Movimiento de los Focolares
La invención de los jóvenes, la obra maestra de Chiara

La invención de los jóvenes, la obra maestra de Chiara

Un Webinar para recorrer la historia del Movimiento Gen, una de las más revolucionarias agrupaciones juveniles del siglo pasado, que continúa su carrera en el siglo XXI también. En el año del centenario de Chiara Lubich, sin lugar a dudas había que retomar la aventura del Movimiento Gen, que vio la luz en 1967, y que involucró en su idealidad de un mundo unido a cientos de miles de jóvenes, en todo el mundo.  Un Webinar, el pasado 18 de octubre, moderado por el periodista de la RAI Gianni Bianco, recorrió la historia de una agrupación juvenil que, aun con altibajos, supo formar a hombres y mujeres que se hicieron un espacio en la vida, y no a través de actos de fuerza o de la ambición desenfrenada, sino a través del ideal evangélico del hacerse uno con todos. Gente que, tanto la que ha quedado en el álveo del Movimiento, como la que se alejó de él, ha seguido “viviendo” de las intuiciones carismáticas de Chiara Lubich, cada uno de ellos en su propia dimensión espiritual y profesional. Uno de los presentes era Franz Coriasco, autor del libro publicado en italiano Generazione nuova. La storia del Movimento Gen raccontata da un testimone (Generación nueva.  La historia del Movimiento Gen contada por un testigo), de la editorial Città Nuova.  Su visión era muy personal, pero al mismo tiempo colectiva, no sólo por la búsqueda apasionada y profunda que llevó a cabo, sino también por la coincidencia de los cientos de intervenciones que sostienen su narración. También estaba presente Luigino De Zottis, quien, junto con Virgo Folonari había sido elegido en 1966 por la misma Chiara Lubich para iniciar el Movimiento Gen.  En su intervención recordó a aquellos que permitieron el nacimiento de la nueva agrupación de jóvenes vinculados al focolar: «La inspiración de Chiara fue inesperada –dijo– pero nos involucró de una manera más que radical.  Mi vida y la de una infinidad de otros jóvenes tuvieron un desarrollo inusitado.  Recuerdo que a nosotros, los adultos que debíamos hacer nacer el Movimiento Gen, Chiara nos dijo: “Ustedes, adultos, no tienen que hacer nada para que nazca el movimiento de los jóvenes.  Tienen que ser para ellos como ángeles custodios”». Esta “regla”, la de la relación intergeneracional, ha hecho historia y sigue siendo innovadora. Il Cardenal Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para la vida consagrada, participó también, pues él había sido uno de los primeros “Gens”, o sea los Gen seminaristas. Focalizó la atención en el elemento central del carisma de Chiara Lubich: «Jesús abandonado no es algo pequeño, es el reconocimiento de una verdad y es lo que permite ir adelante cuando las dificultades parecen insuperables». Y con palabras fuertes invitó al Movimiento a redescubrir su propio espíritu de comunión originario. Intervinieron también algunas personas que han quedado trabajando activamente dentro del Movimiento. Una de ellas tuvo palabras muy significativas; se trata de Margarita Karram, de Tierra Santa, que sintetizó así su aventura con Chiara: «La revolución del amor evangélico es la que ama incluso a los enemigos.  Por un lado quiero mencionar la palabra “identidad”: mi tierra me dejó la convicción de que mi verdadera identidad es la de Jesús de Nazaret.  Y por otro lado, la palabra “corazón”, porque el Evangelio hay que vivirlo con radicalidad, con un corazón de carne, no de piedra, sin erigir muros». «¿Estamos en el comienzo del final, o en el final del comienzo?», se preguntaba Franz Coriasco cuando habló.  Le respondió Jesús Morán, actual copresidente de los Focolares: «Hoy ya no estamos en la fase de la utopía de la unidad, la conciencia de la unidad en la humanidad es trágica. O nos volvemos uno o nos destruimos.  Las posibilidades para los Gen son enormes, porque hay una conciencia más clara de lo que es la unidad.  Estoy convencido de que estamos en el comienzo de nuevos desarrollos, que mostrarán un carisma encarnado».

Laura Salerno

La conclusión del webinar fue confiada a los Gen de hoy –en nombre de todos, hablaron  Laura Salerno, Conlet Burns y Anna Aleotti− y tenía que ser así, porque la aventura continúa.  El Movimiento Gen nació en el período de la exuberancia juvenil de los años 1967-1968, y los Gen de la época tenían una mirada revolucionaria.  Pero hoy también la tienen, como por ejemplo dan testimonio de ello los jóvenes  Gen libaneses que salieron a las plazas un año atrás, a partir del 17 de octubre de 2019, para propugnar una sociedad menos corrupta, más fraterna, más justa y más inclusiva. Makran, Salim, Mia y sus amigos muestran que el impulso revolucionario de 1967 sigue siendo válido en 2020.

Michele Zanzucchi

En Bélgica es “el tiempo del nosotros”

El aporte de los Focolares en el complejo camino de integración y diálogo entre cristianos y musulmanes en Bélgica, tierra herida también por los atentados terroristas del 2016. “Ha llegado el ‘tiempo del nosotros’, somos una comunidad, una ‘minoría profética’”. Así se expresaron María Voce, Presidente del Movimiento de los Focolares, y Jesús Morán, co-presidente, participando en Bruselas en la cita en la que se reunieron juntos cristianos y musulmanes que desde hace años tratan de vivir en el país la fraternidad en la diversidad y en el respeto de la identidad religiosa y cultural de cada uno. Estaban presentes en el encuentro unas cincuenta personas, la mitad musulmanas y la mitad cristianas, todas protagonistas del diálogo. Como primera cosa los saludos alegres alrededor de una taza de té marroquí crearon un clima de familia. “Experimentamos una unidad profunda –dijo Jesús Morán- porque Dios es demasiado grande y está presente por doquier en nuestra vida”. La historia del Islam en tierra belga empezó hace cincuenta años, con la llegada de migrantes de origen marroquí y turco, y prosiguió con la llegada de personas de otros países y hoy día se ha enriquecido con las nuevas generaciones nacidas en Bélgica. Después de los atentados de Bruselas de marzo de 2016, el diálogo con los musulmanes se convirtió en una prioridad también política. Existe una nueva toma de conciencia de la problemática vinculada a la integración, o mejor dicho a la no-integración, de las minorías musulmanas. A menudo se pone el acento en la diversidad, en el “nosotros” y “ustedes” fomentando así corrientes fundamentalistas. En el país convive una minoría musulmana, creyente y practicante, que manifiesta su identidad en el espacio público, y una mayoría de ciudadanos que rechazan la herencia cristiana y muchos son agnósticos o indiferentes ante la fe. Esta sociedad materialista y fuertemente laicista confunde a menudo el fundamentalismo con el Islam en su esencia y belleza. La amistad entre los Focolares y los musulmanes en Bélgica empezó hace años cuando una focolarina fue a dar clases a un barrio con fuerte presencia islámica. Nacieron relaciones profundas con tantas personas y, poco a poco, hubo quien quiso conocer que era lo que animaba a la maestra generosa. Fue así como surgió un núcleo de personas que empezaron a caminar con los Focolares, participando también en los encuentros internacionales de carácter interreligioso. El diálogo emprendido es y sigue siendo un “diálogo de la vida” que teje una red de fraternidad vivida, renovada, apreciada especialmente en estos tiempos difíciles donde se expande la desconfianza.

Chris Hoffmann

Andrés, guerrero y maestro de vida

Andrés, guerrero y maestro de vida

20160620_AndreaCicaré1Apenas se supo de la  gravedad de la enfermedad, los amigos de Andrés, junto a chicos y adultos de Appignano empezaron a reunirse alrededor de los familiares en la pequeña iglesia de la Virgen Dolorosa. Cada vez eran más numerosos y era cada vez más sentida la oración, por la sanación de Andrés. Y conforme el internamiento se iba prolongando, pedían con fe también la fuerza y la paz para sus papás, y para que Andrés no se sintiera nunca solo, ni siquiera cuanto tenía que afrontar exámenes o terapias, para que no tuviera que sufrir demasiado. Precisamente este año su salón de clases se estaba preparando para la Primera Comunión y los chicos y sus padres, todos de acuerdo, decidieron postergar el evento al siguiente año para permitirle a Andrés celebrarlo con todos. 20160620_AndreaCicaré2Finalmente Andrés regresa a casa. Sus amigos sabiendo que por el tratamiento había perdido todo el cabello, para no hacer que se sienta mal, también ellos se rapan el pelo para recibirlo. Mientras tanto Andrés, como un verdadero campeón de la serenidad, prosigue el tratamiento, sin perder nunca su maravillosa sonrisa. Después de dos años Andrés parece curado, tanto que puede participar en el curso de verano de formación y en los encuentros semanales de los chicos del Movimiento diocesano de los Focolares. 20160620_AndreaCicaré3En febrero de 2016 hay una novedad: los exámenes sugieren que haga un nuevo ciclo de terapia, que también esta vez parece dar buenos resultados. Pero precisamente mientras regresa a casa de un encuentro Gen 3, tiene una grave crisis que lo obliga a internarse de inmediato. Es difícil describir lo que sucedió entonces en Appignano. Tres veces a la semana los compañeros de clases y de toda la escuela, junto a los jóvenes amigos de Federica, su hermana y muchas otras personas cercanas a la familia, vuelven a llenar la iglesita de la Dolorosa. Quienes guían los momentos de oración son los mismos chicos, en un extraordinario clima espiritual de fe en Dios Amor, seguros de que todo lo que Él manda o permite, siempre conduce al Bien. Es ésta una certeza que también cuando Andrés, con trece años, deja esta tierra, no decae su presencia en la comunidad de Appignano. Durante dos días un peregrinaje continuo de chicos y de adultos prosigue en forma continua en la capilla de la Dolorosa –donde está el cuerpo de Andrés- para acompañar a la familia, y hacen turnos para no dejarlo nunca solo. En el funeral, que se celebra en la parroquia, la iglesia no logra contener a todas las personas que vienen. El celebrante habla de Andrés como de un “guerrero” y un “maestro de vida” al recordar la fuerza con la que enfrentó la enfermedad. Subraya con estupor el gran sentido de humanidad, de fraternidad, de fe que el chico supo despertar en toda la comunidad. A la salida, los niños y los adolescentes lanzan al cielo cientos de globos blancos, como símbolo de su seguridad de que Andrés está en el Paraíso y de la gran cercanía de toda la comunidad con la familia: es una imagen que inunda también las redes sociales. foto 8Un obrero, padre de familia, observaba: “Lo que más me impresiona es esta gran participación de personas, de nacionalidades y religiones distintas. Es una verdadera enseñanza también para nosotros los adultos, que a menudo nos olvidamos de la humanidad que nos une a todos. Realmente Andrés y sus amigos son nuestros maestros de vida”.  Y una chica: “Rezamos mucho pidiendo el milagro. Y el milagro ocurrió: un chico logró unir a todo el pueblo a su alrededor. Es algo que no se puede explicar”. En el cementerio, una niña viendo a una mujer llorar desconsolada, se le acercó para decirle: “No llores. Ahora Andrés está con Jesús”. Ya han transcurrido dos meses desde que ocurrieron estos acontecimientos e inexplicablemente los encuentros de oración en Appignano prosiguen todos los miércoles, “porque precisamente es así –dicen los chicos- tenemos que seguir adelante para que los frutos de Andrés –asi me gusta llamarlos, dice una de ellos- sigan madurando entre nosotros”.

Azir Selmani, maestro del  diálogo

Azir Selmani, maestro del diálogo

AZIR SELMANI«Un hombre de gran estatura moral y de una cultura  excepcional: ¡fue un privilegio haberlo conocido!» Son innumerables los ecos que llegan de todas partes del mundo al enterarse de su fallecimiento, personas que, llenas de gratitud, testimonian que cada encuentro con Azir fue un “momento de Dios”. Originario de Kosovo, profesor, casado y padre de tres hijos, Azir Selmani (9.5.1947-17.4.2016) es el primer musulmán que en Skopje (en Macedonia, lugar a donde tuvo que trasladarse por motivos políticos) conoce a los Focolares. «En 1990 – cuenta él mismo – daba clases en un grupo donde todos eran musulmanes, había solamente un católico y yo sentí la necesidad de protegerlo. Como signo de gratitud sus padres me invitaron a la Mariápolis en Eslovenia.  Cuando estaba con ellos me preguntaba: pero ¿quiénes son estas personas? Probé abrir mi corazón y el amor lentamente me transformó. El último día me llené de coraje y frente a una sala de 300 personas admití que gracias a ellos había encontrado el amor, ¡el Dios Uno, el Omnipotente! A la luz de Dios vi mi pasado lleno de fracasos. Me disgustaba yo mismo por haber explicado a todas las generaciones de alumnos que había tenido que en el mundo la fuerza más grande era la fuerza atómica, mientras que ahora estaba convencido de que la fuerza más grande es la del amor. Poco a poco delante mío se fue abriendo una vida nueva, comencé a leer el Corán y a conocer a Dios. Traté de transmitir mi descubrimiento a los colegas y amigos y pronto éramos una veintena los musulmanes que queríamos vivir la espiritualidad del Movimiento». Azir abre su casa para que en ella se realicen encuentros. Está siempre dispuesto para dialogar y dar su testimonio, y se ofrece  para traducir los textos de Chiara Lubich a los amigos albaneses. Impresionadas por el testimonio de Azir y de Behije su esposa, parejas con dificultades de relación se dirigen a ellos que con sabiduría y delicadeza los acompañan hacia la reconciliación. Azir y Behije participan en varios encuentros interreligiosos del Movimiento, en su país y también a nivel internacional, durante los cuales Azir establece relaciones de unidad y amistad con personas de todo el mundo. En Roma tiene modo de conocer personalmente a Chiara a quien inmediatamente le comunica sus sentimientos más profundos. Le escribe a Chiara hermosas cartas que comienzan siempre con: «Queridísima mamá, te escribo con alegría y libertad… no puedo agradecerte lo suficiente…». En una de estas cartas le confiesa: «Durante el último Ramadán leía atentamente el Corán y el Evangelio. Estoy cada vez más convencido de que el islam y el cristianismo esconden un tesoro común que se puede descubrir con la buena voluntad y el amor». En 2007 adhiere enseguida a la invitación de Chiara de estrechar con ella y entre los musulmanes del Movimiento, el pacto del amor recíproco «de forma de poder experimentar – augura Chiara – Dios que se hace presente entre nosotros. Y Él nos guiará por el camino de la unidad». Viendo los efectos de este diálogo lleno de coraje y rico de comunión que se practica en el Movimiento, Azir testimonia: «Puedo decir que el sueño de Chiara se está realizando». Él no se conforma nunca con la mediocridad y la diversidad no le da miedo. Al contrario, quiere enfrentarla, convencido de encontrar en todos lados la semilla de la Verdad. Cuando hubo un simposio interreligioso en Roma, en el 2014, Azir logra saludar personalmente al papa Francisco: «¡Se cumplió el sueño de mi vida!», comentó feliz. En los últimos seis meses Azir lucha con la enfermedad, pero nunca deja de vivir por la unidad. Y, de acuerdo con su exquisita sensibilidad por el otro, nunca niega una visita que cada vez se convierte en un momento sagrado. Sus palabras sobre la Libertad, sobre lo Esencial, sobre la Eternidad, sobre la Verdad – valores que siempre persiguió auténticamente – permanecen indelebles en los corazones de sus interlocutores. Este “maestro del diálogo”, de mirada profunda y amplios horizontes, con su alma rica de poesía, nos deja muchas cartas, escritos, poesías sobre la misericordia, sobre María de Nazareth en el islam y sobre puntos de encuentro con el cristianismo.

En Bruselas, Dios llora con nosotros

En Bruselas, Dios llora con nosotros

Dieu-pleure-avec-Bruxelles-© MICHEL-POCHET

“A Bruxelles, Dieu pleure avec nous” © Michel Pochet

En un comunicado intitulado «En Bruselas, Dios llora con nosotros», el Movimiento de los Focolares en Bélgica así se expresa: «Los terribles atentados perpetrados en la mañana del martes (22 marzo) en el aeropuerto de Zaventem y en el subte de Maelbeek, en  el corazón del barrio europeo de Bruselas, nos llena de consternación. Solidarizamos con las víctimas y sus familiares que lloran sus seres queridos y los sostenemos con la oración. Rezamos también por todos los que sufren a causa de la violencia en muchas partes del mundo y por los responsables de estos actos insensatos, en antítesis con la paz. De frente a algo tan absurdo nos surge del corazón una pregunta: ¿Dios mío, nos has abandonado?. La Pasión de Cristo, que conmemoramos el Viernes Santo, nos ayude a creer que cada sufrimiento encuentra eco en el grito de abandono de Jesús en la Cruz y que la resurrección nos hace esperar en el alba de un mundo mejor. Los atentados del martes 22 de marzo son una señal elocuente que nos invita a redoblar nuestro compromiso para que triunfe la paz, fruto de la solidaridad y de la fraternidad. Una propuesta: encontrarnos cada día, en donde estemos, para el TIME_OUT: un minuto de recogimiento por la paz, a mediodía». Fuente: Focolares Bélgica online