Del 17 al 19 de junio, los representantes de las entidades locales que representan al Movimiento de los Focolares en el mundo se reunieron para interrogarse sobre su función y compartir buenas prácticas y desafíos en diferentes niveles. ¿Cómo se estructuran los Focolares a nivel local desde el punto de vista jurídico? ¿Cómo están reguladas y vinculadas con el espíritu de fraternidad que las anima las ciudadelas, las actividades comerciales, las obras sociales presentes en los diversos países en los que existe el Movimiento? Alguien dijo en el pasado que el Movimiento de los Focolares no es una realidad complicada, sino compleja; una complejidad que ha evolucionado a lo largo de casi 80 años de historia y después de la expansión de las comunidades en el mundo. Hoy en día hay cerca de 2 millones de miembros y adherentes, presentes en 182 países. Son datos que, para ser interpretados, deben ser recuperados a nivel local y es ahí donde surge la complejidad: en la variedad de las formas asociativas que reflejan las actividades del Movimiento a nivel regional. En lenguaje técnico se denominan “entidades” y permiten que una asociación de personas exista y opere en un determinado territorio o país. Del 17 al 19 de junio, los referentes de las entidades locales que representan al Movimiento de los Focolares en el mundo se reunieron, presencialmente y online, en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Roma, Italia) para cuestionarse sobre su función y compartir buenas prácticas y desafíos en diferentes niveles. Markus Alig, consejero de los Focolares para Europa Occidental para la economía y el trabajo, expresó claramente la necesidad de hacer un balance: “trabajar juntos e intercambiar pareceres para sanar obras y estructuras, aumentar la transparencia y hacer partícipes a los miembros de los Focolares de las diferentes comunidades de los proyectos y de cómo van las cosas”. Partiendo de la visión del trabajo de Chiara Lubich, Geneviève Sanze y Ruperto Battiston, responsables de la economía y del trabajo del Movimiento, destacaron su centralidad en el pensamiento y en la vida de los Focolares. Resaltaron la importancia de las entidades que gestionan ciudadelas u obras sociales en las que colaboran focolarinos, personas de diversas vocaciones o que no forman parte del Movimiento. Un tema actual y subrayado también por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida que, el pasado mes de abril, organizó el encuentro anual con los Moderadores de las Asociaciones de fieles, Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades, sobre el tema “Condiciones de trabajo en las asociaciones. Un servicio según la justicia y la caridad”. Entidades: al servicio de la vida de los Focolares en el mundo De los 180 participantes, algunos contaron la historia y el estado actual de las actividades nacidas bajo los auspicios de sus respectivos organismos, como Simon Petre Okello de Uganda, quien ilustra NASSO, Namugongo Social Services Organisation Ltd, una organización fundada en 1999 por algunos miembros del Movimiento, para la promoción de actividades socioeducativas y de salud inspiradas en los principios de la fraternidad. A lo largo de los años, se han desarrollado tres “brazos” de apoyo: un centro de salud, un centro nutricional y finalmente uno socioeconómico. Por lo tanto, la entidad ha permitido el desarrollo de numerosas actividades a lo largo de los años: apoyo educativo continuo desde la escuela primaria hasta la universidad; cursos de nutrición terapéutica para niños y padres, laboratorios dentales, radiológicos, de maternidad y de atención al paciente antes y después del tratamiento. Las actividades sociales también incluyen el compromiso con el medio ambiente en alianza con organizaciones de diferentes países. Kit Roble, responsable de la entidad de los Focolares en Filipinas, describe un camino, aún en marcha, para una mayor implicación y participación del consejo de administración en los procesos de toma de decisiones, que prevé la participación de consultores externos cualificados en un futuro próximo. Un camino que ha puesto de relieve la necesidad de una mayor escucha recíproca y un discernimiento común para afrontar los diversos desafíos. Renata Dias, abogada de EE.UU., habló de un camino que ha llevado a distinguir a las entidades propietarias de los inmuebles de los que realizan las actividades del Movimiento, para una correcta distinción de responsabilidades, en un camino de compartición y transparencia. Los expertos: entre la fidelidad al carisma y la mirada al futuro Entre los expertos que hablaron, el profesor Patrick Valdrini, ex rector de la Universidad Católica de París, ilustró la actualidad de las experiencias asociativas nacidas de los carismas eclesiásticos, su lugar en el Código de Derecho Canónico y posibles nuevas perspectivas. Una intervención que destacó las raíces espirituales de las estructuras jurídicas necesarias para el funcionamiento de los movimientos y agregaciones laicales: “Todo carisma pertenece a la Iglesia – explicó el profesor Valdrini – se inspira en el Espíritu Santo y para ofrecerlo a las personas es necesario crear instituciones que permitan difundirlo, pero también que protejan su espíritu original”. El último día estuvo dedicado a la constelación de asociaciones nacidas de la espiritualidad de los Focolares y que promueven el ideal de un mundo unido. El profesor Luigino Bruni recordó que estas asociaciones no pueden perder de vista su vínculo con el carisma de Chiara Lubich, de donde parten para encontrar el modo específico de encarnarlo. Anne Claire Motte, abogada y canonista francesa hoy en Costa de Marfil, elige la palabra “alianza” para expresar el camino que debe seguirse en el respeto de los diversos ordenamientos jurídicos, en la escucha, en la estima recíproca y con el máximo respeto por las personas. Nos despedimos con un mayor compromiso en “crear redes” para continuar juntos, encontrando inspiración los unos de los otros.
Stefania Tanesini
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