En estos días en los que en el hemisferio norte se celebra la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2022, desde México nos cuentan cómo se ideó el proyecto ecuménico “Visitas Virtuales a las comunidades cristianas”, nacido hace un año para promover la unidad entre las distintas Iglesias. “México es un país con una mayoría católica. Viviendo la espiritualidad de la unidad, hemos descubierto el anhelo por la unidad de los cristianos y desde hace varios años cultivamos relaciones ecuménicas muy bonitas”. Son las palabras de Dolores Longi, esposa de Pablo, ambos voluntarios en el Movimiento de los Focolares, que desde hace años coordinan el diálogo ecuménico en México. Junto a su hija Úrsula, focolarina, en febrero del año pasado, iniciaron el proyecto “Visitas virtuales a las comunidades cristianas” con la finalidad de extender el ecumenismo más allá de la Semana de oración por la unidad y empezar un camino de fraternidad y comunión de experiencias. Desde los comienzos, los objetivos de este proyecto han sido conocer cómo vive cada tradición y cómo expresa la fe dentro de la sociedad en la que está integrada; además de querer identificar la manera de colaborar por el bien de toda la sociedad. Úrsula, ¿cómo se han concretizado estas visitas virtuales y por dónde han empezado? “Para llevar adelante el proyecto se creó una verdadera Comisión Central formada por nosotros, el Oficial de Ecumenismo para la Iglesia Anglicana de México y Presidente del Consejo Interreligioso del país, el Secretario de la Comisión de Diálogo ecuménico e interreligioso de la Conferencia Episcopal Mexicana, una docente de “Teología Ecuménica” de la Universidad Pontificia de México y una de Ecumenismo en la Universidad Anahuac de la ciudad de Querétaro, además de un sacerdote de la Conferencia de los Misioneros Ecuménicos. La primera visita fue a la Iglesia anglicana para luego pasar a las Iglesias católicas orientales. Todas nos donaron verdaderas “joyas” (la historia, los ministerios, el testimonio de fe y de caridad de jóvenes y adultos). En el encuentro con la Iglesia anglicana estaban presentes varios sacerdotes anglicanos y el Obispo anglicano emérito de Uruguay, Mons. Miguel Tamayo, que contó sobre los encuentros de Obispos de varias Iglesias promovidos por el Movimiento de los Focolares. En cada una de nuestras “visitas virtuales” tuvimos un momento de diálogo en pequeños grupos, que nos dio la oportunidad de conocernos más y entablar relaciones de amistad con las personas de las diferentes Iglesias”. Pablo, ¿qué momentos relevantes hubo y qué tipo de afluencia se constató? “En el programa del año hubo un momento de oración en coincidencia con el día de Pentecostés (período en el que en el hemisferio sur celebramos la Semana de oración por la unidad de los cristianos) y otras siete Visitas Virtuales a distintas Iglesias el último jueves de cada mes, además de un festival ecuménico de lecturas bíblicas y cantos al comenzar el Adviento. Para la difusión de la iniciativa en las redes sociales y con el objetivo de generar una comunidad ecuménica, abrimos canales WhatsApp, Telegram y Facebook, que en los primeros meses del proyecto alcanzaron a más de 10.500 personas de Ecuador, Perú, Argentina, Venezuela, Colombia, Costa Rica, Honduras y Estados Unidos, además de varias ciudades de México. Dolores, ¿qué les ha dejado esta experiencia? “Hemos quedado sorprendidos por la gran respuesta que esta iniciativa ha tenido y estamos muy contentos por haber hecho un aporte, en nuestra medida, al crecimiento del espíritu de unidad en y entre nuestras Iglesias. Nos damos cuenta de que podemos realizar ya lo que el Concilio Vaticano II proponía en el número 5 de la Unitatis Redintegratio: ‘El empeño por el restablecimiento de la unión corresponde a la Iglesia entera, afecta tanto a los fieles como a los pastores, a cada uno según su propio valor, ya en la vida cristiana diaria, ya en las investigaciones teológicas e históricas. Este interés manifiesta la unión fraterna existente ya de alguna manera entre todos los cristianos, y conduce a la plena y perfecta unidad, según la benevolencia de Dios’ ”.
Maria Grazia Berretta
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