migratoria. El último día, al hacer un balance del programa desarrollado, los participantes declararon estar todos satisfechos, especialmente por la acogida que cada uno experimentó desde el primer momento, también a quien venía por primera vez. La ciudad de Astorga, que por sus dimensiones es a medida de hombre y tiene un clima moderado, reúne muchas características que facilitaron la posibilidad del encuentro. En este sentido; «el Movimiento de los Focolares –escriben los organizadores- agradece profundamente al Arzobispado y a la Administración comunal por su exquisita colaboración».
Poner en práctica el amor
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