«Trastornados por la noticia de la imprevista y absurda desaparición del amado Hermano Roger Schutz, nos unimos, en el más profundo dolor y en la oración, a toda la Comunidad de Taizé. Su vida, totalmente donada a Dios y a los hermanos, fue coronada por la palma del martirio. El Hermano Roger fue un constructor de paz, un profeta de esperanza y de alegría. “Dios nos quiere felices”, me escribía hace apenas dos meses, y ahora creemos que él se encuentra en la plenitud de la alegría en el seno de la Trinidad. Nos sentimos muy cercanos en esta circunstancia. Quisiéramos que la amistad que desde hace 40 años nos unió profundamente al Hermano Roger y a la Comunidad de Taizé, continúe también ahora que El alcanzó el Cielo». Chiara Lubich También hoy lo queremos recordar así: como un constructor de paz, un profeta de esperanza y de alegría.
Poner en práctica el amor
Poner en práctica el amor
0 comentarios