Movimiento de los Focolares
#DARETOCARE: Semana Mundo Unido 2022

#DARETOCARE: Semana Mundo Unido 2022

El tema del “cuidado” sigue siendo el tema central de la próxima Semana Mundo Unido: del 1 al 8 de mayo de 2022. Una oportunidad imperdible para las zonas y territorios. ¡Aquí estamos! Faltan pocos días para la Semana Mundo Unido 2022, que nuevamente este año verá a miles de personas de todas las edades, clases, razas y credos involucradas en todo el mundo. A menudo, al pensar en esta cita, inmediatamente vienen a la mente los jóvenes, las grandes reuniones, los “eventos”. Sin embargo, la Semana Mundo Unido es mucho, mucho más, porque no concierne sólo a los jóvenes, durante todo el año hay una riqueza de vida, que ve a las diferentes generaciones del Movimiento de los Focolares y no solo, en acción, juntas, por la fraternidad universal. Los Jóvenes por un Mundo Unido, hace casi 27 años, se propusieron dedicar una semana al año a involucrar más activamente a la opinión pública en el camino hacia un mundo unido. Recuerdo los comentarios, en aquellos días de mayo de 1995 durante el Genfest, tratando de entender cuál era esa propuesta, qué deberíamos hacer, a partir de ese momento y en un año. La respuesta llegó en las semanas siguientes y, como siempre, llegó viviendo. La invitación fue y es muy precisa hoy, y 25 años de historia, desde la primera SMU en 1996 hasta la última en 2021, lo confirman: lo primero es profundizar y dar continuidad a todas las actividades que las comunidades de los focolares continúan con valentía y en algunos casos incluso en silencio, para sostener el camino hacia la unidad en los más diversos contextos: en los barrios, en las escuelas, en los lugares de trabajo, en las situaciones de fragilidad y abandono, haciendo una propuesta a las ciudades, a las instituciones, a los medios de comunicación, para promover la unidad y la paz a todos los niveles, y junto a todas las personas animadas por los mismos principios y objetivos. Los jóvenes no solos, sino junto a todos, incluso los adultos, con la participación de familias, profesionales, adultos comprometidos, políticos… unidos por los valores de la fraternidad universal. Juntos e incluyentes, con acciones de gran alcance que cambien el tejido social y lo mejoren, se puede tener un mayor impacto en la opinión pública mundial. David Sassoli (1956-2022), expresidente del Parlamento Europeo recientemente fallecido, dijo a los Jóvenes por un Mundo Unido con motivo de la Semana Mundo Unido 2021: “Creo que este es un trabajo de pedagogía civil que de alguna manera nos debe concernir, nos concierne a los políticos, a las instituciones, pero también por supuesto al mundo entero, que es tan importante para las asociaciones europeas. Yo creo que en lo particular están en una posición privilegiada, porque ya han definido no solo que es importante cuidar a los demás, sino también cuidar para mejorar las condiciones de vida de los demás”. Este es el “cuidado” que el mundo necesita y que aún en este año tan especial no ha faltado en todos los continentes. “Cuidar de los demás es un acto de valentía”, dice Jomery Nery, una joven abogada de derecho tributario, brasileña que también es directora de operaciones de Anpecom (Asociación Nacional para una Economía de Comunión, del portugués). De la Anpecom nació una iniciativa llamada Supera (Programa de superación de la vulnerabilidad económica). Jomery lo describe así: “Durante todo el año recibimos mensajes, correos electrónicos, comunicaciones de personas que necesitan ayuda para comer, para construir una casa porque viven en casas de cartón, para alquilar, para estudiar o para emprender actividades. Supera es una campaña para recaudar dinero, que luego se utiliza para ayudar a las personas que lo necesitan”. Un “cuidado” orientada a situaciones de fragilidad. Pero incluso en Belfast, la capital de Irlanda del Norte, es algo serio: desde hace unos cuatro años la ciudad acoge una iniciativa que podríamos definir tan ecológica como social y que se desarrolla de la misma forma también en otros puntos del mundo: estamos hablando del Repair Café, que es un “bar para reparaciones”: donde los voluntarios se ponen a disposición de las personas que traen sus objetos rotos para arreglarlos y mientras tanto pasan una hermosa mañana juntos. El Repair Café es una verdadera experiencia, tanto para los voluntarios que reparan como para las personas que deciden invertir su tiempo en llevar un objeto a reparar, en lugar de tirarlo. Los motivos de esta elección son de lo más diversos, desde la preocupación por el cambio climático, hasta el deseo de ver reparado un objeto que nos gusta. Y con esta excusa se entablan relaciones, se retoman fuerzas para enfrentar los desafíos diarios. En Lecce, Italia, una comunidad formada por familias, jóvenes, profesionales, artistas, junto con asociaciones y la parroquia, trabaja para reconstruir un barrio marginal, difícil, gris desde muchos puntos de vista. “La primera idea fue hacer más alegre y colorida la pared del oratorio” – dice el padre Gerardo – “de ahí la idea del primer mural, que también fue muy apreciado por la gente”. Lentamente, gracias al boca a boca y a los jóvenes writers presentes en la zona, llegan artistas de muchas partes del mundo para embellecer los edificios del Barrio Stadio, y con ellos fotógrafos, turistas, administradores locales, atraídos por obras de arte que representan estos murales. Todo es fruto de la fraternidad que se ha creado entre los artistas y los habitantes del barrio, que ha desencadenado un cambio virtuoso del que todos se sienten parte: un verdadero proyecto de ayuda a los más débiles, que ha contemplado acciones de carácter laboral, medioambiental y social. Historias como estas dan un alma a la Semana Mundo Unido: son estas comunidades de personas activas que se involucran y que del 1 al 7 de mayo de 2022 encontrarán un muestra de muchos eventos en todo el mundo, virtuales y presenciales, que no harán más que recopilar y mostrar la vida que existe en los territorios y zonas: # Dare to Care (Atreverse a cuidar) será el título: el “cuidado” que podrá repetir aún hoy lo que dijo Chiara Lubich sobre el Semana Mundial Unido en 2002: “Siempre es un poco especial. Es una de las iniciativas más acordes con el carisma”.

Paolo Balduzzi

El Padre Silio Naduva: pionero de los Focolares en las islas Fiyi

Falleció hace pocos meses, a la edad de 53 años; su pasión era construir puentes entre pueblos y culturas y formar a las nuevas generaciones Los jóvenes eran la “idea fija” del padre Silio Naduva, sacerdote de las islas Fiyi, en el Pacífico Meridional, fallecido hace pocos meses a la edad de 53 años. Asegurarles una formación y una educación humana y espiritual era su pasión más profunda, en una de las islas más remotas del archipiélago, en donde la globalización que lleva el mundo a las casas no es suficiente para dotar a las jóvenes de los conocimientos y los instrumentos para afrontar la vida en un modo consciente, libre y fructuoso. Lo que lo había fascinado del Carisma de la Unidad de Chiara Lubich, que había conocido hacia fines de la década de 1990, era “esa capacidad que tiene el Ideal de crear el clima de familia, de consolidar la unión entre las personas y en particular con la grey que el Señor le había encomendado”, cuenta Roberto Paoloni, voluntario de los Focolares, que junto al padre Silio trabajó en unas semanas de formación justamente en su parroquia, Santa Ana, en Napuka, durante el verano pasado. “En la espiritualidad de la unidad –explica Paoloni– había descubierto una fuerza propulsora increíble” que lo había ayudado a afrontar incluso momentos de gran dolor y dificultad. Había nacido el 28 de febrero de 1967 en Namuamua, en la provincia de Serua, una pequeña aldea en la parte interior de la isla principal de Fiyi. Silo era el séptimo de nueve hermanos y desde muy joven demostraba una gran generosidad, tenacidad, audacia y capacidad de cuidado respecto de sus familiares y de todos. Estudió en el colegio de los padres Marianistas, y luego, a los 17 años, le llegó el enrolamiento en las fuerzas militares de Fiyi. Silio partecipará en dos misiones viviendo experiencias traumáticas, pero sin perder jamás su profunda humanidad. Sólo después de la muerte de su padre, en 1996, entra al seminario regional del Pacífico para iniciar su formación y al año siguiente conoce el Movimiento de los Focolares. Es ordenado sacerdote el 1 de enero de 2005 a la edad de 37 años, y empieza su ministerio en la parroquia de Vudibasoga, en Nabala. En 2013 le anuncian el diagnóstico de la una enfermedad grave, que no le impide, sin embargo, seguir sirviendo y ocupándose de la parroquia con todas sus energías. En 2018 el padre Silio acompaña a algunos jóvenes al Genfest de Manila, Filipinas, y vuelve a casa con el deseo ardiente de alentar a sus muchachos a que siguieran por ese camino. Los guía, los educa y con ellos se dedica a construir puentes hacia jóvenes de otras comunidades, distintos por cultura y lengua, pero siempre hermanos. Uno de sus últimos compromisos fue la promoción de un encuentro para los jóvenes de su parroquia y de las parroquias cercanas, organizado en agosto en colaboración con los Focolares y con la Cáritas local. En una comunidad fragmentada y un tejido social desgarrado por la pobreza y la violencia, el padre Silio trabajó para ofrecerles a los jóvenes un horizonte más amplio, en donde la convivencia se nutre de solidaridad recíproca y en donde pueblos separados por grandes distancias y con tradiciones, culturas y lenguas distintas se encuentran en el respeto recíproco y en el deseo de construir relaciones de fraternidad.

Claudia Di Lorenzi

Arte y danza tras las huellas de San Francisco

Arte y danza tras las huellas de San Francisco

Andrea Cardinali, joven escritor italiano, cuenta acerca de la cuarta edición del Summer Camp de los chicos de “Armonía entre los Pueblos”, que se llevó a cabo en Tierra Santa. Es la narración personal de una experiencia y de una tierra capaces de impactar en el alma como pocos sitios en el mundo. Hay viajes de los que se vuelve descansados, porque han sido verdaderas vacaciones; otros después de los cuales hay que tomarse algunos días de reposo ulteriores por el sueño acumulado, y luego están esos viajes a cuyo retorno nos preguntamos: “Pero… ¿en dónde estuve?”. IMG 20190630 WA0032A veces se vive todo tan intensamente que falta el momento de la pregunta, la fase en la que el hombre se interroga acerca del sentido, del dónde, del porqué. No está mal necesariamente. Todo lo contrario. Sobre todo cuando se trata de transcurrir la mayor parte del tiempo con niños que aún no son conscientes de que están “prisioneros” en su lugar de nacimiento, la Palestina. El hecho que falte el momento de la pregunta no es síntoma de poca reflexión. En algunos viajes, tal vez los más grandes, funciona exactamente así, partes cuando dices un “sí” casi sin darte cuenta y entras con fuerza en la aventura plena. Ya no es posible pensar el sentido desde afuera, estás tan fuera de ti mismo que vives el sentido desde adentro. IMG 20190715 WA0009Estuve 18 días en Palestina, arrastrado hasta allí por Antonella Lombardo y por las maravillosas chicas de la escuela Dance Lab de la ciudad de Montecatini (Italia), algunas de las cuales había conocido en el inolvidable Genfest Let’s Bridge de 2012. “Armonía entre los Pueblos” nació en 2005 con la intención de utilizar el arte y la danza como instrumentos de unidad entre pueblos y culturas. Después de varias ediciones italianas y talleres con chicos de varios países, hace algunos años nació, gracias a la colaboración con el Padre Ibrahim Faltas, el proyecto “Children without borders” IMG 20190711 WA0057(Chicos sin fronteras) que este verano llegó a su cuarta edición en Palestina. Yo he sido el último en unirse a esta comitiva de artistas-educadores y con Luca Aparo de Sportmeet empezamos a movernos también en el ámbito deportivo que sabemos que es igualmente precioso para aprender a divertirse respetando diversidades de todo tipo. Tras dos semanas de workshops artísticos estuvimos actuando con los niños el 14 de julio en el Teatro Notre Dame de Jerusalén, y el 16 de julio en la Fundación Juan Pablo II de Belén, donde hicimos la representación del encuentro histórico de San Francisco de Asís con el Sultán de Egipto Malik Al-Kamil acaecido hace 800 años, en 1219. La presencia del cantante Milad Fatouleh (conocido sobre todo en Italia por la canción “Una estella de Belén”, que fue elegida la mejor canción extranjera en el Festival Zecchino d’Oro de 2004), durante las dos veladas, dio un toque enriquecedor al espectáculo. Fueron muchas las personalidades políticas y religiosas presentes en los dos espectáculos para celebrar el encuentro del Cristianismo y el Islam, signo profético del diálogo interreligioso y de una paz posible.

Andrea Cardinali

Economía y justicia nuevas: el compromiso de los jóvenes de los Focolares

Economía y justicia nuevas: el compromiso de los jóvenes de los Focolares

Setenta jóvenes se reunieron en los EE. UU. en uno de los eventos internacionales vinculados a la Semana Mundo Unido 2019. Una semana que cerró el primero de los 6 “Senderos para un mundo unido” lanzado por los jóvenes de los Focolares, que se centró en el trabajo y la economía y han abierto el segundo sobre la paz, la justicia y la legalidad. UCF FOTO SMU 2019 9Hojas de un mismo árbol o hilos de un mismo tejido. Diferentes, pero unidos por el mismo sueño de fraternidad y por el mismo compromiso de realizarlo. Esto es lo que han experimentado más de 70 jóvenes de los Estados Unidos, Canadá, México, Paraguay, Italia, Brasil, el Líbano y la República Checa, que se reunieron del 9 al 16 de junio en la Mariápolis Luminosa, al norte de Nueva York, la ciudadela internacional de los focolares de Norte América. Le pedimos a Chris Piazza, joven estadounidense presente en el evento, que nos cuente sobre este evento, que fue uno de los eventos internacionales de la Semana Mundo Unido 2019. ¿Cuál fue el tema principal de la reunión? El año pasado, en el Genfest 2018, en Manila (Filipinas), los jóvenes por Un mundo Unido (Y4UW) lanzaron “Pathways for a United World: 6 “Senderos por un mundo unido” para profundizar en 6 temas principales, para vivir en 6 años. El primero, que abraza los temas de la economía, del trabajo y de la comunión, ha estado en el centro del evento en la Mariápolis Luminosa. ¿Y cómo los han afrontado y desarrollado? Hemos estudiado y hecho talleres sobre temas relacionados con las finanzas, el liderazgo, la pobreza de recursos y reflexionamos en pequeños grupos sobre cómo vivir y difundir una cultura basada en dar y compartir, participando en un ejercicio de sensibilización de los consumidores llamado “Into the Label”. El título del último día “Vivir para que nadie pase necesidades” resume lo que hemos vivido. También estuvieron presentes algunos empresarios que se adhieren a la Economía de Comunión, un nuevo modelo económico que promueve la fraternidad en todos los aspectos de la empresa. SMU 2019_Mariapoli Luminosa_2Dos de ellos, de empresas competidoras, contaron cómo intentaron no perjudicar su relación personal a pesar de la feroz competencia de su trabajo. Entre los eventos de la semana también está “Hands4Humanity”: una visita a un asilo de ancianos. Y luego acciones anti derroche y a favor del reciclaje y una exposición de arte titulada “Entramado de fraternidad”, un viaje sobre cómo convertirse en constructores de tejidos de fraternidad”. Un día han estado en la ciudad de Nueva York. ¿Qué han hecho? Hemos dedicado ese día a la crisis climática. Junto con Lorna Gold, autora del libro “Climate Generation” y otros activistas ambientales, se habló sobre cómo combatir la injusticia climática. Todos escribieron un aporte personal o un deseo sobre este tema en un pedazo de papel y lo colocaron al lado del dibujo de un gran tronco. Nuestros compromisos formaron así un gran árbol, un llamado a la acción individual y colectiva. “Este evento me ayudó a comprender que un mundo unido no solo es posible, ¡sino que ya se está haciendo realidad!, ha dicho María Bisada, de Toronto. Incluso si este sendero está a punto de terminar, nuestra misión no acaba aquí”. Teniendo en cuenta los compromisos asumidos y poniéndolos en práctica, ahora abrimos, con todos los jóvenes de los Focolares, el segundo de los “Senderos por un mundo unido”, centrado en la paz, los derechos humanos, la justicia y la cultura de la legalidad.

Stefania Tanesini

Una donación hasta el final

“Un misterio” y “un shock” así ha sido definida la muerte de Pierre André Blanc, focolarino suizo, arrebatado por una fuerte depresión. Sin embargo, en quienes lo conocieron, queda la convicción de que encontró la paz en ese Dios-Amor del que fue un testigo convincente para muchos. “Tu partida, Pierre-André, fue demasiado abrupta para nosotros. Pero tu Palabra de Vida, tomada del libro de Isaías (43.1) “Te he llamado por tu nombre: me perteneces”, nos hace intuir la mirada de amor con la que, creemos, Dios te ha recibido en el Paraíso”. Esta es la última frase del discurso que Denise Roth y Markus Näf, responsables de la ciudadela de los Focolares de Montet (Suiza), durante el funeral de Pierre-André Blanc. Así se resumen los sentimientos contradictorios de muchos de los presentes: por un lado, una inefable perplejidad para esta muerte y, por el otro, la confianza, o más bien la certeza de que ha encontrado la vida verdadera. Era el quinto de seis hijos, Pierre-André nació el 2 de abril de 1962 en Sion (Suiza) y creció en Ayent, un pueblo del Valais en un hermoso clima de amor familiar. Cursó estudios de educación especial y más tarde completó sus estudios de teología. En 1980, en Roma, con motivo del Genfest, un evento internacional de los jóvenes del Movimiento de los Focolares, tomó contacto con la espiritualidad del Movimiento. Le impacta “la calidad de las relaciones entre las personas y la alegría que se leía en sus rostros”, como escribirá más adelante. Al regresar a casa, él también se compromete a vivir este estilo de vida evangélica. Acostumbrado a “encontrar” a Dios sobre los esquís con motivo de retiros en las montañas, ahora descubre en el amor concreto hacia los que lo rodean, una nueva forma de relacionarse con Él. Durante un taller sobre problemas sociales, de repente e inesperadamente se encuentra con una persona que habla de su total entrega a Dios. En Pierre-André surge una pregunta: ¿y si Dios me llama a vivir como esta persona? “Mis temores de seguir a Dios de manera totalitaria – escribirá sobre ese período – no han resistido a Sus intervenciones. Simplemente había tratado de vivir el Evangelio de una manera coherente y Dios había hecho el resto. Comprendí cuánto quería mi felicidad y, sobre todo, que tenía un enorme valor ante sus ojos. Me pareció obvio decirle sí a Jesús, seguirlo donde me sentía llamado: en el focolar”. En 1989 comenzó su formación y preparación para la vida de donación a Dios en el focolar. Aquellos que lo conocieron durante este período lo describieron como sensible a todo lo que “habla” de Dios, alguien que sabía captar lo esencial en las circunstancias y en el prójimo. Después de completar la escuela de formación para focolarinos, Pierre-André formará parte del focolar de Ginebra (Suiza) y desde 2006 en la ciudadela de Montet. Durante muchos años, dio una valiosa y atenta contribución a la vida de la comunidad de los Focolares en la Ciudadela, poniéndose a disposición de los demás con generosidad, concreción y discreción. En el campo profesional, trabajando como educador, primero con niños discapacitados y luego con jóvenes con dificultades de aprendizaje, mostró una profunda capacidad para estar cerca del sufrimiento de los demás. Jocoso y dotado de un fino sentido del humor, Pierre-André se donaba sin reservas. A finales de mayo de 2018, aparecen en él los primeros síntomas de una depresión. Es acompañado inmediatamente por un médico. Después de un mes, será necesaria la internación en una clínica. En algunos momentos puede regresar durante los fines de semana a Montet y, en octubre de 2018, abandona la clínica y regresa al focolar, siempre seguido de un médico especialista. En este período lo acompañan con gran atención y cuidado los otros focolarinos que lo ven continuamente en donación a los demás. Parece que sus condiciones comienzan a mejorar, pero al final, la enfermedad es más fuerte y el 28 de noviembre lo arrastra de forma muy abrupta. El funeral de Pierre-André fue, incluso en medio de la consternación, un momento de gran gratitud para todos por su vida y por el delicado amor que demostró hasta el final.

Joachim Schwind