Eli Folonari durante más de cincuenta años fue la secretaria personal de Chiara Lubich. En el libro entrevista “La partitura escrita en el cielo” realizado por Oreste Paliotti y Michele Zanzucchi y publicado en 2012, contó muchos episodios de la vida cotidiana junto con Chiara. Aquí van algunos trozos del libro. ¿Qué significó para ti ver nacer un Movimiento hoy difundido en 180 países? Diría que significó vivir una aventura divina. Chiara siempre afirmó que, al comienzo, no pensaba en absoluto fundar un Movimiento: estaba muy lejos de ella la idea de realizar un proyecto hecho en un laboratorio, ¿Cómo podría, entonces, definir mi vida con ella? Como una larga carrera para seguirla en su acción. Con Chiara pasábamos de sorpresa en sorpresa, porque era llevada por el Espíritu, cuya actividad siempre es imprevisible. No digo que esto sucediera todos los días, pero sí a menudo. Dios la conducía a descubrir alguna nueva “realidad”, quizás a través de una circunstancia, un acto de amor o el encuentro con alguien. (…) Para Chiara cada encuentro tenía su significado. Percibía como una expectativa en las personas con quienes interactuaba, y nos la comunicaba: “Abramos un diálogo con esta gente, hagamos algo por ellos”, Su ideal, en efecto, era el ut omnes unum sint (Que todos sean uno – Jn. 17,21): o sea, realizar el testamento de Jesús. En ese “todos sean uno” estaba el mundo entero, empezando por los más cercanos. ¿Cómo es ahora la vida del Movimiento después de la muerte de Chiara? Cuando estaba con nosotros, ante cualquier situación compleja, nos dirigíamos a ella y bastaba una sola palabra suya para entender cómo debíamos proceder. Ahora esas respuestas debemos construirlas entre nosotros, sobre todo con la Presidente, el Co-presidente y el Consejo general. Es un estímulo a que vivamos para que siempre esté la presencia de Jesús en medio de nosotros, y que él nos ilumine, a través de nuestra escucha recíproca profunda, porque lo que cada uno dice tiene su peso, puede ser una inspiración. Sí, ahora que Chiara no está, debe realizarse una unidad de miradas aún más profunda en el corazón del Movimiento. ¿Hay algo personal que le dirías a Chiara en este momento? Le diría “Gracias, Chiara, por la vida divina de la que me hiciste participar, con sus cimas y sus abismos. Gracias porque además de haber colmado mis aspiraciones de total donación a Dios y de reconstrucción social, me hiciste vivir sorpresas inimaginables, que espero continúen junto con todos los tuyos en el Paraíso”. (da Giulia Eli Folonari, La partitura escrita en el cielo, Città Nuova, Roma, 2012, pp. 7-8; 167; 171-172)
Poner en práctica el amor
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