Un territorio inmenso al que se le atribuye adjetivos superlativos. Abraza a ocho países, se extiende desde la cordillera de los Andes al Océano Atlántico, hasta el altiplano de Brasil. La más grande selva lluviosa del planeta, única en el mundo por su densa e impenetrable vegetación, hospeda innumerables especies animales y es atravesada por miles de ríos, entre los cuales el inmenso río Amazonas (con alrededor de 6.400 kilómetros de longitud), a lo largo del cual han surgido muchas ciudades como Manaos y Belén en Brasil, e Iquitos y Puerto Maldonado en Perú. Cuando se dice selva del Amazonas enseguida se piensa en “el pulmón del mundo”, un pulmón fuertemente amenazado por la deforestación y por la urbanización, que año tras año restringen sus márgenes y contaminan su pureza. El “curso de verano”, promovido por Sophia ALC (ente promotor del Instituto Universitario Sophia en América Latina y el Caribe), del 22 al 28 de julio, se desarrolló lejos del imaginario simbólico y cultural por el que comúnmente es conocida la región, y de las características tradicionales que por general se vinculan a su naturaleza exótica y a la riqueza de sus recursos naturales. Su título es “Diversidad, desarrollo, violencia y movilidad humana en América Latina. En el caso de la región Pan Amazónica”, el Curso pretendía más bien privilegiar un estudio interdisciplinario, que abordara temas como la biodiversidad, la socio-diversidad, de la vida de las poblaciones presentes en la región (indígenas, afrodescendientes, ribeirinhos, es decir, de los habitantes que viven a lo largo de los ríos, y muchos otros), los procesos sostenibles de producción agrícola, el encuentro con distintas formas de religiosidad, además de los desafíos de la urbanización, de la violencia y de los intereses de los grandes comerciantes agrícolas. «No hablamos de la selva, somos la selva. No hablamos de Amazonia, somos Amazonia» dijo Marcia Wayna Kambeba, de India, uno de los participantes. Fueron 50 los inscritos, entre estudiantes universitarios de distintas áreas y profesores. La finalidad del Curso era invitar a los presentes a tomar conciencia de la historia de la Amazonia, de la responsabilidad de cada uno ante la compleja realidad de esta región, de las trayectorias culturales e históricas que se entrelazan. Y de la gran importancia de un diálogo respetuoso entre las cosmovisiones y las distintas religiones presentes. «La Amazonia no debería ser vista sólo bajo el aspecto de los intereses económicos y de la riqueza de sus recursos naturales», afirmó Belisa Amaral, estudiante de periodismo de Belén. «El mundo tiene necesidad de explorar su cultura, su belleza, su gente, personas ricas de sabiduría y de amor por su tierra, que defiendan su idioma, sus costumbres, su propia identidad en medio de tantas amenazas». «Ha sido un auténtico laboratorio de humanidad, en busca de alternativas para resolver o por lo menos reducir los problemas sociales y ambientales que existen» dijo Marcelo Rizzo, de Sao Paulo, Master en Derechos Humanos. El Curso fue para él una posibilidad para tener un mayor conocimiento y una «mayor empatía con las personas de cultura indígena, sobre cuestiones amazónicas y sobre el ambiente en general». Fuente: www.sophiauniversity.org; www.focolares.org.br
Poner en práctica el amor
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