A 500 años de la Reforma de Lutero, en la ciudadela ecuménica de Ottmaring (Augsburgo), se realizó el 35º encuentro internacional con 25 obispos de varias iglesias que se inspiran en la espiritualidad del Movimiento de los Focolares. La reflexión sobre los puntos de la espiritualidad del Carisma de la unidad, la oración común y la celebración de varias liturgias establecieron las bases para encuentros y diálogos profundos que dejaron una impresión indeleble en los participantes. El tema del encuentro, “Jesús crucificado y abandonado – fundamento de una espiritualidad de comunión”, fue la guía de todo el encuentro que los obispos quisieron concluir junto con la comunidad del Carmelo, que está situada al lado del Campo de concentración de Dachau, para ver de cerca una de las etapas más dolorosas de la historia de la humanidad. Se abrió una perspectiva que dio esperanza: «Para mi ir a Dachau fue visitar un santuario de Jesús Abandonado. Encontré a Dios allí, Dios en su abandono», de este modo describió su experiencia Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares. Y el obispo maronita Simon Atallah del Líbano, agregó: «Al lado de un lugar de dolor y de odio hemos encontrado un lugar de amor» Uno de los momentos culminantes del encuentro fue la liturgia ecuménica en la iglesia evangélica de Santa Ana en Augsburgo. Estaba presente el obispo emérito Christian Krause, uno de los principales firmantes de la “Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación”, que ocurrió el 31 de octubre de 1999 en el mismo lugar. El grupo de los obispos aprovechó esta oportunidad para formular un mensaje por la celebración de la apertura de los 500 años de la Reforma, que se realizó en la ciudad sueca de Lund. Enviaron también una delegación. El alcalde de la ciudad de la “Paz de Augusta”, Kurt Gribl, recibiendo a los obispos, subrayó que «el Movimiento de los Focolares y, en particular, el grupo de obispos, representan confesiones que no niegan las diferencias». Y viendo un estrecho vínculo entre la ciudad de Augsburgo y el compromiso de la comunidad ecuménica de obispos, agregó: «Ustedes nos demuestran, con su ejemplo, que es posible una convivencia pacífica y espiritual y esto nos anima a ir adelante en la colaboración, como ciudad de la paz» Para sellar esta profunda amistad y el vínculo espiritual, el grupo tuvo un momento de recogimiento, después, en la iglesia evangélica de San Ulrico. Es ya tradicional, en estos encuentros ecuménicos, que los obispos participantes formulen una solemne promesa, la de sostenerse mutuamente en la oración y en la vida, compartiendo las preocupaciones y los dolores, las alegrías y las conquistas de los hermanos. «Que la cruz de cada uno se convierta en la cruz del otro y el anhelo de cada uno en el anhelo del otro, como se recita en el texto del “Pacto del amor recíproco” al cual todos adhirieron. El próximo encuentro ecuménico de los obispos, promovido por el Movimiento de los Focolares, tendrá lugar en el 2017 en Polonia.
Poner en práctica el amor
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