Movimiento de los Focolares

Movimiento de los Focolares, un decidido compromiso por la tutela de la persona 

Abr 14, 2023

Proponemos la entrevista realizada por Adriana Masotti de Vatican News a Joachim Schwind, focolarino y miembro del Consejo General en el Centro Internacional de los Focolares.

Proponemos la entrevista realizada por Adriana Masotti de Vatican News a Joachim Schwind, focolarino y miembro del Consejo General en el Centro Internacional de los Focolares. Se ha publicado en los días pasados en el sitio internacional del Movimiento el primer informe sobre los casos de abuso respecto de menores y adultos vulnerables y sobre los abusos de tipo espiritual y de autoridad acontecidos dentro del mismo. Además de los datos sobre los distintos casos, presenta también las medidas de reparación, los nuevos procedimientos de investigación y las actividades de formación a la tutela integral de la persona. En la entrevista, Joachim Schwind, focolarino sacerdote y miembro del Consejo General, explica el camino emprendido. “Les escribimos para hacer públicos los datos correspondientes al detalle de las denuncias recibidas y a las medidas que hemos encarado como Movimiento de los Focolares, a causa de la llaga de los abusos sexuales respecto de menores y personas vulnerables y de los abusos de conciencia, espirituales y de autoridad en adultos; todo lo cual nos ha afectado a nosotros también”. Así, en una carta publicada en la página web del Movimiento, la Presidente Margaret Karram y el Copresidente Jesús Morán presentan el primer informe sobre la gestión de los casos de abuso perpetrados dentro del Movimiento.  El documento, que se publicará cada año, nos llega tras haber encargado, en el año 2020, a GCPS Consulting que investigara acerca de los graves casos de abuso sexual imputados a un ex focolarino francés, J.M.M. Ese caso marcó el comienzo de una toma de conciencia del problema y por lo tanto la decisión de iniciar un recorrido, en varios frentes, para garantizar la prevención y la  salvaguardia integral de la persona en todos los ámbitos en los que se desarrollan las actividades de los Focolares y luchar contra este crimen. Las víctimas en el centro: el pedido de perdón En la carta, presidente y copresidente ante todo le piden perdón a cada víctima en nombre de todo el Movimiento.  Expresan a las víctimas y a los sobrevivientes una profunda gratitud, como también a las familias y comunidades implicadas –no sólo en Francia, sino también en todos los países en donde han surgido casos de abuso– pues gracias a su colaboración y sobre todo a la valentía al afrontar y poner en evidencia estos crímenes, el Movimiento hoy está llevando adelante con mayor conciencia nuevos compromisos y procedimientos con respecto a la tutela de las personas.  Las personas que han sufrido abusos ocupan en este proceso un sitio central y prioritario.  La escucha, el pedido de perdón, el ofrecimiento de ayuda y el camino reparador son el punto  de partida. La nueva Comisión Independiente Central El informe se compone de distintas partes y presenta los datos correspondientes a los abusos que han llegado a la Comisión para el Bienestar y la Tutela de la Persona (CO.BE.TU.) desde 2014, año de su constitución y por ende de la recopilación sistemática de los distintos casos, hasta diciembre de 2022.  Otra sección está dedicada a las medidas ya iniciadas o en fase de implementación, en respuesta a las recomendaciones de la investigación independiente de  GCPS Consulting. En el texto se anuncia que a partir del 1 de mayo de 2023, para la gestión de los distintos casos, entrará en funciones la Comisión Independiente Central y concluirá la tarea de la  CO.BE.TU.  Además, el informe presenta el “Protocolo para la gestión de los casos de abuso en el Movimiento de los Focolares” y las “Líneas de apoyo y reparación financiera en caso de abusos sexuales en menores/adultos vulnerables”. Está previsto, además, un Órgano de Vigilancia nombrado por la Presidente y formado por al menos cinco miembros externos al Movimiento. Algunos datos presentados en el informe Según los datos referidos en el texto publicado, el total de los casos recogidos de abusos llega a  61. Por lo que se refiere a las víctimas: 17 denuncias se refieren a adultos vulnerables, 28 a jóvenes de entre 14 y 18 años, 13 a personas de menos de 14 años, 2 casos denunciados se refieren a la posesión de material pedófilo-pornográfico.  66 es el total de los autores de los abusos de los cuales 63 varones y 3 mujeres. 20 de entre los responsables de abusos comprobados han sido separados del Movimiento, 9 han sido sometidos a sanciones, otros casos están aún pendientes.  Por último, 39 casos ocurrieron en Europa, 15 en el Continente americano, 3 entre Asia y Oceanía y 4 en África. Para el capítulo sobre los abusos sexuales, de conciencia, espirituales y de autoridad respecto de adultos, los casos denunciados han sido 22, 31 los autores más algunos aún no identificados, 12 son varones y 19 mujeres. La distribución  de los casos por área geográfica indican: 16 casos en Europa, 3 en el Continente Americano, 2 en África y 1 entre Asia y Oceanía. Una red para la contención y la escucha de las víctimas Dentro del Movimiento de los Focolares se reforzarán o se constituirán las Comisiones locales para el bienestar y la tutela de los menores y de las personas vulnerables, con la presencia de profesionales en los ámbitos del apoyo psicológico, legal, pedagógico y formativo, con la tarea de recibir denuncias, testimonios y activar los procedimientos de investigación.  Las comisiones locales podrán ofrecer también un punto de escucha para todos los que deseen compartir la propia experiencia de abuso, violencia, malestares de todo tipo, contando también –si ello fuere solicitado– con un asesoramiento para un recorrido sucesivo. En algunos países, como en Francia, Alemania y otras naciones, estos puntos de escucha ya se han activado. Además, se creará una Comisión disciplinaria central, compuesta en su mayoría por profesionales externos, con la finalidad de evaluar la responsabilidad de los dirigentes del Movimiento de los Focolares en la gestión de los abusos de diferentes tipos. Schwind: una vergüenza que exige un gran cambio Joachim Schwind es un sacerdote del Movimiento de los Focolares, teólogo y periodista de origen alemán. Es miembro del Consejo General del Movimiento y Corresponsable de la Comisión encargada de realizar las recomendaciones del informe redactado por  GCPS Consulting. En nuestros micrófonos Joachim Schwind  cuenta lo que se ha hecho sobre la cuestión de los abusos, a partir de esa investigación, y describe cómo han vivido lo que emergió de allí los responsables y las comunidades del Movimiento: ¿Cuál ha sido el punto inicial de este nuevo recorrido para la tutela de la persona? ¿Por dónde se ha empezado? No sé si hablar de un punto inicial, o más bien de un punto decisivo. Y éste ha sido, sin lugar a dudas, la publicación del informe de la sociedad inglesa GCPS realizado hace un año y que indagó acerca de ese caso de abuso en Francia. No era el punto inicial porque ya en 2011 habían empezado a efectuarse ya algunas medidas, pero que fueron absolutamente insuficientes e insatisfactorias.  En cambio, este informe provocó un gran impacto y una verdadera vergüenza en todo el Movimiento, por la extensión, por la duración de ese caso, por el número de las víctimas, pero también por el fracaso de nuestra gestión de esa situación, en la coordinación de nuestras estructuras organizativas y de gobierno. Y era importante optar por publicar ese informe “sin reservas”, por más que algunos habrían deseado discutir algunas partes; sin embargo, para nosotros significaba aceptar la humillación que contenía ese documento, aceptar el hecho de que no somos mejores que los demás. Pero hay que decir que en la base de todo esto no estaba nuestra elección, sino el coraje de las víctimas que habían hecho la denuncia y que habían indicado lo que había sucedido. Ha de haber sido muy doloroso enterarse de casos de abusos sexuales perpetrados dentro del Movimiento. ¿Cuáles fueron las primeras reacciones? ¿Cuáles fueron, en particular, las reacciones de los responsables del Movimiento a nivel central? Ciertamente, como he dicho antes, ha sido profundamente doloroso, impactante y vergonzoso. Las primeras reacciones fueron la de reconocer los hechos y la de pedir perdón. Todo eso lo había hecho ya la que era en ese entonces la Presidente, María Voce, en 2009,  y lo hicieron nuevamente la actual Presidente  Margaret Karam y nuestro co-presidente Jesús Morán.  Luego, decir lo que fueron las reacciones de un Movimiento mundial no es fácil, porque estamos difundidos en todo el mundo, en todos los contextos culturales y por ello vivimos todo el abanico de reacciones que puede haber: shock, incredulidad, vergüenza, y también una búsqueda de justificaciones. Había quien trataba de explicar la situación como un caso singular, diciendo que los autores estaban enfermos, que esas cosas no nos tocan, o que no se referían al propio país, etc. Había mucho malestar; los padres que habían confiado en el Movimiento para la formación de sus hijos e hijas estaban muy enfadados. Hubo personas que salieron del Movimiento, otras que quisieron ir a fondo en estas situaciones, había quien sentía el deber de hacer algo y luego “dar vuelta la página”. Y en este contexto fue muy indicativo lo que dijo nuestro co-presidente en un encuentro, que “esta página hay que leerla hasta el fondo antes de darle la vuelta”. Frente a esta realidad, ¿cuáles fueron las decisiones que se tomaron, ante todo respecto de las denuncias que habían llegado? La primera cosa que hicimos a nivel de responsables fue  realizar juntos una peregrinación, con una liturgia de pedido de perdón y de reconciliación frente a Dios. Creamos una Comisión, de la que soy miembro, que tenía la tarea de especificar las medidas que habría que tomar.  Muchos de nosotros, empezando por la presidente y el copresidente, buscamos el contacto con las víctimas, y yo también personalmente tengo que decir que esas charlas con las víctimas y con los sobrevivientes han sido lo más precioso de todo este proceso. La decisión quizá más importante fue, a continuación, la de la reforma de la Comisión independiente que tuvo la tarea de indagar sobre los casos de abusos.  Y en esa reforma la parte más evidente y más importante es que de ahora en más todo abuso sexual será denunciado a las autoridades judiciales. En los países en donde existe la obligación de la denuncia, ella se hará inmediatamente. En los países en donde la ley no lo prevé, se hace una especie de investigación y de comprobación sobre la verosimilitud, una vez realizada la cual se pasará a la denuncia a las autoridades judiciales. Además, con la reforma de esa Comisión hemos tratado de acelerar los procedimientos, pensando siempre en las víctimas que no deben esperar demasiado tiempo una vez que han tenido la valentía de denunciar. Hemos tratado también de liberar a esta Comisión de otras tareas, en particular la de la formación, para garantizar un recorrido más rápido de todos los procedimientos, mientras que la formación pasa a una Comisión específica. Luego, hemos creado en distintos países puntos de escucha para facilitar la presentación de las denuncias, porque a menudo no es tan fácil encontrar el coraje para hacerlo. El otro frente de compromiso ha sido el de la prevención de los abusos y de la formación a la tutela integral de la persona de todos los que pertenecen al Movimiento. En esto ha habido una movilización importante… Sin duda, la prevención es el punto quizá más importante y en este contexto nos han ayudado algunos expertos externos, porque después de la publicación del informe GCPS nos vimos tentados de tratar de realizarlo todo, pero corríamos  el riesgo de perdernos, de alguna manera, en el mar de las medidas que queríamos implementar. Se nos aconsejó concentrarnos ante todo en el hecho de crear ambientes seguros en el Movimiento, es decir que los espacios del Movimiento, los encuentros y los lugares sean espacios seguros.  Ciertamente la seguridad en un 100 por ciento no existe nunca, pero hay que aumentar a toda costa la atención y la sensibilización de todos y ello requiere formación, formación, formación.  Nuestra opción ha sido no sólo la de seguir la formación para los mismos formadores, los educadores y los animadores, que ya se estaba efectuando, sino también la de crear recorridos de formación para todos los miembros del Movimiento y hemos lanzado el reto muy ambicioso de que en los dos próximos dos años todo miembro del Movimiento de los Focolares tiene que haber hecho por lo menos un curso básico para la prevención y la protección de los menores contra los abusos sexuales. No sólo abusos de tipo sexual en personas vulnerables, sino también espirituales y de autoridad. De ello también se habla en el informe publicado. Y aquí entramos en un ámbito quizás más sutil, más difícil de descifrar. ¿Qué puedes decirnos a este respecto? ¿Ha habido denuncias de este tipo y cómo se configuran? Es muy importante hablar de abusos espirituales, de autoridad, de poder, de conciencia. Importante porque los abusos sexuales casi siempre son abusos de poder. Entonces el problema que subyace no es la cuestión de la sexualidad, sino que justamente el abuso de la conciencia, el abuso espiritual, el abuso de dependencias relacionadas con el poder. Y es verdad, como dice Usted, que es muy difícil descifrar qué es un abuso espiritual. Ya el mismo término no es muy claro todavía, no está bien definido y pienso que ello se refleja en el número relativamente bajo de casos de este tipo que hemos publicado en nuestro informe. Hay un camino por transitar que ha comenzado y en ello nos ayudarán los puntos de escucha de los que ya he hablado. Luego, también hay personas que han sufrido un abuso de poder y que no quieren denunciarlo ante una comisión, sino que piden para hablarlo con la persona que les ha hecho el daño. Piden una mediación, un coloquio, quizás también un camino de reconciliación. Hay también otros que no han encontrado aún el coraje para denunciar. En todo esto pienso que es muy importante un cambio de cultura y para nosotros hubo un momento muy significativo cuando, en septiembre del año pasado, los responsables del Movimiento de todas las zonas se encontraron en nuestro Centro internacional junto con el Consejo General. Durante varios días hablamos de nuestras experiencias, encontramos nosotros el coraje de la escucha, la valentía de la palabra y tratamos  de crear una nueva cultura  de apertura, de escucha, de contar lo que nos sucede.  Allí también se requiere una formación, distinción del fuero interno y del fuero externo, como aconseja el Papa a la Iglesia; formación a la conciencia, formación a la prevalencia absoluta de la dignidad humana. Sabemos que el poder conlleva siempre un riesgo, entonces el nuestro es un camino que ha empezado y estamos aún afinándolo.  Hay que rever los procedimientos para la elección de los responsables y ahora hay mucha más participación de la base en la elección de los candidatos; y luego hay que practicar la alternancia en los roles de gobierno. ¿Qué significa para el Movimiento de los Focolares hacer público lo que se refiere a la cuestión de los abusos? Habría podido optar por no hacerlo… ¿Qué mensaje se quiere dar? Yo no diría que queremos dar un mensaje con este informe, porque podría parecer que queremos cuidar nuestra imagen. Pienso que ante todo tenemos que pedir perdón a toda persona que sufrió por lo inadecuado de nuestras formas de gobierno, de control y de responsabilidad.  Y también tenemos que agradecer a aquellos que han encontrado el coraje de denunciar y de hacernos sentir incluso su enojo. Con la publicación de este informe, sobre todo a ellos queremos decirles que no lo han hecho en vano y que el camino de nuestra conversión y reparación ha empezado muy recientemente, pero durará. Y pienso que uno de las señales más fuertes de este informe se halla en el simple hecho de que es el comienzo de una serie porque nos hemos comprometido a publicar de ahora en más todos los años ese informe. Ello permite a las víctimas y a la opinión pública seguir y controlar nuestro camino y también dentro de nuestro Movimiento;  y este hecho nos obligará a no detenernos nunca.

Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano

Fuente: Vatican News

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