Acabamos de escuchar historias de paz expresadas en los más variados matices: canciones, oraciones, experiencias, proyectos concretos.
Todo esto refuerza en nosotros la confianza y la esperanza de que es posible ser constructores de paz. El Papa Francisco dice que tenemos que ser cada día “artesanos de la paz”. Y para esto necesitamos perseverancia y paciencia para poder mirar con amor a todos los hermanos y hermanas que encontramos en nuestro camino.
En este Genfest hemos aprendido que la paz empieza en mí con pequeños gestos de atención a las personas, a nuestros pueblos y a la creación.
¿Entonces por dónde podemos empezar?
Lo hemos dicho varias veces en estos días: derrumbando todas las barreras que nos dividen, para vivir la fraternidad. Y esto podemos hacerlo:
- descubriendo que nuestra humanidad común es más importante que todas nuestras diferencias;
- – después estando dispuestos a perdonar y a hacer gestos de reconciliación. Porque perdonar significa decirle al otro: “Tú vales mucho más que tus actos”.
Y como hicimos en la primera fase del Genfest, continuemos, también cuando regresemos a casa, siendo artesanos de paz en nuestras relaciones, dando el primer paso hacia los demás. Será el amor el que nos inspire qué hacer, hacia quién dirigirnos.
Perdonemos sin esperar a que sea la otra persona la que nos pida perdón.
Que este Genfest sea el momento de nuestro SÍ A LA PAZ.
No debemos sentirnos nunca más solos: en estos días hemos visto y ciertamente experimentado la fuerza de la “unión”, Juntos.
Unámonos a todos los que viven y trabajan por la paz. Las communities que construiremos en la Fase Tres ya son un posible camino a seguir.
Termino con una poesía muy bonita titulada “La paz se construye”
¡Abran los ojos a visiones de paz!
¡Hablen un lenguaje de paz!
¡Hagan gestos de paz!
Porque la práctica de la paz lleva a la paz.
La paz se revela y se ofrece a los que la realizan,
día tras día,
todas esas formas de paz de las que son capaces. (*)
Abrir, hablar y actuar.
Entonces: ¡no nos demos paz hasta que no hayamos logrado la paz!
Margaret Karram
(*) Poesía de Juan Pablo II
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