En los primeros días de agosto, en Trento (Italia), se ha realizado la Escuela “Foco”, un Congreso del Movimiento de los Focolares para los y las Gen 3, que son la generación de los adolescentes del Movimiento.
Participaron unos 350 chicos –entre los 14 y los 17 años, junto con los asistentes, de 18 años para arriba–, provenientes de 19 países con 12 idiomas diferentes. Fue un poco más de una semana, en donde de profundizaron temas relacionados con la adolescencia, se aprendió a vivir con plena conciencia la relación con Dios, a descubrir que el Ideal de la unidad y la fraternidad universal es posible vivirlo día tras día, a pesar de la amenaza de guerras en varias partes del mundo. Además se realizó el Festival de los Pueblos, en donde cada país podía presentarse a través de cantos, bailes, atuendos, fotos y comida local. Fue una manera de conocer la cultura del otro y construir un espacio de mundo más unido y fraterno.
Aquí van algunos testimonios.
Sofia, Italia: “Decidí participar en la Escuela “Foco” para tener una relación más íntima con Jesús. En esta escuela he aprendido la forma de amar siempre a la gente que me rodea. Ahora consigo afrontar mejor los momentos de dificultad y de sufrimiento pues me siento más cerca de Jesús”.
Veronika, Croacia: “He vivido en un clima de unidad, que nacía del deseo de paz y de comunidad, y que se basaba en la oración y el diálogo con Dios. Después de escuchar los testimonios acerca de la violación de la paz, sobre la lucha para mantener la paz dentro de uno mismo, en la familia y en mi país, me surgió el deseo de hacer de todo para mantenerla en todos esos ámbitos”.
Naomi, India: “Quise asistir a la Escuela “Foco” para mejorar mi relación con Dios. Al terminar, lo que me llevo a casa es la manera en que puedo reconfortarme en los momentos de dificultad o de sufrimiento, pensando en Jesús Abandonado en la cruz. Pero me he dado cuenta también del poder que tiene la reconciliación a través del sacramento de la confesión. Intentaré dedicarme con todo mi ser a propagar el Evangelio siempre y hacer que mi ciudad sea un lugar de amor”.
Tomás, Portugal: “Durante el Festival de los Pueblos, me sentí orgulloso de mostrar nuestro país y al mismo tiempo conocer las culturas de otros países. Después de esta escuela, echo de menos todo lo que allí hemos vivido, pero al mismo tiempo quiero vivir todos los días lo que aprendí allí”.
Emanuel, Croacia: “En la escuela “Foco” me gustó la fiesta de los Pueblos. Pudimos conocer culturas distintas y platos tradicionales. Allí conocí a muchos amigos y probé varias especialidades. Volvería a vivir esa experiencia otras cien veces más”.
Gloria, Brasile: “Sentí cambios en mi relación con Dios. Al comienzo no lograba conectarme con él y sentirlo en las personas, pero sé que tras todas estas experiencias que escuché y las reflexiones que viví, podré sentirlo fácilmente en cualquier situación. Además, aprendí a ayudar a las personas que no me gustan, a atender a las personas con problemas y a identificar a Dios en cada uno”.
Sarahi, México: “He entendido que a pesar de vivir en países diferentes e incluso en continentes muy lejanos el uno del otro, el Ideal de la unidad siempre lo podemos vivir. Ha sido una experiencia muy bonita sobre todo conocer la cultura de otros países, la comida, sus trajes típicos, algunas palabras o tradiciones. Lo que me llevo de la escuela es, como primera cosa, que he dejado de tenerle miedo a la confesión y ello ha hecho crecer mi fe en Dios. La misa cotidiana me ayudó mucho, espero seguir yendo todos los domingos por iniciativa mía”.
Sebastian, Croacia: “Me gustó cuando presentamos nuestros países en la Fiesta de los Pueblos: cada uno mostraba alguna tradición del propio país. Era muy divertido cuando por la tarde jugábamos al fútbol y así nos conocíamos. El momento más bonito fue la fiesta final en la que cantamos y nos divertimos. Mi vida ha cambiado después de la escuela, ahora trato de vivir el Evangelio amando a las personas a mi alrededor”.
Silvia, Italia: “Después de la escuela, mi vida se ha transformado y he empezado a ver el mundo con ojos diferentes. Ha sido la experiencia más significativa de mi vida y me han nacido las ganas de parecerme a lo que Chiara Lubich siempre quiso de los Gen”.
Anna, Italia: “¡Les aconsejo decididamente a los Gen que aún no han asistido a una Escuela “Foco” que lo hagan! Se van a divertir mucho, se lo puedo garantizar”.
Jakov, Croacia: “En la Escuela “Foco” entendí la importancia de la unidad. Cuando llegué, todos eran muy acogedores, era como di fuésemos una única familia. Pocas veces creo haber vivido una sensación así antes, o tal vez nunca. Además entendí cómo amar y querer a todos, independientemente de quiénes son o del entorno del que vienen. Me gustaría vivir otros encuentros de este tipo, ¡ha sido una experiencia inolvidable!”.
Julia, Brasil: “Me llevo a mi casa el amor inmenso de Jesús por mí y por todos, como así también la esperanza y la sensación de querer que un mundo unido sea una realidad. Ver que Jesús nos ama a cada uno de nosotros y poder sentir su amor en la Escuela “Foco” ha sido una de las experiencias más bellas que he hecho y que llevaré siempre conmigo seguramente. Volví a encontrar la esperanza y la fe. Ahora el reto será llevar el amor y la unidad que he sentido en esta escuela al “mundo real”, a mi casa, al colegio y con mis amigos. Pero los recuerdos y el amor por lo que he aprendido en esa experiencia lo que me impulsan a no rendirme y a luchar por un mundo unido”.
Maria Teresa, Italia: “Participé en la Escuela “Foco” porque sentía el deseo de querer conocer más el origen del Movimiento de los Focolares. De esta Escuela me llevo a casa la esperanza de un futuro mejor para nuestra generación. Mi vida ha mejorado porque he comprendido que tengo que mirarla desde otra perspectiva, hacer de cada obstáculo un trampolín de lanzamiento. Como soy muy insegura, siempre tengo miedo de tocar el violín en público. De hecho, cuando me propusieron tocar en la escuela, estaba un poco nerviosa. Luego, un día, se habló de cómo cada uno de nosotros puede donar a los demás sus talentos o sus cualidades, que Chiara Lubich llama “perla”. Entonces decidí donar mi perla a los demás y mientras tocaba con otra Gen, un grupo de chicos y chicas se acercó para acompañarnos con el canto, apoyándonos. Viví el pasaje del Evangelio de Lucas (Lucas 6, 38) “Dad y se os dará”.
Elena, Italia: “Terminando esta escuela, me llevo conmigo lo que he entendido durante una jornada dedicada a Jesús en su dolor, abandonado en la Cruz. Me impactó profundamente porque a través de los testimonios de los Gen, logré entender la forma de superar un dolor gracias al amor”.
Tomás, Portugal: “Me llevo a casa el descubrimiento de Jesús Abandonado, el poder de la oración, además de haberme confesado. Llevaré el amor de Dios adonde vaya, he reforzado mi fe, he aprendido mucho en esta escuela”.
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Toda la experiencia del Genfest – desde la “Fase 1” hasta la “Fase 3 – es el testimonio tangible de que ustedes los jóvenes creen, más aún, ya están trabajando para construir un mundo unido. Estos han sido días de gracias extraordinarias para todos nosotros: hemos puesto en práctica el “cuidado” de distintas maneras: En la fase 1, a través del servicio a los pobres, a los marginados, a los que más sufren, y lo hicimos viviendo la reciprocidad, esa comunión típica del Carisma del Movimiento de los Focolares; en la fase 2, compartiendo la vida, las experiencias, las riquezas culturales; y después, en la fase 3 experimentamos la extraordinaria generatividad de las communities que son también un espacio intergeneracional de formación y de proyectos.
Alguien me contó de la creatividad que cada “community” ha desarrollado y de los interesantes talleres de los que han hablado antes.
“Del Genfest me llevo a casa mi community, –dijo uno de ustedes– es algo concreto que continúa. Una posibilidad para vivir la experiencia del Genfest en la vida cotidiana”.
Se han sentido protagonistas en la construcción de estas community y quieren seguir “generando” ideas y proyectos. Me ha dado alegría saber que alguno de ustedes ha dicho que ha redescubierto el sentido de su profesión y que ahora quiere vivirla en aras de un mundo unido.
Estos días hemos caminado juntos, con un estilo que el Papa Francisco definiría ‘sinodal’ y no solo entre ustedes los jóvenes, sino también con los adultos; con personas de otros Movimientos y comunidades; con personas de diferentes Iglesias y Religiones y con personas que no se identifican con un credo religioso. ¡Esta red ha enriquecido enormemente el Genfest!
También fue muy grata la presencia aquí de algunos obispos que han vivido el Genfest con nosotros.
¡Ahora el Genfest no termina! Continúa precisamente en las Community por un Mundo Unido, en las que nos mantendremos conectados tanto mundial como localmente.
Estoy segura de que cuando lleguen a sus países y a sus ciudades comprenderán en qué quieren comprometerse, de acuerdo con sus intereses y sus estudios o profesiones: en la economía, en el diálogo intercultural, en la paz, en la salud, en la política, etc.
En estos días han hecho la experiencia de vivir “community” en “unity”, en unidad; una realidad que continuará: esta será su palestra en la que aprenderán y se entrenarán para vivir la fraternidad.
Cuando yo tenía la edad de ustedes, me impactó mucho una invitación que Chiara nos hizo a todos. Ella dijo:
“Si somos uno, muchos serán uno y el mundo un día podrá vivir la unidad. ¿Y entonces? Constituir en todas partes células de unidad”(1) – tal vez Chiara si hoy estuviese viva habría llamado a estas células de unidad United world communities (Comunidades del mundo unido)–. Ella nos invitaba a concentrar todos nuestros esfuerzos en esto.
Por eso quisiera pedirles ahora algo importante: por favor, por favor, no pierdan esta oportunidad, esta ocasión única que hemos vivido aquí: Dios ha llamado al corazón de cada uno de nosotros y ahora llama a todos a ser protagonistas y portadores de unidad en los diferentes ámbitos en los que están comprometidos.
Cuando salía ayer alguien me detuvo porque quería decirme algo. Una de ustedes que está aquí en la sala me dijo: tengo algo importante que decirte, por favor quiero decirte algo importante. Me dijo que era la primera vez que participaba en un Genfest y que no conocía el Movimiento de los Focolares y me dijo: quiero decirte, que tienen que hacer más porque este Movimiento no se conoce tanto, tienen que hacer más pero no como lo han hecho hasta ahora. Deben hacer más porque este Movimiento, esta idea de la fraternidad debe ser conocida por muchos más jóvenes. Por eso le pregunté a ella si podía ayudarnos y se comprometió. Pero ahora espero que todos nos comprometamos a hacer esto.
Por supuesto, como oyeron antes, no será todo fácil y realmente no podemos engañarnos pensando que no llegarán las dificultades… pero en este Genfest ustedes mismos han anunciado: “un Dios diferente, abandonado en la cruz”. Ustedes han dicho: “abandonado en la cruz todo divino y todo humano, que hace preguntas sin respuestas” y por eso, un Dios cercano a todos nosotros. Abrazando cada dolor, nuestro o de los demás, es como encontraremos la fuerza para continuar en este camino.
Entonces, vayamos adelante juntos con una nueva esperanza, convencidos más que nunca de que ya se ha trazado un camino.
El escritor chino Yutang Lin dice algo muy bonito: “La esperanza es como un camino en los campos: no existía un camino, pero cuando mucha gente camina por ahí, el camino adquiere su forma”. Creo que este camino en este Genfest ha adquirido forma. Así que caminemos y tendremos este camino ante de nosotros.
Entonces saludos a todos. ¡Les deseo una buena continuación a los que participarán en el posGenfest y buen viaje a los que regresan a casa!
¡Adiós a todos!
Margaret Karram
(1) Chiara Lubich, pensamiento espiritual – Conexión del 15 de octubre de 1981
En 112 hectáreas de terreno, 23 organizaciones – comunidades católicas e institutos – han elegido vivir una experiencia de comunión entre carismas. Desde hace 24 años, esta experiencia que se desarrolla en Fortaleza (Brasil) se conoce como Condominio Espiritual Uirapuru (CEU), acrónimo que significa “cielo” en portugués.
Margaret Karram e Jesús Morán, Presidente e Copresidente del Movimento di Focolari, in queste settimane in viaggio in Brasile per incontrare le comunità dei Focolari, hanno fato tappa anche Fortaleza. Qui hanno potuto partecipare a vari incontri con diverse realtà carismatiche della Chiesa. Al CEU hanno incontrato leader di altre comunità, tra i quali Nelson Giovanelli e Fra Hans della Fazenda da Esperança, Moysés Azevedo della Comunità Shalom e Daniela Martucci di Nuovi Orizzonti.
También hicieron escala en Fortaleza Margaret Karram y Jesús Morán, presidenta y copresidente del Movimiento de los Focolares, que viajaron a Brasil en las últimas semanas para encontrarse con las comunidades de los Focolares. Aquí pudieron participar de diversos encuentros con diferentes realidades carismáticas de la Iglesia. En el CEU se reunieron con líderes de otras comunidades, entre ellos Nelson Giovanelli y fray Hans de la Fazenda da Esperança, Moysés Azevedo de la Comunidad Shalom y Daniela Martucci de Nuovi Orizzonti.
“El CEU es la realización del sueño que Chiara Lubich prometió al Papa Juan Pablo II en 1998, de trabajar por la unidad de los Movimientos y de las nuevas comunidades”, recuerda Nelson Giovanelli, fundador de la Fazenda da Esperança y recién elegido presidente del condominio. El carisma de la unidad, difundido por Chiara Lubich, inspira el cumplimiento de la misión para las diferentes comunidades presentes. Jesús Morán añade: “Si hay un lugar donde se puede entender la experiencia de la Iglesia es aquí en el CEU. Esta es la Iglesia, muchos carismas, pequeños o grandes, pero todos caminan juntos por la realización del Reino de Dios”.
Son 230 habitantes del CEU, entre niños y adolescentes, jóvenes y adultos en recuperación y más de 500 voluntarios. El fin de semana pasado, la comunidad Obra Lumen organizó el encuentro “Con Deus Tem Jeito” (Con Dios hay camino), que rescató a 250 toxico dependientes de las calles y los envió a un tratamiento terapéutico en varias comunidades asociadas, como la Fazenda da Esperança. El espacio es también escenario de actividades culturales que permiten la resocialización a través del arte, como el Festival Halleluya de la Comunidad Shalom, que reúne cada año a más de 400.000 personas.
En estos días, también en Brasil, se está celebrando el Genfest, un evento de los jóvenes del Movimiento de los Focolares. “Juntos para cuidar” es el lema de esta edición que contará con un evento internacional en Brasil y más de 40 Genfests locales en varios países del mundo. Cada uno comenzará con una primera fase en la que los jóvenes tendrán experiencias de voluntariado y solidaridad en diversas organizaciones sociales. Entre ellos también el CEU. Aquí, entre el 12 y el 18 de julio, un grupo de 60 jóvenes, participantes del Genfest, pudieron conocer las diferentes comunidades y realizar diversas actividades. “Todas estas comunidades ya realizan labores de cuidado con personas marginadas y en situación de vulnerabilidad. Nuestra propuesta fue unirnos a ellas, como un vínculo de unidad. Cuanto más nos entregamos, más nos abrimos a los demás, más descubrimos nuestra esencia”, dice Pedro Ícaro, participante del Genfest que vivió en el CEU durante 4 meses con jóvenes de diferentes países.
“Cuando esta comunión de carismas enciende el corazón de nuestros jóvenes, son capaces de transformar el mundo. Ésa es la finalidad de estos eventos que realizamos en el CEU, como el Genfest”, dice Moysés Azevedo, fundador de la Comunidad Shalom.
“Start Here and Now” es el nuevo single del grupo internacional Gen Verde. Un himno a la unidad, la fuerza, el coraje y la alegría en el que participan dos grupos de música juvenil: Banda Unità (Brasil) y AsOne (Italia). “Todos nosotros, con nuestra diversidad, estamos invitados a ir más allá de las fronteras para construir un mundo en el que el cuidado, el amor, la justicia y la inclusión sean la respuesta al dolor, el horror de las guerras y las divisiones”, explica la banda.
¿Qué hay detrás de la canción?
“La nueva canción es en sí misma una experiencia ‘más allá de las fronteras’ por la forma en que se produjo”, continúa la banda. Las voces se grabaron en tres partes distintas del mundo y el video también se filmó en tres lugares diferentes: Loppiano y Verona (Italia) y Recife (Brasil).
El proyecto cuenta con la participación de dos grupos musicales juveniles que comparten los valores de Gen Verde. Banda Unità es un conjunto musical brasileño y AsOne es una banda de Verona (Italia). Estos grupos también quieren compartir, a través de la música, los valores de la paz, el diálogo y la fraternidad universal.
“Start Here and Now tiene una mezcla intergeneracional e intercultural», continúa Gen Verde, “este single destaca por su ritmo muy atractivo y su letra potente, cantada en diferentes idiomas, para poner de manifiesto el proceso creativo inspirado en la interculturalidad y el compromiso con la fraternidad universal que se pone de relieve en el evento internacional Genfest”.
El Gen Verde interpretó esta canción por primera vez en Aparecida, Brasil, junto con los conjuntos musicales Banda Unità y AsOne, el 20 de julio de 2024, durante el Genfest, el evento juvenil mundial del Movimiento de los Focolares. Esta edición tenía como título: “Juntos para Cuidar”.
La tercera fase del Genfest 2024, que se ha llevado a cabo en Aparecida (Brasil), incluyó talleres organizados por las llamadas United World Communities, lugares de encuentro en los que los jóvenes pueden compartir sus talentos y sus pasiones. Estas comunidades ofrecen la oportunidad de descubrir a personas de talento y formas concretas de compromiso; pueden encaminar acciones y proyectos finalizados a la construcción de un mundo más unido, que apuntan a responder a los retos locales y globales del mundo de hoy. Tienden a activar procesos de cambio personal y colectivo; a hacer crecer la fraternidad y la reciprocidad en todas las dimensiones de la vida humana. Una característica importante de estas comunidades es que son el fruto del trabajo entre personas de diferentes generaciones.
Siguiendo las experiencias de las fases anteriores del Genfest, en esta tercera fase los jóvenes han podido participar en talleres dentro de distintos ámbitos, cuya metodología estaba basada en la fraternidad y el diálogo, como un experimento para proyectos y acciones que en adelante podrán llevarse a cabo en la esfera “local” (proyectos locales con una perspectiva global). Las actividades se desarrollaron en los sectores de la economía y del trabajo, de la interculturalidad y el diálogo, de la espiritualidad y los derechos humanos, de la salud y la ecología, del arte y el compromiso social, de la instrucción y la investigación, de la comunicación y los medios, de la ciudadanía activa y de la política. Los equipos responsables de la gestión de los talleres estaban compuestos por jóvenes y profesionales que han trabajado intensamente durante meses para organizar esas actividades.
De ahora en adelante, las Comunidades tendrán un método de trabajo que consiste en tres fases: Aprender, Actuar y Compartir. La primera (Aprender) es una exploración y un análisis profundizado de los temas y de las cuestiones más actuales en toda community, con el objetivo de identificar problemas y presentar soluciones. La fase sucesiva (Actuar) consiste en la realización de acciones con un impacto principalmente local, pero con una perspectiva global. Por último, en la tercera fase (Compartir), se propone a la comunidad que se promuevan espacios de intercambio y diálogo continuo entre las iniciativas, con el objetivo de reforzar una red de colaboración global. Se ha creado una aplicación –la WebApp United World Communities– que es un instrumento para compartir las ideas, las experiencias y las noticias, además de ser un medio para la promoción de proyectos de colaboración.
“Dios ha visitado el corazón de todos”.
Al terminar la tercera fase del Genfest, las Communities presentaron de una forma creativa sus impresiones y algunos de los resultados de las actividades desarrolladas en los días anteriores. De ese trabajo nació el documento “The United World Community: One Family, One Common Home”(La Comunidad por un Mundo Unido, una familia, una casa común), que será el aporte de los participantes del Genfest 2024 al “Summit of the Future” de las Naciones Unidas del próximo septiembre. Según los jóvenes que presentaron el texto, éste no es un documento conclusivo, sino que quiere ser un “programa de vida y de trabajo” para las varias United World Communities, además de ser un testimonio para presentar al “Summit of the Future”.
“Con nuestras comunidades no queremos hacer pedidos, formular eslóganes o quejarnos frente a los líderes políticos”, dijeron los jóvenes. “En cambio, tratamos de dar un nombre a nuestros sueños comunes de un mundo unido. Sueños personales y comunitarios, que nos guiarán en las actividades que desarrollaremos en los próximos años”. Y concluyeron: “Esperemos que viviéndolas ‘juntos’ y paso a paso, se vuelvan signos de esperanza para otros”.
Concluyendo el Genfest 2024 intervinieron también Margaret Karram y Jesús Morán, Presidente y Copresidente del Movimiento de los Focolares. Jesús Morán afirmó que la experiencia del cuidado, a pesar de haber sido la más vivida en la historia de la humanidad, no es la que más ha sido objeto de reflexión.
Esa situación ha comenzado a cambiar, como lo ha demostrado el Genfest, en el que surgió el cuidado como una respuesta a la necesidad de dignidad humana. En este sentido, concluyó, es importante que los jóvenes sigan conectados a esta red global de comunidades generadoras. Margaret Karram, por su parte, dijo que había visto durante la experiencia del Genfest, que los jóvenes han dado un testimonio tangible de su fe y que ya están actuando para construir un mundo unido. Por lo que se refiere en particular a la Fase 3, hizo hincapié en la riqueza de esta experiencia para la creatividad, la impronta intergeneracional e intercultural y el hecho de que, a través de las communities, haya una posibilidad concreta de vivir la misma experiencia del Genfest en la propia vida cotidiana. Margaret Karram invitó a los jóvenes a sentirse protagonistas de estas comunidades, cuyo fundamento es la unidad: “Os ruego que no perdáis esta oportunidad única que estamos viviendo aquí: Dios nos ha visitado a cada uno de nosotros en su corazón y ahora nos llama a todos a ser protagonistas y portadores de unidad en los varios ámbitos en donde estamos involucrados”, concluyó.
Acabamos de escuchar historias de paz expresadas en los más variados matices: canciones, oraciones, experiencias, proyectos concretos.
Todo esto refuerza en nosotros la confianza y la esperanza de que es posible ser constructores de paz. El Papa Francisco dice que tenemos que ser cada día “artesanos de la paz”. Y para esto necesitamos perseverancia y paciencia para poder mirar con amor a todos los hermanos y hermanas que encontramos en nuestro camino.
En este Genfest hemos aprendido que la paz empieza en mí con pequeños gestos de atención a las personas, a nuestros pueblos y a la creación.
¿Entonces por dónde podemos empezar?
Lo hemos dicho varias veces en estos días: derrumbando todas las barreras que nos dividen, para vivir la fraternidad. Y esto podemos hacerlo:
descubriendo que nuestra humanidad común es más importante que todas nuestras diferencias;
– después estando dispuestos a perdonar y a hacer gestos de reconciliación. Porque perdonar significa decirle al otro: “Tú vales mucho más que tus actos”.
Y como hicimos en la primera fase del Genfest, continuemos, también cuando regresemos a casa, siendo artesanos de paz en nuestras relaciones, dando el primer paso hacia los demás. Será el amor el que nos inspire qué hacer, hacia quién dirigirnos.
Perdonemos sin esperar a que sea la otra persona la que nos pida perdón.
Que este Genfest sea el momento de nuestro SÍ A LA PAZ.
No debemos sentirnos nunca más solos: en estos días hemos visto y ciertamente experimentado la fuerza de la “unión”, Juntos.
Unámonos a todos los que viven y trabajan por la paz. Las communities que construiremos en la Fase Tres ya son un posible camino a seguir.
¡Abran los ojos a visiones de paz! ¡Hablen un lenguaje de paz! ¡Hagan gestos de paz! Porque la práctica de la paz lleva a la paz. La paz se revela y se ofrece a los que la realizan, día tras día, todas esas formas de paz de las que son capaces. (*)
Abrir, hablar y actuar.
Entonces: ¡no nos demos paz hasta que no hayamos logrado la paz!