El 3 y 4 de julio de este año, la especialización de Ciencias Políticas formó parte de las ceremonias de graduación del Instituto Universitario Sophia. Ramy Boulos de Egipto, con la tesis “Monitoring and Evaluation Systems: Rethinking, Recovering and Reconciling of Current Practices” (sobre los sistemas de evaluación de las políticas de desarrollo); Vanessa Breidy de Líbano, con “Pluralisme et Conflits Culturels Au Liban. Entre Communitarisme Et Consociativisme Perspectives Pour le Futur”, (sobre las perspectivas de reforma institucional del país); Melchior Nsavyimana de Burundi, con “Le Soudan du Sud e la Communaute est Africane” (sobre el proceso de integración del Sur Sudán en África del Este); Vilmar Dal Bò Maccari de Brasil, con “O Conceito de social segundo o paradigma fraterno a partir do pensamento e Giuseppe Maria Zanghì” (sobre lo social y la fraternidad, con especial referencia al pensamiento de G. Zanghì). Dirigimos tres preguntas a Vanessa Breidy. Ella es libanesa, tiene una formación primaria en Derecho, y sacó la especialización con una investigación de especial actualidad enfocada en los conflictos culturales e institucionales en Líbano, entre el comunitarismo y el consocialtivismo. Elegir el tema de la tesis es siempre arduo. ¿Cómo fue tu proceso? «Tenía un gran interrogante desde hacía tiempo: ¿qué define la identidad de un pueblo? ¿Por qué todavía hoy la identidad es un factor de conflicto incurable? ¿Qué relación hay entre identidad y democracia? Medio Oriente todavía está en medio de una fase muy crítica que, a la larga, determinará su fisionomía. Hace sólo tres años hablábamos de la “primavera árabe”, mientras que hoy se tiene mucho recelo en usar este término, porque de hecho el límite entre “primavera árabe” y “guerra de los países árabes” no está claro, y todavía más asistiendo al regreso de algunos regímenes militares no democráticos. La opresión prolongada de las minorías, la persecución de quienes tienen una forma de pensar diferente, la rigidez y el integralismo, son acontecimientos que están en la raíz de la historia… y todo emerge de un conjunto de factores confuso y al mismo tiempo dramático, pero sobre todo me parece que surge de una dolorosa incapacidad de acoger las diversidades culturales, étnicas, políticas, religiosas, dentro de varios países. La teoría de la democracia se topa con interrogantes no resueltos y pienso que tenemos que reconocer que todavía queda un largo camino por recorrer». ¿Cuál es el mensaje que viene de tu país, Líbano? «Fue Juan Pablo II quien habló de Líbano como “país-mensaje”. Sin embargo hasta ahora los libaneses no han logrado asegurarle una convivencia armoniosa a las etnias, a los grupos religiosos, y a las distintas facetas de nuestro pueblo. Hay una continua búsqueda, entre desafíos y desilusiones. La democracia de Líbano tiene algunas características interesantes, que no se deber subvalorar; pero un análisis crítico nos debe permitir identificar también lo que falta, para poner en evidencia los valores sobre los cuales edificar un modelo de convivencia nuestro». ¿Por dónde se puede volver a empezar? «La alta visión de la política que pude estudiar en el IUS me ha aportado mucho. He comprendido que es necesario elegir siempre el diálogo, aceptando también nuestros temores y nuestras ambiciones, pero apuntando a la verdad. Cada uno de nosotros en lo más profundo de su identidad, está constituido por el Otro: por las identidades de los demás. En la política, el diálogo es todo un arte que hay que “aprender”. Desde esta perspectiva, puse el acento en la exigencia de Bien más que en la de Justicia, una exigencia que pareciera abrirse camino con fuerza en todo Medio Oriente. ¿Por qué no seguir esta línea considerando que por demasiado tiempo el acento sobre lo que es justo se ha demostrado estéril? Estoy convencida de que, por este camino, también los libaneses encontrarán el significado y la fecundidad de su “mensaje”: la coexistencia de culturas y religiones distintas, pero sobre todo el encuentro y el diálogo entre ellas, fundamento de un nuevo florecimiento, al servicio no sólo de Medio Oriente».
Poner en práctica el amor
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