Movimiento de los Focolares
Tailandia: entre los refugiados Karen

Tailandia: entre los refugiados Karen

DSC_0046-Luigi-2«Acabamos de llegar después de haber transcurrido tres días entre los refugiados Karen, en Mae Sot, en la frontera con Myanmar. Una experiencia muy fuerte, como todas las experiencias en contacto con el dolor de las personas». Quien escribe es Luigi Butori. Desde hace muchos años vive en el sudeste asiático, en uno de los focolares de la región. «Cargamos en la furgoneta más de 30 cajas, llegadas de Italia, y partimos con Glauco y Num, un gen budista. Ya es costumbre, cada 3 o 4 meses hacemos este viaje de unos 500 km». Mae Sot es una ciudad de Tailandia occidental, cerca de la frontera con Myanmar. Es un importante nudo de conexión con el país cercano, refugio para muchos desplazados y migrantes en general. Viven en condiciones económicas y sociales pésimas. “Ésta es nuestra gente” escribe Luigi. Algunos de ellos, los que tienen un trabajo en las empresas agrícolas o en las industrias del área, son víctimas también de explotación, con salarios de hambre. Pero, siendo clandestinos, no pueden hacer valer sus derechos en materia de seguridad o de una remuneración decorosa. Una multitud de refugiados encontró amparo en los campos instalados por las numerosas organizaciones internacionales presentes en el área fronteriza, en territorio tailandés. Entre las decenas de etnias perseguidas, muchos pertenecen al pueblo Karen. Su historia es poco conocida, la de un pueblo, simple y campesino, obligado a huir. Éste es uno de los numerosos conflictos étnicos descuidados por los medios que reducen su categoría a la “de baja intensidad”. DSC_0549-002-768x513«Hacía mucho tiempo que, junto con Padre Joachim, un sacerdote birmano che vive en Mae-Sot habíamos planificado este viaje. Jim, otro focolarino de Bangkok, nos alcanzó por la mañana, luego de un viaje de 10 horas en bus, de noche, con muchos controles a lo largo de la carretera. Cada vez, llegando a Mae Sot, parece que entramos en otro mundo, donde los valores cambian. En lugar del consumismo y de las comodidades, nos acercamos a personas que no tienen nada, pero que están felices de lo poco que reciben de nosotros, y que nos llega de muchos amigos, cercanos y lejanos. Saben que venimos sólo por amor: “Para nosotros, el amor que nos traen es la razón para seguir viviendo y esperando”, nos dijeron en varias ocasiones. Comimos juntos los mismos alimentos que comían ellos y ya éste es un testimonio que habla por sí solo. Una noche fuimos en medio de los campos, podría decir en medio de la nada, con nuestra furgoneta que casi se hundía en el barro, rodeados por el maíz. Y todo esto para recoger a una familia católica y luego volver a partir hacia otro lugar, donde nos esperaban unos cuarenta católicos, para la S. Misa. Estaba oscuro, llovía y el lugar estaba repleto de mosquitos. Estábamos bajo una cubierta de una gran cabaña con una pequeña luz. Pensé espontáneamente en las bellas catedrales de Roma, donde viví por cinco años, pensé en los frescos, los órganos y las luces. Esa cabaña abierta, con tantos mosquitos, con esa luz tan tenue y todos nosotros sentados en el piso, me-nos pareció una basílica romana. Porque Jesús estaba ahí espiritualmente con nosotros, en medio de esa gente que no tiene nada». DSC_0050-BambiniDesde hace algunos años, Luigi es el anillo de conexión de un hermanamiento que une a los niños Karen de Mae Sot con los de Latina y con grupos de Lucca (Italia) y Poschiavo (Suiza). Con los fondos y los enseres recogidos se pudo construir y poner en marcha una pequeña escuela, llamada “Gota tras gota”. «Nosotros del cuarto grado, nos encontramos con Luigi – escribían los estudiantes de la escuela primaria “C. Goldoni” de Latina –. Estábamos felices de volverlo a ver, pero sobre todo curiosos de tener noticias de nuestros amigos Karen y de su escuela. Él nos trajo fotos e informaciones acerca de cómo proceden las cosas allá. Nos quedamos sorprendidos viendo que lo que a nosotros nos parece completamente normal (un baño, un puente de madera) para ellos es algo fundamental que puede mejorar su vida cotidiana. Gracias al proyecto “Gota tras gota” podemos construir un puente de solidaridad con nuestros amigos lejanos».  

Multiplicar los espacios de encuentro y de diálogo

Multiplicar los espacios de encuentro y de diálogo

20151120-01Ante los dramáticos acontecimientos de París y de tantas partes del mundo, «el Movimiento de los Focolares, mientras llora con quien llora, sigue creyendo en el camino del diálogo, de la acogida y del respeto del otro, quienquiera que sea y de cualquier proveniencia, credo religioso y pertenencia étnica», declaró la presidente María Voce, al día siguiente de los atentados en la capital francesa. «Los Focolares –junto a cuantos trabajan por la paz, asumiendo distintas responsabilidades, incluso a riesgo de su vida- renuevan el compromiso propio de intensificar y multiplicar actos y gestos de reconciliación, espacios de diálogo y comunión, momentos de encuentro e intercambio a todo nivel y en todas las latitudes, para recoger el grito de la humanidad y transformarlo en una nueva esperanza». Hay distintas iniciativas personales y colectivas en curso. En Francia, entre otras, una mujer de París fue a visitar a un vendedor y a una farmacéutica, marroquí y argelina respectivamente, para renovar su amistad; una pareja de Vendèe fue a apoyar a las asociaciones locales de acogida de inmigrantes, el GAIC (Grupo de amistad islamo-cristiana) de Mulhouse, en Alsazia se ha comprometido a intensificar su aporte a la semana interreligiosa que se celebrará precisamente ahora en noviembre; un párroco de la banlieue parisina escribió una declaración por la paz junto a los musulmanes de su barrio; los miembros de los Focolares participaron activamente en el festival interreligioso «Vivre ensemble à Cannes», desde un inicio; La iniciativa recibió este año el premio “Chiara Lubich por la fraternidad”; también en la organización conjunta de la 2ª edición de “Musulmanes y Cristianos, juntos con María” que está prevista para el 2 de abril del 2016 en la Basílica de Longpont (Essonne). En Italia, en estos días se está pasando una voz que invita a ir a «visitar el mundo musulmán que habita en varios territorios, tratando de lanzar puentes, de construir relaciones, y de converger en acciones concretas y visibles a favor de la paz». En algunas ciudades estas relaciones se han encaminado ya hace tiempo con frutos de fraternidad. por-la-paz-bahía-blanca-2En Gran Bretaña enseguida se organizó una cadena de oraciones por las víctimas de la tragedia, pidiendo a Dios “ser instrumentos de unidad en el propio ambiente”. En Irlanda se hizo una velada para conocer la cultura siria y prepararse a acoger a los refugiados que llegan de ese país. En Basilea y Adliswil, Suiza, mujeres musulmanas y cristianas se reúnen regularmente cada dos meses para compartir su fe. En Lugano ha habido un intenso intercambio con el Imán Samir Jelassi. En Austria, en Meiningen (Voralberg), pocos días antes de los atentados se reunieron 150 personas con Cenap Aydin, director del Instituto Tevere de Roma, y el prof. Siebenrock de la Universidad de Innsbruck, con un grupo de estudio que reúne teólogos musulmanes de Irán, Túnez, Argelia y Turquía, y teólogos católicos. En Alemania, en Augsburg, surgió la iniciativa “7 en punto – Augsburg reza por la paz”, el 7 de cada mes a las 7 de la noche: en una de las grandes iglesias de la ciudad, una vez católica, otra vez luterana, un refugiado, un experto, o un representante de una ONG ilustra la situación de un país en dificultad. Y se realizará una marcha por la paz en Loppiano en Italia y una manifestación en una plaza de Bahía Blanca, en Argentina, sin banderas ni colores políticos. En California se realizó una cena de beneficencia para recoger fondos para sostener proyectos de ayuda a los refugiados, precedida por un momento de oración por las víctimas de los atentados terroristas de París y Beirut, y la presentación del United World Project. En Honduras, el 14 de noviembre se realizó una marcha por la paz organizada por los Focolares, en solidaridad con Siria, que reunió a personas de varios Movimientos juveniles, y llevó un mensaje de unidad y diálogo. Desde Asia, escribe Luigi Butori: «Pienso en los muertos por los atentados casi diarios en el sur de Tailandia, en los refugiados de Rohinya; pienso en los amigos musulmanes de la mezquita de Chiangmai; pienso e Mae Sot donde todavía hoy llegan refugiados de Myanmar en búsqueda de una vida mejor».

DioPiangeConNoi

“Dieu pleure avec nous” © Michel Pochet

Y recuerda la invitación de Chiara Lubich en 1980: «Si en sus ciudades hay una mezquita, o una sinagoga o cualquier otro lugar de culto no cristiano, sepan que ése es su lugar. Encuentren la forma de establecer un contacto con esos fieles, de establecer un diálogo». Son palabras que nos impulsan a buscar una relación con quien no tiene nuestra misma fe: una relación auténtica, profunda, porque el otro para mí tiene el rostro de lo Divino». En Egipto, prosigue el Living Peace Project, el proyecto de educación a la paz, nacido en el Cairo y que ahora se ha difundido en todo el mundo e involucra a cientos de escuelas y miles de estudiantes, y que ha obtenido a través de la ONG New Humanity que lo promueve, el Luxembourg Peace Prize 2015. También el arte da su aporte: “Dieu pleure avec nous” (Dios llora con nosotros) es el título de la pintura de Michel Pochet, artista francés, realizado después de los hechos de París. Mientras que en Bruselas, el 21 de noviembre tendrá lugar la presentación de un coro mixto musulmán y cristiano con el título “Fraternité en chœurs”, un juego de palabras “coros” y “corazones”.  

Desde Latina a Tailandia, el sueño continúa

Desde Latina a Tailandia, el sueño continúa

20140703_02Todo nació por una sencilla merienda arrojada en la papelera y de la sorpresa de los niños cuando supieron que existen personas que no tienen nada para comer: “Maestra, ¿qué son los niños pobres?”, preguntaron. Así fue como en junio de 2013, los alumnos del preescolar y de la escuela primaria del I. C. “G. Giuliano” de Latina (Italia) lograron completar un cargamento para enviar a sus coetáneos de un asilo de Mae Sot, en el norte de Tailandia. Más adelante, en octubre del 2014, partieron otras 30 cajas llenas de juguetes, donados por los niños de preescolar y de toda la escuela. Los constructores de este puente de solidaridad son siempre ellos: los niños de Latina y los de Mae Sot. Ya se ha establecido un vínculo y no parece detenerse. A mediados de mayo, en presencia de 250 personas, entre alumnos, la directora, los docentes, los padres, los abuelos y los amigos, se presenta: “Del sueño al proyecto”. De hecho sueñan con la construcción de una escuela para los niños, entre los más pobres del mundo, que se encuentran a 10.000 km de distancia. Se organizan muchas iniciativas para recolectar los fondos necesarios para comenzar el trabajo: actuaciones teatrales, una lotería, venta de tortas elaboradas por las madres y por las abuelas de los niños de Latina. 20140703_01Algunos negocios de la ciudad, al conocer el proyecto y que son los niños de Latina los que llevan adelante la iniciativa en favor de sus coetáneos menos afortunados, ofrecen todo lo que pueden: ‘bonos de compra’, una máquina de café, paquetes turísticos de u fin de semana al mar, entradas para el teatro y todo lo que pueda ser utilizado para una rifa. “Hay tanta sensibilidad de parte de la gente –cuentan–, más de los que uno se podría imaginar. El amor y la solidaridad florecen en medio de la sociedad y donde menos te lo esperas!” Muchos se ponen a trabajar para preparar la sala para el evento. “Asombraba –escriben- ver a la pequeña comunidad nacida del amor de estos niños quienes han lanzado la invitación de hacer algo por los que sufren en otra parte del planeta” Pero, ¿quíénes son los niños que hay que ayudar? “Son los ‘karen’ (y no sólo ellos), quienes –según nos explican desde Myanmar– todavía hoy huyen, en busca de un futuro mejor e ingresan a Tailandia, a la ciudad fronteriza o están en las montañas limítrofes… ¡Son de verdad muchos! Ya no es posible ingresar en los campos de prófugos oficiales, que pronto van a ser desmantelados. En la región de Mae Sot existen por lo menos tres grandes campamentos: Mae La, Umpiem y Nu Po. Llegando de Myanmar, el único lugar donde se encuentra refugio son los campos de arroz, o bien en algunos pequeños grupos de casuchas, todo sin ninguna protección legal, sin ningún derecho humano o alguien que te proteja” 20140703_03Al final del evento, la venta de las tortas y el juego de lotería para entregar los regalos recibidos, llenan la atmósfera de una alegría palpable. Una mamá confiesa: “Mi hija ya separó la mochila para expedirla con el próximo cargamento que parta para Mae Sot. Y cada tanto agrega algo más y lo pone en la mochila, un lápiz o un cuaderno para sus hermanitos karen”. Otra llegó con sus galletitas bien envueltas y con la etiqueta escrita en tailandés; ¡había entrado en Internet para encontrar la traducción exacta! Las vendió todas enseguida. Y un papá dijo: “Esta experiencia de solidaridad quedará para siempre en sus corazones y también en los nuestros”. Los fondos recolectados ya permitieron alquilar un terreno –concluyen-. Se construyó una humilde escuela y pronto 38 niños de Mae Sot comenzarán a asistir a clase. Se llamará “Gota a gota”, porque la escuela es como una pequeña gota de agua, pero gota tras gota… nace un río” La aventura prosigue gracias al amor de tantos y quién sabe hasta dónde llegará. Lee también: Thailandia chiama e Latina risponde

Tailandia llama y Latina responde

Tailandia llama y Latina responde

«Con algunos amigos de los Focolares de Bangkok –cuenta Luigi Butori, uno de los protagonistas del hecho-, desde hacía tiempo tratábamos de llevar una ayuda concreta a algunas familias de refugiados de Myanmar, de la etnia Karen, que se habían establecido en el norte de Tailandia. Compartimos esta experiencia con algunos amigos italianos que nos sostenían a distancia, a quienes les mandábamos periódicamente noticias y fotos.

Después de la visita de uno de nosotros a Italia en octubre de 2013, se creó una relación especial con los niños de la escuela primaria  del I.C.G. Giuliano de Latina, quienes enseguida expresaron su gran deseo de hacer algo por sus coetáneos lejanos, que ahora sienten cercanos.

Su ayuda se dirigió especialmente el orfanato de Mae Sot, en el norte de Tailandia.

Fue una experiencia realmente impresionante para nosotros, llegar a esos lugares, sabiendo que éramos los mensajeros de niños que, a 10 mil km de distancia, trabajaron para enviar sus pequeñas ayudas.

Los rostros de los niños se iluminaban mientras abríamos las cajas, en las que habíamos agregado chocolate, leche y otras cosas ricas, fruto de lo que habían compartido amigos budistas, cristianos y musulmanes. Ver los juguetes fue una fiesta para los niños; había motocicletas, un camión de bomberos y otras cosas que no sabíamos cómo funcionaban. Los niños “karen” en cambio, en pocos segundos ¡ya eran expertos! Pudimos distribuir ayudas también en el otro campo de refugiados y en otras “aldeas” que en realidad son ranchos agrupados construidos cerca de las fábricas, o en las plantaciones de arroz).

El don es importante, pero todas las veces experimentamos que lo más importante es mirar a la persona a los ojos, tenderle la mano, “tocar al otro”, hacerle sentir que estás allí por él. Al principio parecía que estaban llenos de sospechas; pero después, poco a poco, se iluminaban de alegría, de esperanza y –aunque no entendíamos su idioma-, parecía que nos decían: “Gracias, hoy me hiciste feliz… ¿Todo esto es gratis? ¿Cuándo regresarás? “Mira que estoy y vivo por ti… No tengas miedo”.

La experiencia prosiguió también durante este año, cuando una vez más nos pidieron un pago en la aduana tailandesa, los funcionarios se quedaron admirados por los dibujos originales y divertidos que los pequeños de Latina le habían pegado a las cajas enviadas.

Distribuimos las cosas en los arrozales y en los canales de Mae Sot, donde quien no tiene documentos trata de sobrevivir como puede.

Nos quedamos impresionados de cómo esta experiencia está cambiando las familias de los niños de Latina. Un papá nos decía: “La vida de nuestros hijos y la nuestra ha cambiado desde que empezamos a hacer algo por la población karen. Antes no sabíamos ni siquiera que existía”. Y una mamá: “Gracias por darnos esta posibilidad de hacer algo por los demás. Muchos de nosotros queríamos hacer algo concreto, pero no sabíamos ni qué ni cómo. La televisión nos da tantas malas noticias, en cambio ésta es una bocanada de alegría y de esperanza”. Una maestra agregaba: “Los niños están emocionados ante la idea de que sus juguetes llegaríanen un gran barco al otro lado del mundo para los niños que no tienen nada. Una niña no cabía de la felicidad cuando vio su muñeca en los brazos de una coetánea del orfanato de Mae Sol”.

Los ojos no engañan y los de esos padres son sinceros. Seguiremos trabajando para que este sueño, este milagro de amor que une a Latina y este lugar perdido en las montañas, en el noroeste de Tailandia, continúe».

Learning Fraternity: Tailandia, apoyo a los niños birmanos.

Learning Fraternity: Tailandia, apoyo a los niños birmanos.

El proyecto Derecho al Estudio para los niños birmanos”, asegura la educación primaria a los niños birmanos que inmigraron con sus familias a Tailandia huyendo de persecuciones y condiciones de vida paupérrimas. Fueron 640 los niños que es incluyeron en el proyecto de estudio el año pasado.

Los padres, que, por lo general, llegan a Tailandia, escapando, sin llevar nada consigo, trabajan como campesinos, con sueldos inseguros y zafrales. Con frecuencia los niños deben quedarse en casa ayudando a sus padres en el campo. La imposibilidad de pagar la escolaridad y demás costos estudiantiles, desalienta a las familias, contribuyendo al abandono escolar precoz.

El proyecto es promovido por la  Ong AMU (Acción Mundo Unido), en colaboración con su equivalente local “Good Friend Center” (Centro del Buen Amigo),  fundación que desde el año 2006 trabaja en la provincia tailandesa Mae Sot en la provincia tailandesa de Mae Sot.

El “Good Friend Center” garantiza a través de ocho escuelas ubicadas en la frontera entre Tailandia y Myanmar, la escolaridad gratuita a centenares de niños que de otra forma no tendrían la posibilidad de estudiar. Para ayudar a las escuelas a alcanzar una mayor autonomía económica, se organizaron actividades productivas cuyos ingresos se utilizan para cubrir parte de los costos escolares (sueldos y cursos de actualización para los docentes, una comida diaria para los niños, uniformes y útiles escolares)

En el 2011, al lado de la escuela “New Blood” (Sangre Nueva), la AMU mantuvo un proyecto de cría de pollos y cerdos: ésta fue una primera ayuda para sostener a 450 niños que asistían a esa escuela.

Desde hace algunos meses, al lado de la escuela, se alquiló un terreno de cinco hectáreas para cultivar  maíz y porotos (frijoles), que darán una ulterior contribución para sostener el proyecto. Para este nuevo año escolar se comenzaron otras dos actividades productivas a fin de sostener las escuelas de Mae Wah Khee y Pa Lu Gyi donde asisten 189 niños. Estas dos actividades consisten en un criadero de peces y otro de cerdos.

El proyecto calcula, como inversión inicial,  la adquisición de 3000 peces y 10 cerdos. Corresponde al  sueldo del personal durante todo un año. La cría de cerdos sería sustentable después de 15 meses, mientras que la cría de peces daría sus primeras utilidades a las escuelas después de 5 meses. Estas actividades pretenden independizar el sustento de las escuelas de las ayudas que vienen del extranjero, para seguir proporcionando a los niños, un servicio gratuito pues de lo contrario no tendrían acceso al estudio.

Fuente:  AMU Notizie,