Se ha inaugurado el 6 de noviembre de 2021 el ciclo de clases del nuevo curso de la Universidad Popular Mariana (UPM) del Movimiento de los Focolares, cuyo título es este año “Donde el hombre está solo con Dios: la conciencia”. Catherine Belzung, experta en neurociencia, y Emanuele Pili, docente, relatores de la segunda lección, responden a algunas preguntas. “La conciencia es el núcleo y el sagrario del hombre, en donde él se encuentra solo con Dios, cuya voz le resuena en la intimidad”. Las palabras que leemos en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes inspiran el título del nuevo curso de la UPM (Universidad Popular Mariana) de los Focolares, pensado para el año académico septentrional 2021-2022: “Donde el hombre está solo con Dios: la conciencia”. Un espacio “santo” es el de la conciencia moral, como explicó Renata Simon, co-responsabile para el aspecto de la sabiduría y el estudio del Movimiento de los Focolares, durante el primer encuentro de este recorrido, el 6 de noviembre de 2021: “La conciencia no encierra al hombre dentro de una impenetrable soledad, como en una celda aislada, sino que lo abre al llamado de Dios”. Analizar el tema en sus varias implicancias y en el contexto de la espiritualidad de la unidad, reflexionar sobre la capacidad de actuar según la responsabilidad de cada uno de entrar en diálogo consigo mismo y con esta voz, son sólo algunos de los objetivos que este curso se propone alcanzar. Un gran reto sobre todo en el mundo actual, como nos explican Cahterine Belzung, experta en neurociencia y docente del Departamento “Imagerie et Cerveau” de la Universidad François Rabelais de Tours (Francia) y Emanuele Pili, profesor adjunto en el Departamento de Teología, Filosofía y Ciencias Humanas del Instituto Universitario Sophia. Ambos serán relatores durante el segundo encuentro programado para el 18 de diciembre de 2021 cuyo tema es: La conciencia en un mundo plural, distintas perspectivas. La clase tratará los aspectos psicológicos relacionados con la conciencia moral, introduciendo de alguna manera la cuestión de la libertad y de sus posibles condicionamientos, materia de reflexión durante el tercer encuentro. “Cada uno de nosotros se encuentra ante la situación de tener que escoger según una serie de valores, y ello lo vemos en varias perspectivas disciplinarias –explica Catherine Belzung–. Lo que varía a menudo son los conceptos y el lenguaje utilizado. En las neurociencias hablamos de ‘mecanismos para tomar una decisión’, en otros campos se habla de ‘conciencia moral’. Hay que construir un diálogo para entender si las varias palabras utilizadas corresponden a un concepto común”. En la acción ¿estamos condicionados neurológicamente o somos libres? “Somos personas completamente libres –afirma Catherine Belzung–. Algunas investigaciones han sido mal interpretadas e identifican al hombre como un títere en las manos del propio material genético y del propio cerebro. En realidad nosotros no estamos determinados por nuestra biología”. Entender qué es lo que obstaculiza poderse escuchar y escuchar la voz de Dios en una realidad ruidosa como la que vivimos, pareciera ser el verdadero problema. “El tiempo en que vivimos –explica Emanuele Pili– es tan ruidoso y frenético que, a veces, se crea como una capa sofocante alrededor de nuestros deseos más íntimos y auténticos. El hecho que la tecnología está omnipresente y todo lo invade cambia el proceso a través del cual se forma la identidad personal. Por lo tanto, el reto de escuchar nuestra interioridad es efectiva y no simple de afrontar”. ¿Cómo salir de este callejón cerrado? “Lo más importante, creo, es encontrar la forma de perforar la capa que tiende a obstaculizar la posibilidad de entrar en uno mismo – prosigue Emanuele Pili–. Considero que mucho pasa por descubrir –ayudados también por la experiencia de la pandemia– las relaciones verdaderas y simples, vividas en su dimensión corpórea y emocional, capaces de dejar a un lado superficialidad y mediocridad. (…) Redescubrir la interioridad y el deseo que la inspira es el juego serio de la normalidad de la vida. Tal vez hoy perforar la capa que no nos permite acceder a la interioridad pasa también, y sobre todo, por saber escuchar este grito, a veces mudo o sofocado, del que los jóvenes, en el bien y en el mal, son el más vivo y eficaz testimonio”.
Maria Grazia BerrettaP
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