Tras el atentado terrorista sufrido por Israel, el horror por la violencia que se ha desencadenado, la ola de miedo que ha sacudido a los dos pueblos, la angustia por los rehenes y la suspensión por el destino de la gente de Gaza: noticias de las comunidades de los Focolares en Tierra Santa y un llamamiento mundial a la oración y al ayuno por la paz el próximo 17 de octubre. “Hemos dejado nuestras casas y todos los cristianos se han refugiado en las iglesias”. Este es el breve mensaje que recibimos esta mañana de algunos miembros de la comunidad de los Focolares de Gaza; son las últimas noticias que recibimos de ellos. Según el padre Gabriel Romanelli, párroco de la parroquia católica de la Sagrada Familia en Gaza, son 1017 los cristianos que aún viven en la franja y entre los que se encuentran varias personas del Movimiento de los Focolares con las que las comunicaciones son cada vez más esporádicas y difíciles. Y a pesar de esto, en los últimos días ha circulado un mensaje de una de ellas agradeciendo a todos por la cercanía y las oraciones que han llegado a la pequeña comunidad de Gaza. “Ustedes me han dado la fuerza para no rendirme ante el mal –escribe–, para no dudar de la misericordia de Dios y creer que el bien existe. En medio de cada oscuridad hay una luz oculta. Si no podemos rezar, ustedes rezan, nosotros ofrecemos y juntos nuestro trabajo está completo. Queremos gritar al mundo que anhelamos la paz, que la violencia engendra violencia y que nuestra confianza en Dios es grande. Pero si Dios nos llamase a Él, tengan la seguridad de que desde el Cielo seguiremos rezando con ustedes y suplicándole con más fuerza que tenga compasión de su pueblo y de ustedes. Paz, seguridad, unidad y fraternidad universal, esto es lo que deseamos y esta es la voluntad de Dios y también la nuestra”. Margaret Karram: en medio del odio, noticias de fraternidad Hace falta valor para decir esto hoy, cuando el horror y la violencia ocupan todo el espacio mediático, pero esas no son las únicas noticias. Las hay menos gritadas, pero que no pueden silenciarse, como la red mundial de oración que está en marcha en cada punto de la tierra, independientemente de la creencia religiosa o de la pertenencia, junto con los gestos y las palabras de fraternidad. Lo contó ayer Margaret Karram, Presidenta de los Focolares durante la sesión informativa habitual en la Sala de Prensa Vaticana, paralela al Sínodo de la Iglesia Católica en curso, en el cual está participando como invitada especial. “Unos amigos judíos que conozco en Israel” –dice– “me llamaron a mí, una árabe palestina, diciendo que están preocupados por los que viven en Gaza. Para mí es algo muy bonito Todo el mundo sabe las historias negativas entre estos dos pueblos, pero mucha gente, muchas organizaciones trabajan para construir puentes y nadie habla de ello. Se habla solo de odio, de división, de terrorismo. Nos hacemos imágenes colectivas de estos dos pueblos que no se corresponden con la realidad. No debemos olvidar que todavía hoy muchas personas están trabajando para construir puentes. Es una semilla sembrada, incluso en esta hora tan difícil”. De los amigos judíos: hacer comunidad de oración Para confirmarlo, desde una localidad del distrito de Tel Aviv, una amiga judía nos escribe: Si están en contacto con los amigos de los Focolares de Gaza, envíenles mi amor y mi cercanía. Espero que todos estén a salvo. En estos días estoy en casa con mi familia, las escuelas están cerradas y nos alojamos cerca de los refugios. Los chats son un flujo constante de llamamientos y ofertas de ayuda para las familias que han huido, para los soldados y sus familias. También llegan peticiones de ayuda para los funerales, para honrar a los muertos como es debido. Parece que todos los jóvenes han sido reclutados para luchar y tememos por nuestros amigos y familiares. Nos atemoriza lo que nos espera. Intento proteger a mis hijos del miedo, pero nuestro horror es insignificante comparado con lo que les ha ocurrido a nuestros hermanos y hermanas del Sur. Pienso en mis amigos árabes de Israel que corren a los refugios como nosotros. Trato de rezar a la misma hora que mi amigo musulmán, para que seamos una comunidad de oración aunque tantas cosas nos dividan. Agradezco que estén con nosotros, juntos, y sus oraciones, más de lo que pueda expresar. ¿Qué podemos hacer? En una rueda de prensa, Margaret Karram confió el dolor y la angustia que siente por su pueblo, por ambas partes: Me he preguntado: ¿Qué hago aquí? En estos momentos ¿no debería hacer alguna otra cosa para promover la paz? Después me dije: también aquí puedo unirme a la invitación del papa Francisco y a la oración de todos. Con estos hermanos y hermanas de todas partes del mundo podemos pedir a Dios el don de la paz. Creo en la potencia de la oración. Luego habló de la acción “¡¡¡No más guerras!!! CONSTRUYAMOS LA PAZ!” que los niños, adolescentes y jóvenes de los Focolares lanzaron junto con la asociación Living Peace (Vivir la paz). Llaman a sus coetáneos a rezar por la paz a las 12 del mediodía, cada día y en todas las franjas horarias; luego, proponen llenar el día de gestos que construyan la paz en el corazón de cada uno y a su alrededor; invitan a enviar mensajes de apoyo a los niños, adolescentes y jóvenes de Tierra Santa y los animan a pedir a los gobernantes de sus países que hagan todo lo posible por alcanzar la paz. El Movimiento de los Focolares se une también al llamamiento del Patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pizzaballa, para una jornada de ayuno y oración por la paz el próximo 17 de octubre: “Que se organicen momentos de oración con adoración eucarística y con el rezo del rosario a la Santísima Virgen. Probablemente, en muchas partes de nuestras diócesis, las circunstancias no permitan grandes reuniones. En las parroquias, en las comunidades religiosas, en las familias, todavía será posible organizar sencillos y sobrios momentos comunes de oración”.
Stefania Tanesini
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