Movimiento de los Focolares
Llevar el Resucitado al mundo

Llevar el Resucitado al mundo

En el retiro del Consejo General en Tierra Santa se han concluido los tres días de trabajo sobre: comunión de bienes, nuevas generaciones y Asamblea General 2020.   “Ese Jesús que estuvo sepultado aquí y resucitó, ahora quiere vivir en medio de nosotros y que nosotros lo llevemos a todo el mundo”. Así expresó su emoción el Copresidente del Movimiento de los Focolares, Jesús Morán, ante el Santo Sepulcro donde celebró la Eucaristía junto al Consejo General. Una jornada intensa, rica, la del 13 de febrero que comenzó despertando al amanecer para entrar en este lugar extraordinario, que parece tener muchos puntos en común con la semana de retiro que el Consejo General está viviendo en Tierra Santa. En el Santo Sepulcro, de hecho, nos encontramos ante la tumba que Jesús Resucitado dejó vacía. Y, así como en los discípulos de Jesús provocó tantas preguntas sobre el futuro, de igual modo en estos días también el Consejo General se ha dejado interpelar dando espacio a los interrogantes sobre el futuro: ¿Adónde el Resucitado –también a través de los Focolares– querrá llegar hoy? Y por consiguiente ¿Dónde deberían concentrarse las fuerzas, las energías y los recursos? Interrogantes que han impregnado los tres grandes argumentos afrontados en estos días en Jerusalén. Sobre el aspecto “comunión de bienes, economía y trabajo”, el Consejo General ha constatado en todas las expresiones del Movimiento un gran deseo de volver a la radicalidad de los primeros tiempos y de vivir con nuevo compromiso y nueva coherencia la comunión de bienes. Se ha planteado cómo concretar este deseo. La reflexión sobre las nuevas generaciones de los Focolares, segundo argumento tratado, se ha enriquecido con la retrospectiva del Genfest en Manila y la reciente JMJ en Panamá, dos etapas que han puesto de relieve todo el potencial de los chicos y de los jóvenes. Lo demuestran también algunas iniciativas que están difundiéndose ampliamente como el proyecto “Pathways for a United World” o bien el compromiso con “Fame Zero” para derrotar el hambre antes de 2030. Entre los argumentos de reflexión, cómo dar continuidad a las distintas iniciativas en curso para adherirse a estos compromisos. Por último el tercer tema: la preparación de la próxima Asamblea General de 2020. El Consejo ha puesto una particular atención, por un lado, en cómo hacer para que la Asamblea refleje la variedad geográfica, cultural y de vocaciones presentes en el Movimiento; por el otro, se ha interrogado sobre cómo conciliar las exigencias de continuidad y las de novedad que caracterizan el momento actual del Movimiento. Pronto se constituirá una comisión preparatoria que empezará a trabajar a partir de estas dos pistas. Descrito de esta manera podría parecer, sin más, un retiro hecho de tantos interrogantes, pero sin respuestas. No ha sido así. No se ha querido estructurar el resultado en un documento o en líneas programáticas. Pero se ha evidenciado un camino, ya en marcha, fruto de la vida del Movimiento presente en todo el mundo. Dejarse interpelar sobre este camino, dejarse interrogar por los grandes cuestionamientos de la humanidad de hoy y buscar nuevas respuestas, recurrir al itinerario recorrido para mirar al futuro, puede producir efectos inesperados, puede hacer encontrar al Resucitado en vías insospechadas, precisamente como les sucedió a aquellos dos discípulos que, dejando atrás la tumba vacía, se habían encaminado hacia Emaús.

                                                                                         Joachim Schwind

En Nepal para crear vínculos

En Nepal para crear vínculos

Lo que los empuja a salir para dar vida a un focolar temporal es el deseo de compartir el descubrimiento que ha dado sentido y alegría a sus vidas. Para que otros puedan experimentar que vivir por la fraternidad universal es la más bella aventura. Son jóvenes, adultos y familias, que en pequeños grupos parten hacia países lejanos, donde los esperan comunidades y aldeas que quieren recorrer juntos una parte del camino y hacer la experiencia de la acogida y del intercambio entre culturas diferentes, de donarse al otro y “hacerse uno” en las alegrías y en los dolores. Porque –están seguros- de que el hombre se realiza plenamente a sí mismo amando al prójimo. Y la fraternidad es posible también para personas de credos y convicciones diferentes: “Haz a otro lo que quisieras que te hicieran a ti” es la Regla de oro que todos los hombres pueden hacer propia. Estos pequeños grupos son los llamados “Focolares temporales”, son la versión itinerante de los tradicionales Focolares, centros del Movimiento en un territorio y corazón palpitante de su vida interna. En los últimos años han nacido decenas. Siguiendo la huella de los “pioneros” del Movimiento de los Focolares, que a partir de los años ’50 fueron enviados por Chiara Lubich a los distintos continentes para llevar el carisma de la unidad. Como apóstoles modernos. Nepal es punto de encuentro para las poblaciones móngolas de Asia y las caucásicas de la llanura india, la población tiene una espiritualidad profunda donde se suma al budismo, el cristianismo y el hinduismo. Allí viajó un grupo de focolarinos, del 20 de octubre al 7 de noviembre, a la capital Kathmandu a Dharan, en el sur, y después al norte hasta llegar a Pokhara. Sobre todo crearon vínculos. Provenían de India, Italia y Gran Bretaña, y enseguida los miembros del focolar se sumergieron en la cultura nepalesa. A su llegada estaba en curso el Dashain Hindú festival, el más grande festival hindú que involucra a todo el país, y participaron en el rito de la Tika, recibiendo la tradicional bendición. En Daharan el grupo fue acogido en algunas parroquias, donde contaron la historia del Movimiento y presentaron su compromiso por la fraternidad universal. Fue muy grande el entusiasmo suscitado tanto en las personas que encontraron como en los sacerdotes. En la capital se unieron al grupo dos jóvenes nepaleses que participaron en el Genfest 2018 de Manila, compartiendo su experiencia con los estudiantes de una escuela que tienen los padres jesuitas. En Pokhara se encontraron con algunas familias hindúes, pobres y sin recursos, pero la armonía y la dignidad llenaban sus casas. Los focolarinos hablaron del ideal de la unidad, antes de ser invitados a almorzar escucharon juntos música tradicional. Después el grupo fue a visitar al Obispo Paul Simick, Vicario apostólico de Nepal, quien dijo que estaba feliz por su presencia en el país y los invitó a ir a visitar a los sacerdotes. El de Nepal fue un viaje de enriquecimiento recíproco, donde el ideal de la unidad se encontró con la cultura local. Un budista lo describe eficazmente: “Quienes tienen pensamientos ‘altos’, no se sienten felices quedándose en el mismo lugar, sino que, como los cisnes, dejan su casa y vuelan hacia una casa más alta”.

Claudia Di Lorenzi

Una invitación a una cena insólita

Una invitación a una cena insólita

En las mesas servidas con gusto y simplicidad, las conversaciones se alternan en diversos idiomas. Durante tres noches, los jóvenes de los Focolares hicieron los honores de la casa, en una sala cercana al lugar donde se están desarrollando, hasta el próximo 28 de octubre, los trabajos del Sínodo. Después de algunas palabras de cálida bienvenida, las tres cenas fueron ocasiones de intercambio, conocimiento y comunión informal. En el momento del postre, se presentó el reciente Genfest y de algunas experiencias, historias de compromiso y coherencia de los jóvenes, que tenían como finalidad establecer un vínculo más estrecho con los Padres sinodales, en continuidad con un encuentro que ya habían tenido algunos días antes, en el cual se habían planteado preguntas, dudas, elecciones, esperando que del Sínodo puedan surgir algunas respuestas. Durante la segunda velada, Frantisek, de República Checa, tomó el micrófono. En sus palabras se siente una pasión auténtica por la política, y un compromiso concreto en vista a las próximas elecciones del Parlamento europeo. «Les pido que me sostengan con la oración, para que pueda permanecer siempre fiel a la elección de servir a mi gente, sin ningún interés personal». Continuó Nicola, de 33 años, originario de un pueblo cercano de Roma, terapeuta pediátrico en una institución hospitalaria universitaria. «Me ocupo de patologías raras en la práctica pediátrica, y por este motivo estoy continuamente en contacto con situaciones que a menudo se encuentran en el límite de la muerte. A veces es difícil comunicar a los familiares el diagnóstico y las expectativas de vida del niño. En estos momentos me confío a Dios para que me sugiera las palabras y la actitud justa. A veces mi fe se pone a prueba, pero después no tengo tiempo ni siquiera de reflexionar, “obligado” a ocuparme de las personas que tengo delante y amarlas. Es éste verdaderamente un rostro de Jesús Abandonado. Si logro acogerlo así, pobre y miserable, este rostro colma mi vacío. Son muchísimas las situaciones que debo enfrentar. Las familias del Este, son a veces las más desesperadas porque no tienen un sistema sanitario adecuado, ya sea desde el punto de vista económico como clínico, que los pueda ayudar. Por este motivo viajan con la esperanza de encontrar en nuestros hospitales un tratamiento, que en algunos casos representan para ellos costos altísimos, porque son erogables sólo para los ciudadanos residentes en Italia. Son situaciones que te llevan a reflexionar; a veces nacer en una parte o otra del mundo es sólo cuestión de suerte. Es en estos casos que Dios se muestra aún más grande y te pide lo imposible. No podemos ciertamente transgredir las leyes, pero podemos tratar de ayudar de otros modos, por ejemplo, aparatos que ayuden a contener lo mejor posible las deformaciones articulares, o estando siempre cercano y disponible». El tiempo se fue volando. Parecía que los invitados no querían marcharse. El desafío de la escucha profunda y recíproca entre generaciones, el motivo mismo del Sínodo, tomó forma y consistencia también en una cena. Y en las palabras de un canto entonado a María, Silencio altísimo de amor, con el que se concluyó la cena. Escrito por Chiara Favotti y Gustavo Clariá 

Paolo VI, Santo entre los jóvenes

Paolo VI, Santo entre los jóvenes

«¡JÓVENES GEN! ¡Nosotros los acogemos con gran alegría! ¡Como hijos, hermanos, amigos! […] Busquen lo característico de la juventud. En cuanto la mirada de su conciencia se abre ante la escena del mundo que nos rodea, una inquietud se despierta en el alma de la juventud: quiere conocer, quiere sobre todo probar, quiere intentar. ¿Qué cosa buscan? […] Ustedes, jóvenes de este tiempo, ya tienen una respuesta negativa, y casi rebelde en sus corazones: ustedes dicen, ¡no queremos el mundo así como se nos presenta! Es un fenómeno extraño: un mundo que les ofrece los frutos más bellos, más perfeccionados, más deseables de la civilización contemporánea, no los satisface, no les gusta, ustedes aprovechan las conquistas, las comodidades, las maravillas, que el progreso moderno les pone a disposición. Pero un sentido crítico, de protesta e incluso de nausea detiene vuestra búsqueda en esa dirección. Es una dirección que les lleva fuera de ustedes mismos, es una alienación, porque en el fondo, es una dirección materialista, hedonista, egoísta. Que no satisface verdaderamente el alma, ni resuelve verdaderamente los problemas esenciales y personales de la vida. […] Ustedes han hecho otra elección. Por eso se llaman Gen, Generación nueva. Es sobre todo una elección liberadora. Liberadora del conformismo pasivo, que dirige a gran parte de la juventud de nuestro tiempo… La base de vuestra psicología es un acto personal y soberano de libre determinación. La elección de Cristo. […] Jesucristo se entrecruzó con vuestros pasos; y es por eso que hoy ustedes están aquí. Sí, por el encuentro con Él, con Jesucristo. ¿Pero quién es Jesucristo? ¡Qué pregunta inmensa!. […] Y bien: primero, en Sí mismo, Cristo es el verbo de Dios hecho hombre; Cristo, para nosotros, es el Salvador de la humanidad. Dos océanos: la divinidad de Jesucristo, y la misión de Jesucristo en el mundo. […] A nosotros nos parece que ustedes, focolarinos, han afrontado este doble problema: ¿Quién es Él, Cristo? y ¿Quién es Él, Cristo, para nosotros? Y por eso el fuego de la luz, del entusiasmo, de la acción, del amor, del don de sí y de la alegría se ha encendido dentro de ustedes, en una plenitud interior nueva ustedes lo han comprendido todo, Dios, ustedes mismos, su vida, los hombres, nuestro tiempo, la dirección que quieren imprimir a su existencia. Sí, esta es la solución, esta es la clave, esta es la fórmula, antigua y eterna, un descubrimiento, nuevo.  Ustedes la han intuido, y con todo el derecho han dado a su movimiento la definición de «Generación nueva», ¡Gen! Por lo tanto, ¡queridísima Juventud Gen! ¡Encuentren, conozcan, amen, sigan a Jesucristo! Este es su programa. Esta es la síntesis de su espiritualidad, que ustedes, celebrando el Jubileo del Año Santo, quieren reafirmar en sus conciencias y traducir con sus vidas. Con dos conclusiones. La primera: para condensar en un pensamiento central y fecundo el secreto de su Movimiento traten de tener siempre a Jesús como Maestro. Y después la segunda conclusión, escuchen atentamente de los labios del Maestro Jesús la palabra: «Todos ustedes son hermanos». Tengan la sabiduría y la valentía de llegar a esta conclusión, que es la raíz de la socialidad cristiana. A menudo es desconcertante observar como muchos, que se dicen seguidores del Evangelio, son incapaces de deducir del mismo Evangelio una socialidad basada en el amor. […] Ustedes, Generación nueva, sean fieles y coherentes. Si han elegido a Cristo como su Maestro, confíen en Él y en la Iglesia, que a Él les conduce y presenta. Demuestren con los hechos la fuerza de realización de la caridad, del amor social, instaurado por el Maestro. Sí, será una experiencia nueva, generadora de un mundo más justo y más bueno. Será una experiencia fuerte; que exigirá resistencia, sacrificio, heroísmo quizá; que exigirá que también ustedes sean robustos y decididos Cirineos, que ofrecen sus espaldas para sostener la Cruz de Jesús. Si, ¡también tienen que sufrir con Él, como Él, por Él! ¡Pero no teman, Gen! ¡Estén seguros! Habrán trabajado para su salvación y la de nuestro mundo moderno. Y siempre, como hoy ¡sean buenos y felices!».

La Cuba que soñamos

La Cuba que soñamos

«El domingo 12 de agosto se concluyó el primer Genfest de Cuba, ¡un sueño custodiado en nuestros corazones, un sueño que habíamos confiado a Dios  y que Él hizo realidad!» escriben los Jóvenes por un Mundo Unido cubanos. La Habana se vió inundada por jóvenes de toda la isla que llegaron para el Genfest, un evento con “muchas primicias”. De hecho –escriben- hasta ahora «nunca habíamos logrado realizar en Cuba una manifestación de estas dimensiones, obteniendo los permisos necesarios de la Oficina del Partido para las relaciones con los organismos religiosos, de quienes recibimos una óptima colaboración. Fue realizado con la ayuda de artistas y profesionales quienes con pasión, dedicación y total entrega ante las enormes dificultades dieron armonía y belleza al contenido propuesto por los jóvenes, después de meses de consultas. El evento inaugural se desarrolló en el centro histórico de la ciudad, donde el Papa Francisco en septiembre de 2015 invitó a los jóvenes cubanos a llevar adelante “la amistad social” con todos y entre todos, “para construir la Cuba que sueñan”. El sábado 11 de agosto los participantes profundizaron el tema “Beyond all borders” (Más allá de las fronteras) a través de 9 talleres, sobre economía social y Economía de Comunión, ecumenismo, relaciones interpersonales, habilidades necesarias para construir la paz, posmodernismo, etc. «En la tarde, en un famoso cine de la ciudad, con alrededor de 600 participantes, se dio testimonio a través del arte y de experiencias de vida que vale la pena vivir por un mundo más unido. Un momento profundo fue la interpretación de una actriz de la figura de Chiara Lubich y de su pensamiento sobre el dolor que genera vida, el secreto para ir “más allá de toda frontera”. «Ha sido la experiencia más bella de mi vida -escribió una joven- en donde la unidad y el amor son la esencia de una forma de vida que construye un mundo más unido. Han logrado despertar mi fe y la esperanza». «Para nosotros que hemos trabajado en su realización durante casi un año -dijo uno de los organizadores- ha sido un largo camino, con no pocas dificultades, dadas las condiciones del país. Pero nunca faltó la ayuda de la ‘Providencia’ que llegó en el momento justo para animarnos y darnos los recursos: desde Corea del Sur, de Colombia, Bulgaria, Italia, México, Puerto Rico, Canadá, Filipinas… ». «Nos lanzamos a hacer cosas que no habíamos hecho nunca: cantar, bailar, presentar desde el palco, contar nuestros testimonios superando la timidez y el respeto humano. Aprendimos a escucharnos más, a no imponer nuestras opiniones, sino a hacer nacer las ideas juntos. Concretamente hemos aprendido a querernos». «El Genfest ha sido una explosión de amor y de unidad que revolucionaron nuestra ciudad», dicen. Y uno de los participantes: «Estamos haciendo historia, no la que queda en los libros, sino en el alma de todos nosotros que pensamos, trabajamos y participamos en el Genfest. Permanecerá en la memoria de esa Habana Vieja, hoy renacida gracias a los Jóvenes por un Mundo Unido». «Ha sido muy bella y fructífera –escriben- la colaboración con otros Movimientos, con la Pastoral Juvenil, con el Consejo de las Iglesias de Cuba». Y concluyen: «El Genfest de Cuba hizo honor a su objetivo, ir “más allá de las fronteras”, superando las graves dificultades durante la preparación por la dimensión que había alcanzado. Una demostración que para Dios nada es imposible. Llevando adelante una revolución de amor en todo el mundo, y tantas personas que no conocían nuestro sueño han sido testigos. «Agradecemos a todos los que han creído en esta locura y que nos han acompañado con su apoyo y recursos en esta aventura, ¡qué profunda alegría saber que somos parte de una familia tan grande!».