«La ilusión y el sueño son las características de este proyecto», cuenta Flavia Cerino, abogada, coordinadora de las actividades en Sicilia. En la compleja realidad de las migraciones, encontró uno de los problemas más urgentes: el de los menores extranjeros no acompañados (MENA) que desembarcan en las costas italianas extenuados por los largos viajes, pero todavía llenos de esperanza en el futuro. Entre los migrantes que llegan a Europa, sin duda los menores no acompañados son los que más necesitan apoyo. En los primeros 5 meses de 2016 (fuente UNICEF) se registraron en Italia 7.000 llegadas, el doble con respecto al mismo periodo del año anterior. «Para poderse quedarse legalmente en Italia, agrega Flavia, estos muchachos necesitan insertarse en el mundo del trabajo lo más rápido posible. Si no logran hacerlo y no regularizan sus papeles, una vez que alcanzan la mayoría edad, se convierten por ley en clandestinos, con el riesgo concreto de entrar en los círculos de la delincuencia». «Por mucho tiempo reflexionamos juntos sobre la situación y las posibles intervenciones, agrega Francesco Tortorella de AMU – Acción por un Mundo Unido, uno de los promotores del proyecto. Nos confrontamos también con varios profesionales que conocen el problema en sus mínimos detalles. La Cooperativa Fo. Co., otro ente promotor, que desde hace años trabaja con los jóvenes migrantes y los acompaña en sus trayectorias de vida. Además fue fundamental, desde el inicio, la contribución de AFN – Acción por Familias Nuevas: los chicos antes que nada necesitan una familia, en el sentido más amplio y profundo de la palabra». La primera fase del proyecto “Conformar una red más allá de la Acogida” empezó oficialmente el pasado 6 de junio, en Catania y en Ragusa, con la puesta en marcha de un programa de formación profesional. Se seleccionaron 43 jóvenes, entre los cuales 11 italianos que, por distintas situaciones de inadaptación social, viven en albergues. La presencia de chicos italianos es una fortaleza del proyecto, que quiere apoyar a jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, independientemente de su ciudadanía. La formación durará hasta octubre, incluidas las primeras prácticas empresariales; la segunda fase del proyecto, tal vez la más innovadora, involucrará en todas las provincias italianas, tanto a empresas disponibles a insertar a jóvenes en equipos de trabajo, como a familias en las que lo jóvenes puedan encontrar un núcleo de relaciones estables, indispensable para su inserción social. En toda Italia se constituyeron nudos territoriales: una verdadera red de seguridad para poder vincular la disponibilidad de familias y empresas con las necesidades de capacitación y trabajo de los chicos. Las empresas que adhieren a Economía de Comunión y al AIPEC tendrán un papel fundamental. Es a partir de estas redes que se busca ofrecer oportunidades de trabajo a los jóvenes que participarán en el proyecto. Por su parte, AFN osfl ha activado desde hace varios meses su red de familias, promoviendo la disponibilidad a la acogida de los jóvenes, por ahora se ha hecho la experiencia en los periodos de vacaciones. «A finales de 2015, escribe Paola Iacovone, 7 chicos que viven en comunidad pudieron hacer una experiencia de familia que fue para todos, también para quienes los acogieron, muy positiva. Provenían de Egipto, Malí y Senegal, eran cristianos copto ortodoxos y musulmanes, y los acogieron familias de Roma, Lanciano, Ancona y Cosenza». En fin, ¡la aventura sólo acaba de empezar! Las instituciones brindaron una óptima acogida al proyecto; si este primer modelo experimental funcionara, se podría sin duda proponer y realizarlo a mayor escala, tal como todos desean. En el sito del proyecto todos los detalles y las informaciones para adherir y contribuir.
Poner en práctica el amor
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