Polonia cuenta con 38 millones de habitantes, el 90% de los cuales son cristianos. En ese país, los musulmanes representan una minoría religiosa: son 25 mil, el 0,08% de la población. Su presencia se remonta a los Tártaros en el siglo XIV; después se dio la inmigración de la segunda mitad del siglo XX, y luego llegó otro grupo después de la caída del muro de Berlín. La jornada de diálogo que se acaba de realizar, se injerta en el camino trazado por tres eventos fundamentales del diálogo entre cristianos y musulmanes en Polonia. Don Adam Wąs, miembro del Comité para las religiones no cristianas de la Conferencia Episcopal Polaca, define sus características: la Jornada del Islam en la iglesia católica en Polonia, fue instituida en el año 2000 por la Conferencia Episcopal Polaca por pedido del Consejo Mixto de Católicos y Musulmanes, se celebra cada 26 de enero; la “Oración por la Paz y la Justicia en el Mundo”, surgió luego del 11 de septiembre de 2001, y fue promovida por los musulmanes tártaros polacos; y finalmente está, este evento “sin precedentes en todo el mundo”, como subrayó el muftí Nedal Abu Tabaq, de la “Jornada del Cristianismo entre Musulmanes en Polonia”, fijada para el 29 de mayo, que empezó hace tres años por iniciativa de los musulmanes de la Liga Musulmana en Polonia. Por invitación del imán Abdul Jabbar Koubaisy, director del Centro y vicepresidente de la Liga Musulmana en Polonia, intervinieron en el evento unas 50 personas: representantes de las autoridades locales, de las iglesias católica, ortodoxa y luterana; de la Universidad de Silesia y también de la Comunidad Judía de Katowice. María Voce, presidente del Movimiento de los Focolares y Jesús Morán, copresidente, fueron huéspedes de honor. «El diálogo interreligioso es una condición necesaria para alcanzar la paz en el mundo, y por lo tanto es un deber para los cristianos, como para las demás comunidades religiosas» (EG, 250), recordó el metropolita de Katowice, arzobispo Wiktor Skworc, en su mensaje leído por el Padre Tadeusz Czakański, su delegado para el diálogo con el Islam. Luego, enfocándose el tema del encuentro, subrayó como «el fundamento de toda la enseñanza de Jesucristo consiste en el amor misericordioso hacia el prójimo», e hizo el augurio que este encuentro interreligioso en Katowice ayude a todos «para que vivamos más profundamente el misterio de la Misericordia de Dios» y que «contribuya a una mayor apertura de los unos hacia los otros para colaborar más eficazmente en el ámbito de la atención a los oprimidos y los excluidos». Luego María Voce, en su discurso, recordó algunos pasajes de las Escrituras cristianas que hablan de Jesús desde antes de su nacimiento, poniendo de relieve su amor concreto hacia cada ser humano. «Es este amor universal, sin reservas, lo que ha fascinado a todos aquellos que forman parte del Focolar y se ha convertido en nuestra regla de vida», constató la presidente de los Focolares. «Una de las intuiciones de Chiara Lubich, que constituye uno de los fundamentos de la espiritualidad de la unidad desde sus primeros días de vida, fue el descubrimiento del valor del mandamiento por excelencia de Jesús: “Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a otros como yo los he amado. Nadie tiene un amor mayor que éste: dar la vida por sus amigos” (Jn 15,12-13)». «Amar siempre de esta forma no es fácil – constató María Voce -; a veces o muy a menudo este amor al hermano cuesta esfuerzo, sacrificio… Pero también en esto, Jesús es nuestro modelo: Él nos amó hasta el punto de dar su vida por nosotros». Y, concluyendo, les deseó a todos que Dios – «el más grande y el más misericordioso, nos ayude a vernos todos como hermanos con la medida que Él mismo nos reveló, para construir juntos un mundo en el que reine la fraternidad y por lo tanto la paz completa y verdadera que todos esperamos». El Muftí Nedal Abu Tabaq, responsable de todos los imanes en Polonia, recordó que está escrito en el Corán que “Jesús es el signo”. “No sólo – agregó -, fue concebido de forma milagrosa, hizo milagros, sanó a los enfermos y resucitó a los muertos”. Cada uno de nosotros – subrayó además –, debe “resucitar la luz en quienes sufren (…). No somos velas, que pueden apagarse, sino que somos la luz que ha salido de ellas, y esta luz está presente en cada hombre. Sin embargo nosotros debemos siempre revelarla, hacerla emerger (…) en los necesitados, tal como hizo Jesucristo (…). He aquí el Jesús que yo amo, que conozco, que alabo». En la segunda parte del encuentro, en un fraterno diálogo con María Voce y Jesús Morán, se trataron algunas problemáticas como la acción común a favor del diálogo interreligioso, la amenaza del valor de la familia y la necesidad de protegerla juntos en cuanto creyentes, la educación de los hijos al diálogo, etc. La oración del “Padre Nuestro” recitada por los cristianos y la oración “D’ua” por los musulmanes, concluyeron el evento. El signo de la paz, que se intercambiaron entre todos con un apretón de manos o con un abrazo, expresó el amor fraterno vivido en esas horas entre cristianos, musulmanes y judíos. Una Jornada del Cristianismo entre los musulmanes en Polonia inolvidable.
Poner en práctica el amor
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