“La ‘Red Compartiendo’ quiere ser una iniciativa concreta e inmediata dirigida a muchas personas en dificultad por la situación de crisis económica en la que vivimos”. Empieza así el texto que ilustra el proyecto que puso en marcha la iniciativa el pasado mes de mayo.
Chiara Lubich y el primer núcleo de los Focolares nacientes, en los años ’40, usaba el término “fagotto”, que en italiano recuerda la recolección de las pocas y pobres cosas en un pañuelo y es por lo tanto sinónimo de pobreza. Esa palaba asumió el significado de compartir, donar y redistribuir los bienes materiales. Nació así una praxis que consiste en privarse libremente de lo que sobra y a veces de lo que se cree necesario, pero que se puede compartir y donarlo a quienes se encuentran en necesidad.
Éstas son las raíces del proyectó que se desarrolla en el Polo Lionello Bonfanti, cerca de Loppiano, lugar que se convirtió en punto de encuentro entre quienes tienen bienes para compartir y quienes tienen necesidad. «Ya pasaron aproximadamente 3.000 personas – cuentan Roberta Menichetti y Araceli Bigoni, miembros del equipo que coordina la iniciativa -, sobre todo familias que residen en el territorio. Hasta hoy han sido millares las prendas de vestir, los objetos para la casa, los libros, los pequeños utensilios, los juguetes, y también los bienes inmateriales como el tiempo, los talentos y la disponibilidad, que llegaron aquí y se fueron con sus nuevos dueños».
«No es una casualidad el hecho de que sea el Polo Lionello Bonfanti donde reside la iniciativa – remarca Eva Gullo, presidente de EdiC spa, sociedad que administra el Polo -. Este espacio es ‘casa’ de todos los componentes de la Economía de Comunión y por lo tanto tiene entre sus finalidades la de difundir “la cultura del dar”, es decir la posibilidad de contribuir al bienestar social a partir de sí mismos».
Hay muchas historias de generosidad que han surgido de esta iniciativa. Como la de una familia alojada en los locales parroquiales de un pueblito aledaño, que, habiendo recibido la posibilidad de trasladarse a un pequeño apartamento, encontró en el Polo lo necesario para amueblar la casa. La red de amigos organizó también el flete y los ayudó a montar los muebles sin costo alguno.
Conceptos como “providencia” y “confianza” son elementos insustituibles de esta experiencia: como esa tarde en la que, apenas una familia había retirado del Polo una cuna para su recién nacido, justo llegó una solicitud para el mismo artículo. ¡No pasó ni siquiera media hora que ya llegó otra cuna!
El proyecto “Red compartiendo” ganó el concurso “Emprender en lo social”, creado por la Fundación Católica Seguros para la sección “Nuevas pobrezas” que proporciona fondos a entes que se ocupan de proyectos de ayuda a los indigentes. Los fondos se utilizarán para equipar en forma más funcional los locales.
De la experiencia de poner en práctica el compartir y el donar, nacieron también momentos de reflexión acerca de temas como el consumo, el capital social y la confianza, con expertos calificados, y también cursos de formación, sobre modelos económicos que ponen en el centro al ser humano y su dignidad. Entrando en el local se encuentra una “cajita para las contribuciones” a disposición de quienes quieran dejar unos euros a cambio de lo que consiguieron. El contenido de la cajita permitió cubrir los gastos del seguro de los locales y a veces, las primeras necesidades de alguno.
Fuente: Loppiano online
0 comentarios