«Este año hemos realizado nuestro Youth Camp en Mafikeng, Sudáfrica, simultáneamente con el Genfest de las Filipinas, con participantes de Zimbabwe, Malawi, Zambia, Lesotho y Sudáfrica. La presencia de jóvenes provenientes de varios países era ya por sí solo un signo visible de nuestro deseo de superar los confines personales y culturales». Mafikeng (hasta 1980 Mafeking) es la capital, como así también un centro comercial, de la provincia del Noroeste, fundada en 1885 como avanzada militar británica. Actualmente es una etapa importante en la línea ferroviaria que va desde Ciudad del Cabo a Zimbabwe. «Fue muy interesante y divertido también descubrir cuán distintas son nuestras culturas y que es posible amarse recíprocamente en nuestras diversidades. Aprendí muchas cosas – escribe Teddy, de Zambia – que no quiero guardar sólo para mí, sino que quiero compartir con mis hermanos. El Youth Camp – lo dice Nkosiphile de Zimbabwe – me abrió los ojos. No veo la hora de poner en práctica todo lo que aprendí». Simultáneamente a la manifestación de las Filipinas, se llevó a cabo otra en Albania, con alrededor de 120 partecipantes, cristianos, musulmanes y no creyentes, provenientes de varias partes y ciudades de Albania, junto a jóvenes de Skopije (Macedonia) y una joven alemana de Stuttgart. «Como un entrelazado, pasando de lo local a lo global, realizamos cuatro workshops en el ámbito de la economía civil, y de la cultura de la legalidad, además de otros temas como los prejuicios, las relaciones interpersonales y las redes sociales, con la presencia de expertos italianos y albaneses. Visitamos a personas discapacitadas y sin techo, y conocimos algunas realidades ecuménicas e interreligiosas de la capital Tirana. La visita a la Catedral, acompañados por el obispo de la Iglesia ortodoxa de Albania, a la Mezquita y al Centro Nacional de las Iglesias evangélicas fue seguida por un “flash mob” realizado por todos los jóvenes en el Parku Rinja, en el centro de la ciudad. El Genfest fue acompañado por momentos de fiesta y oración, en un clima de alegría. Sirvió para poner en red a jóvenes del norte y del sur del país, para hacerlos experimentar la internacionalidad de las nuevas generaciones, de por sí llevadas a superar los límites. Una nota característica fue la de trabajar junto con la Iglesia de Albania en un recorrido hacia el Sínodo sobre los jóvenes, y una etapa importante para retomar muchas relaciones con cristianos de otras iglesias y con musulmanes, con quienes ahora queremos continuar en un camino de diálogo». Bragança, en la zona del nordeste de Brasil, es la ciudad en donde se llevó a cabo el Genfest para 300 jóvenes provenientes de distintos lugares del Estado de Pará, que comprende una gran parte del Parque nacional de la Amazonia. «Muchos de ellos – escriben – tenían el primer contacto con la comunidad de los Focolares. En el programa, además de mucha música, incluimos muchos testimonios, la visita y la participación a algunos proyectos sociales de la ciudad, como la Fazenda da Esperança, un hospital, un grupo ecuménico, y otras actividades que nos ayudaron a entrar en el verdadero espíritu de esta manifestación. Luego, ilustramos el “Proyecto Mundo Unido” y la propuesta de Manila, “Recorridos para la unidad”». En la orilla opuesta del Río Amazonas, en Macapà, otro Genfest acogió a 140 jóvenes, «Una experiencia única, que hemos podido realizar gracias al apoyo de todos los miembros de los Focolares, que nos sostuvieron desde el comienzo. A pesar de las dificultades, consideramos que nuestro objetivo fue alcanzado: “más allá de los confines”».
Poner en práctica el amor
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