Amine Mohammed Sahnouni, un joven sociólogo argelino, ve la educación como un proceso: “Hay que dar a los niños más responsabilidades, confiar en ellos y guiarlos porque las habilidades de liderazgo se desarrollan desde una edad temprana”. “El pilar de nuestro trabajo son los niños, a quienes siempre nos hemos dedicado con el objetivo de hacer que crezcan fuertes porque son el futuro”. Con motivo de una conferencia promovida en Italia por el Movimiento de los Focolares, el pasado 2 de marzo, dedicada al tema de la educación, Amine Mohammed Sahnouni, un joven sociólogo de Argelia, habla sobre su compromiso educativo en favor de los jóvenes: para construir un mundo mejor es necesario empezar por ellos. Amine, dijiste que para obtener resultados es importante tener una “visión”, metas a largo plazo y, si es posible, compartirlas con los demás. ¿Cuál es tu “visión” en el campo educativo? Creo que los sociólogos somos los médicos de la sociedad y, como tales, deberíamos salir al campo y enfrentar fenómenos sociales de todo tipo. Desde esta perspectiva, mi visión es “hacer del mundo un lugar mejor”, no solo para nosotros sino también para las generaciones futuras. Todos podemos hacerlo, pero solo si empezamos a cambiarnos a nosotros mismos, incluso a partir de cosas pequeñas. Si queremos construir una sociedad más justa, es esencial dedicarnos a la formación de los jóvenes. ¿Cuáles son los contenidos, las habilidades y métodos a proponer? Mis padres me animan, me apoyan y siempre me guían. Me han transmitido un sentido de responsabilidad desde que era un niño. Todavía recuerdo las palabras de mi padre: “Amine, haznos sentir orgullosos de ti”. Decía siempre poner “Allah”, “Dios”, en primer lugar, en todo lo que hacía: solo de esta manera sería una persona exitosa. Así, para mí, el primer pilar de la educación es la familia. Luego hay algunas habilidades que hay que trabajar: debemos darles más responsabilidad a los niños, confiar en ellos y guiarlos porque las habilidades de liderazgo se desarrollan desde una edad temprana; es necesario darles confianza, apoyarlos y usar palabras positivas, para que puedan desarrollar su autoestima, sus deseos y objetivos; debemos alentar el pensamiento crítico en los niños y enseñarles a compartir sus opiniones frente a los demás. Todas estas habilidades se adquieren solo trabajando en campo, también a través de programas de intercambios donde se encuentran jóvenes de diferentes países, y también cambiando el método de enseñanza tradicional para que el aprendizaje sea fácil y divertido. Los líderes religiosos, las instituciones y las ONG piden atención al medio ambiente, pero sus iniciativas son insuficientes. Mientras que para la joven sueca Greta Thunberg, promotora de las marchas climáticas juveniles en toda Europa, se habla de una nominación para el Premio Nobel de la Paz. ¿Eso significa que necesitamos jóvenes para despertar a los adultos? Admiro mucho el coraje y la determinación de esta chica, que a pesar de ser muy joven tiene pleno conocimiento de los problemas ambientales, y esto es muy raro hoy en día, incluso entre los adultos. Esta gran “luchadora” está enviando un fuerte mensaje al mundo, le tengo mucho respeto, debemos sentirnos inspirados por su ejemplo. Creo que los grandes logros parten de pequeñas cosas. Salir en bicicleta y cruzar Argelia, desde la frontera con Marruecos hasta la frontera con Túnez, puede ser una forma de solicitar el compromiso con el medio ambiente. ¿Puedes decirnos cómo te fue? Somos un grupo de amigos llenos de pasión y motivación, y con el deseo de inspirar a los jóvenes. Desde 2012 nuestra filosofía es: si quieres un cambio duradero, comienza a cambiarte a ti mismo. Con el tiempo, nuestros objetivos han crecido y hemos decidido asumir el desafío de un nuevo proyecto: cruzar Argelia de este a oeste en 15 días. Un proyecto nacido para sensibilizar sobre la protección del medio ambiente, promover los valores de ciudadanía, educar a través del deporte. Mis dos amigos, Elhadi y Naim y yo hicimos un video sobre nuestro proyecto y en solo una semana el video se difundió tan rápido que la gente comenzó a contactarnos y ofrecernos ayuda. Incluso durante el viaje, en agosto de 2017, recibimos mucho apoyo y los resultados fueron increíbles: 2 millones de seguidores en las redes sociales y en la televisión. Hemos colaborado con más de 15 asociaciones, estructuras para niños y club para ciclistas. Escuchamos “Allah”, “Dios”, con nosotros todos los días y le pedimos coraje, apoyo y fortaleza para llevar a cabo la misión. También fue una experiencia espiritual, recibimos las oraciones de todos los argelinos y el apoyo de nuestras familias. En solo dos semanas hemos suscitado otras campañas de sensibilización y, después del proyecto, muchas personas han seguido nuestro camino.
Claudia Di Lorenzi
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