Movimiento de los Focolares
Filipinas: Genfest 2018

Filipinas: Genfest 2018

Logo GenfestUn proyecto que ya es una experiencia de vida y de acción social, una invitación a construir puentes de fraternidad y contribuir a hacer caer las barreras de la indiferencia, los prejuicios, del egoísmo. Nacido en 1973 a partir de una idea de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, el Genfest es un encuentro de jóvenes provenientes de todas las latitudes. La de Manila será la 11ª edición. El Genfest se consolidó en el tiempo como un gran festival de ideas, pensamientos e iniciativas que han inspirado a miles de jóvenes, de culturas, etnias y religiones, distintas a cambiar y orientar sus vidas hacia los ideales de la fraternidad y del mundo unido. El programa central se desarrollará en el World Trade Center Metro Manila, mientras que todos los talleres tendrán lugar en la “Universidad de La Salle”. BEYOND ALL BORDERS (Más allá de cualquier frontera), es el título de la próxima edición, que quiere subrayar los límites por superar, a nivel personal y social, para construir un mundo más unido y feliz, para respirar, amar, trabajar y vivir con una mirada abierta e inclusiva. Serán distintas las manifestaciones artísticas y musicales, los foros, los momentos de exposición previstos. El logo del Genfest 2018 se puede resumir en una palabra: esencialidad. “Less is more”, menos es mejor. En un mundo en donde la comunicación y la información son sobreabundantes y excesivas, el mensaje de Manila estará orientado a la simplicidad, a la potencia que cada palabra puede ofrecer al mundo. Por este motivo el logo del Genfest está hecho sólo con letras y una sencilla línea bajo el título. Un signo esencial que recuerda el ir más allá, del otro lado de los confines, para subrayar que lo único cuenta en la vida es ir hacia todos para llegar juntos a realizar la fraternidad universal. Contáctanos: info@y4uw.org Las inscripciones estarán abiertas a partir de octubre de 2017   Fuente: Y4UW International http://y4uw.org/it/    

Benedicto XVI: el abrazo de los 1.700 jóvenes del Genfest

Benedicto XVI: el abrazo de los 1.700 jóvenes del Genfest

Trasmissione Telepace – saludos en inglés

Eran 1.700 los jóvenes de 41 países del mundo en la audiencia del miércoles, en representación de los 12 mil que, del 31 al 2 de septiembre, participaron en el Genfest, manifestación promovida en Budapest por el Movimiento de los Focolares con el título “Let’s Bridge”, es decir “Construyamos puentes”. En los saludos en inglés, haciendo referencia al título del Genfest, el Papa dirigió a los jóvenes un llamado a “promover la unidad de la familia humana, construyendo puentes con valentía”. “Puedan  – agregó el Santo Padre – la alegría sencilla, el amor puro y la paz profunda que provienen del encuentro con Jesús, volverlos testimonios radiantes de la Buena Noticia para los jóvenes de sus países”.

Ante las palabras del Papa –quien, durante el Genfest, les mandó un  mensaje – los “jóvenes de Budapest” respondieron ondeando las mismas bufandas y pancartas que hicieron desfilar el sábado pasado por las calles de la capital húngara en el flashmob en el puente de las Cadenas. Después, al final de la audiencia, una pequeña delegación de 4 jóvenes –de México, Iraq y Paquistán- pudieron saludar personalmente al Santo Padre a nombre de los 12 mil jóvenes del Genfest. A Benedicto XVI le regalaron el CD del Genfest con las canciones del conjunto internacional.

Los jóvenes de los Focolares prosiguen con una escuela de formación en el Centro Mariápolis de Castelgandolfo y en Sassone que terminará el domingo 9 de septiembre. El programa está profundizando en los temas de la “fraternidad” que han sido el marco de la manifestación de Budapest. Sobre todo se está discutiendo acerca de cómo llevar adelante el proyecto “United World Project” que prevé la constitución de un Observatorio internacional permanente para examinar las acciones e iniciativas que de hecho han podido generar un “incremento de fraternidad” mediante propuestas culturales específicas. Después se está analizando también la solicitud a la ONU de reconocer el interés internacional de la Semana mundo unido, confirmando y ampliando todavía más la cita anual que desde hace quince años ve a los jóvenes de los Focolares –junto a muchos otros- comprometidos en “dar voz a la fraternidad universal”. (Fonte Sir).

Para adherir al proyecto se puede firmar la petición on line en http://www.unitedworldproject.it/2/i_commit_myself_329906.html.

Mira el video de la audiencia (un fragmento de la transmisión en directo TV de Telepace).


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Genfest por el camino

Genfest por el camino

4 de septiembre, 2.00 p.m.: después de 20 horas en bus regresamos a la base, los Castillos Romanos (Italia), distintos de cómo nos fuimos. ¿Cuántos éramos? 96 en el bus, 20 en avión y después… ¿a quienes encontramos en Budapest? A 4 venidos en carro para ahorrar, a otros en camper, los amigos que estaban en el sótano del Pala Arena para los varios servicios tras bambalinas: la directora, el coordinador de la transmisión en directo vía Internet, los chicos de las redes sociales y muchos otros. Más o menos cien, de esta pequeña parte del mundo. El grupo es surtido, una representación de las proveniencias del Genfest: variado por la edad (hay quien todavía no ha cumplido 14 años, la mascota del grupo, quien a pesar de tener más de 30 no se pierde esta ocasión única, son los extremos de este grupo de universitarios y colegiales), vario por el credo (muchos son católicos, practicantes, otros curiosos de hacer una experiencia nueva, son agnósticos y no creyentes, van con nosotros también una religiosa y un sacerdote).

La crónica del Genfest la podemos seguir por varios medios (basta ver la amplia reseña de prensa, el boom de las redes sociales, il repeticiones de la transmisión), pero ¿cómo recoger lo que este evento –que no se repetía desde hacía 12 años- ha sido para cada uno de los participantes? Sólo el tiempo lo dirá, pero una primicia la hemos recibido. En Budapest, antes de regresar, delante de la “Iglesia del centro”, a pocos metros del Puente de las Cadenas, teatro del más grande flashmob de la historia realizado en un puente (¡que temblaba por el peso ‘exultante’ de los 12 mil!), este grupo exuberante y muy italiano, se sentó en el prado bajo los 35° de la tarde húngara, y detuvo el tiempo.

Ya no se oía el ruido del tráfico, ni la voz de los transeúntes, ni el calor ni la sed, sino sólo el río de vida compartida por quien, superando la timidez, se levantaba para decir en voz alta, que había sucedido dentro de él o ella. “Tener el valor de dejarme herir por el dolor del otro, si pasar de largo” –recuerda Tiziana, de 22 años, estudiante de Economía; y Francisco, de 18 años no cumplidos todavía: “Me decidí a venir a última hora, para hacer algo interesante al final del verano. Nunca habría esperado un cambio así. Empezó cuando recogí una manzana que había rodado a mis pies, y se la di a una chica que estaba frente a mí sonriendo. En estos días sólo he tratado de amar a quien tengo al lado, y nunca me había sentido tan vivo como ahora”. Anna en cambio tiene 14 años, y cuenta: “Este años estaba un poco triste, pensando en tantas de mis amigas a las que había tratado de comunicar este Ideal, que poco a poco se habían alejado. Por eso, cuando supe del Genfest hice todo lo posible para poder venir; y con la carga de estos días, viendo todos los que somos, creo que el mundo unido es posible, quiero volver a casa gritando a todos este gran sueño”. Freddy, 18 años: “En el grupo que frecuento todos somos agnósticos, ateos, no creyentes. Pero para nosotros la acogida del otro es fundamental. En estos días hemos hecho juntos esta experiencia, nos sentimos todos hermanos a pesar de las diferencias”.

Ahora sí, podemos regresar, el Genfest ha ganado la apuesta. Hace un año, cuando se organizó el viaje, los jóvenes líderes del grupo habían dicho: necesitamos una semana, porque para nosotros la cosa fundamental es construir relaciones, vínculos fuertes con nuestros amigos. Así tomó forma este viaje, que nos vio pasar por Viena, para una primera etapa, y quedarnos en Budapest todavía un día y medio más para descubrir las maravillas de esta ciudad. El corazón de todo fueron los dos días en el Sport Arena, el Puente de las Cadenas, y la Plaza frente a la Catedral de San Esteban. “En cuanto puse pie en el Sport Arena algo sucedió”, dice Paolo; el concierto de la noche del 31, el lenguaje de la música que une a los jóvenes de todo el mundo, la necesidad de saltar, de abrazarse, de transmitir las emociones. Pero la emoción después se transforma en vida (las experiencias contadas lo demuestran), en elecciones, en valor. El valor de volver a casa y ser “Let’s Bridge”, un puente viviente hacia quien quiera que encontremos.


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