El 10 de junio de 2023 tuvo lugar en el Vaticano el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana, un encuentro internacional sobre la fraternidad humana en el que participó el Movimiento de los Focolares junto con otros movimientos eclesiales, organizaciones y asociaciones internacionales. En nombre de la presidente de los Focolares, Margaret Karram, algunos focolarinos entre ellos Christian Abrahao Da Silva, que nos cuenta sus impresiones. Promover un proceso participativo, que ayude a redescubrir el sentido de la fraternidad y construirla juntos a través del diálogo, el conocimiento, los momentos de encuentro, las palabras y los gestos compartidos. Con este objetivo se celebró el 10 de junio el World Meeting on Human Fraternity, un encuentro internacional en el Vaticano sobre la fraternidad humana, promovido por la Fundación Fratelli Tutti y por la Basílica Papal de San Pedro, bajo el patrocinio del cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano, Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano. El evento inspirado en la encíclica Fratelli Tutti contó con la presencia de varios Premios Nobel de la Paz, personalidades de la ciencia, la cultura, el derecho, asociaciones y organismos internacionales, quienes tuvieron la tarea de redactar un “Llamado al compromiso por la fraternidad humana”. El documento leído por dos premios Nobel, Nadia Murad y Muhammad Yunus, durante el Festival celebrado en la plaza de San Pedro por la tarde, fue firmado posteriormente por el secretario de Estado, Cardenal Parolin, en nombre del Papa Francisco y por el grupo que redactó el documento. Christian Abrahao Da Silva, focolarino que ha participado, nos cuenta cómo fue ese momento. Christian, ¿qué ha significado para ti participar en este momento mundial dedicado a la fraternidad? Ha sido un gran honor en primer lugar. Otra focolarina, Corres Kwak, y yo fuimos llamados a representar a la presidente de los Focolares, Margaret Karram y a todo el Movimiento, durante este evento con un noble propósito, el de promover la fraternidad y la amistad social entre las personas y entre los pueblos, como antídoto contra las muchas formas de violencia y guerras en el mundo. El encuentro se desarrolló en dos momentos: el de la mañana que tuvo lugar en la antigua sala sinodal, con la presencia de representantes de diversos movimientos y asociaciones eclesiales. En cambio, por la tarde, tuvo lugar un gran Festival en la plaza de San Pedro con conexiones realizadas desde varias plazas del mundo. ¿De qué modo se abrieron los trabajos? Durante la mañana participamos en dos mesas de trabajo en las que se nos pidió responder esencialmente a dos preguntas: “¿Qué hacemos concretamente para lograr la fraternidad social y la fraternidad ambiental?”. Y también “¿hay un ‘nosotros’?”. Han sido momentos muy bonitos y participativos. Se ha hablado mucho del concepto de jardín en referencia al jardín del Edén, expresado por el papa Francisco en “Fratelli tutti”. Las palabras más pronunciadas fueron: compasión, responsabilidad (política y económica), compartir, promoción integral, reconocimiento de cada persona humana, cuidado, acogida. Una verdadera experiencia eclesial con la esperanza de que pueda expandirse y testimoniar la necesidad de redescubrir y fortalecer la fraternidad humana. ¿Qué te impactó particularmente? Además del grupo de premios Nobel de la paz, de movimientos y asociaciones eclesiales, también había un grupo de 30 jóvenes estudiantes de varias escuelas italianas, acompañados por sus profesores de religión, que habían participado en un concurso con artistas de varios tipos, expresando creativamente el tema del encuentro. Su presencia dio un importante toque de compromiso de las nuevas generaciones con la educación en la fraternidad. Además, las experiencias contadas en el escenario del Festival por la tarde, las de algunos artistas que compartieron su talento de forma gratuita y con alegría, fueron un gran aporte. ¿Qué se lleva el Movimiento de los Focolares después de este momento? El papa Francisco relanza la fraternidad como un nuevo paradigma antropológico sobre el que reconstruir gestos y leyes porque “la fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad” (Fratelli tutti, n. 103). Esta clave nos recordó un discurso de Chiara Lubich titulado: “Libertad, igualdad… ¿qué pasó con la fraternidad?”. Bueno, este fue uno de esos eventos que nos llaman a lanzarnos cada vez más al centro de nuestro carisma de la unidad. Además, al explicar la idea del evento, el cardenal Gambetti realmente tocó el corazón, definiendo este momento juntos como “proceso y experiencia, como un primer paso para ayudar a redescubrir el sentido de la fraternidad y construirla culturalmente porque no se da biológicamente, la fraternidad necesita encuentro y diálogo, conocimiento, palabras y gestos compartidos, lenguajes comunes y una experiencia de belleza”.
Maria Grazia Berretta
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